La unión hace la
fuerza
Estos días vivimos situaciones
jamás imaginadas por las generaciones más jóvenes. Pensábamos que teníamos la
historia en nuestras manos. Es más, creíamos que ya teníamos comprado el futuro.
Pero resulta que no. ¿Cómo podemos asumir todo lo que genera esta pandemia?
En primer lugar estar juntos,
unidos como familia y sociedad. Habrá que ejercer más la inteligencia, la
fuerza de voluntad optimista y mucha oración. Lo peor que nos puede suceder es el pánico, el
miedo y la desconfianza. En tiempos de crisis sale del corazón humano lo más noble
(obras caritativas) como también lo más bajo (aprovecharse de la ocasión). Se
trata de apoyarse unos a otros con desinterés.
Como segundo punto agradecer lo
poco que se pueda tener y compartir incluso lo que puede parecer que faltará.
Es tiempo de vivir la caridad mediante las obras de misericordia; entre otras,
dar de comer, dar de beber, consolar, rezar por los difuntos, etc. Eso sí no te
quejes.
En tercer lugar mira con
esperanza el presente y el mañana. Saca lecciones de la vida. Reflexiona y
corrige modos de pensar, hacer, imaginar; no basta que ores, has penitencia y
muestra tu decidido cambio de conducta.
Jesús nos enseña en este día -con
sus hechos y palabras- lo importante de estar unidos en las dificultades que ya
se tiene, en las durezas que pueden venir y sobre todo en la confianza en Dios
Padre providente que no abandona a sus hijos.
¿Te animas a orar con fe el Padre
Nuestro para que no nos falte la Eucaristía -sustento espiritual- y el pan de cada día?
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