Foto: Zenit
Ellos se ajustaron
con él en treinta monedas
En aquel tiempo, uno de los Doce,
llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: ¿Qué están
dispuestos a darme, si les entrego a Él? Ellos se ajustaron con él en treinta
monedas (Mt 26, 14-25).
Judas Iscariote, uno de los
amigos de Jesús, así tramó la traición. El cambio fue por una miseria. Las
traiciones e infidelidades siguen esa lógica. Se vende lo más preciado por
nada. Parece que se hace lo mejor con ese proceder, pero sólo queda el vacío,
la angustia, la desesperación y la nada.
¿Cómo encontrar salida de ese
drama? Con la valentía de la aceptación, arrepentimiento, perdón y acudir a la
misericordia de Dios que se nos da en la confesión. Judas y Pedro traicionaron a su Maestro. Pero
tuvieron finales distintos. Que tus pecados y errores te acerquen a la
misericordia divina.
En este miércoles santo nos
ubicamos en vísperas del triduo pascual. Tres días que ocupan el lugar central
de la semana santa o pascua: viernes y sábado santo y domingo de resurrección.
La pascua era la fiesta más
importante del pueblo de Israel. En esta fecha se hacía memoria de la
liberación de Israel de la esclavitud por la mano prodigiosa de Dios. Durante
la pascua se sacrificaba en el templo un cordero y luego tenía que consumirse
en la familia. El mayor de todos hacía recordar los prodigios de Dios con su
pueblo.
Jesús envió a sus discípulos a
preparar la cena. Será la última cena y allí adelantará su pasión y muerte. Así
como el cordero se sacrificaba y era comido, así también Cristo es el cordero
que quita el pecado del mundo y en la Eucaristía se nos da como alimento.
¿Te animas a orar con fe el Padre
Nuestro para que no nos falte la Eucaristía y el pan de cada día?
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