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domingo, 12 de abril de 2020

Domingo de Resurrección: De la fragilidad a la fuerza


Certeza de la resurrección de Jesús, por el papa en Twitter
Foto: Revista Ecclesia
¡No teman! ¡Vayan y anuncien!
¡Cristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado! Éste era el saludo de los primeros cristianos ante la alegría de Cristo vivo que hoy puede resonar con la misma fuerza en nuestra interioridad. La liturgia de por sí es expresiva ya con la vigilia pascual, celebración que se hace la noche de la espera de la Resurrección. Allí se pasa de la oscuridad a la luz plena.

Hoy es domingo de la Resurrección del Señor. El domingo más importante del año. El domingo que hace los demás domingos. Resucitar quiere decir despertarse, levantarse, alzarse. En efecto, la tumba de Cristo estaba vacía y se apareció a las santas mujeres, los apóstoles, discípulos y a más de quinientas personas a la vez.

¿Cuándo resucitó Jesucristo? Jesucristo resucitó, por su propio poder, al tercer día de su muerte, tal como había anunciado. Pero puede afirmarse que la Resurrección de Jesús es obra de la Santísima Trinidad.

Un detalle ¿Cómo resucitó Jesucristo? Jesucristo resucitó uniendo de nuevo su alma al cuerpo, y saliendo vivo y glorioso del sepulcro para nunca más morir.

La Resurrección del Señor implica que Cristo ha derrotado la muerte, causada por nuestro pecado, el mal y toda forma de sufrimiento. Con este evento nuestra condición humana es recreada y tiene otra perspectiva, estamos invitados a la vida inmortal. Ya no estamos atados, aunque lo podamos sentir, a la tristeza, el pecado, la fragilidad y la derrota.

El encuentro con Cristo resucitado marca nuestra existencia. Con toda razón pues estamos con alguien que tiene todos los bienes altos que el corazón humano puede esperar. Siempre es bueno desprenderse ya de las cosas y fragilidades pasadas. Pasar la página del pasado que opaca la alegría. La luz de Cristo resucitado tiene que proyectar nuestras pisadas en el camino del día a día mediante la fe, el amor y la esperanza.

Jesús Resucitado nos invita ¡No tengan miedo! ¡Vayan y anuncien! Queridos amigos en esta hora de nuestra historia, donde todavía la amenaza de la pandemia ronda nuestros seres queridos y pueblos, mantengamos la fe y la confianza en el Señor; y, también en lo que cada uno puede hacer de su parte. No cedamos a la tristeza, desesperación y el desánimo.

Vamos todos con María al encuentro de Cristo vivo. Transformemos nuestros corazones, quizá desanimados por el futuro, y anunciemos que vale la pena alzarse, recomenzar y resucitar con el Señor. Los frutos puedes que no lo veas ahora, pero ya aparecerá en el horizonte.

Una gozosa Pascua de Resurrección en el Señor. Que se note en nuestra faz y mirada.


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