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domingo, 26 de abril de 2020

III Domingo de Pascua: De la tristeza al gozo


Emaús México
Foto: Emaús.mx

Sentíamos arder nuestro corazón
¡Lo de Jesús de Nazareth! En este tercer domingo de la pascua suena con fuerza los acontecimientos de Cristo en su pasión, muerte y resurrección anunciado por los apóstoles y la comunidad cristiana. La liturgia de hoy nos presenta en el evangelio el pasaje de los discípulos de Jesús camino a Emaús (Lc 24, 13-35).

Dicen que ha resucitado. Es el día de la Resurrección. Estos seguidores de Cristo han oído el relato de las mujeres y los apóstoles sobre la resurrección de Cristo. Aún no están convencidos. Es más, presenciaron la muerte y sepultura del Señor. Tienen sobre sí el peso del fracaso, sus esperanzas están a punto de desaparecer. Las cosas no han salido como lo tenían planeado humanamente.

Lo mataron en una cruz. Tienen bien contabilizado todos los hechos que ha sucedido con su maestro. Saben todo, pero les falla la interpretación de los acontecimientos. Se han olvidado las profecías. No tomaron en serio las palabras del Maestros cuando anunció su padecimiento en la cruz. Se apartan de la comunidad, de los amigos. Están defraudados.

En el camino se encuentran con un desconocido que se hace parte de sus pesares y tristezas. Éste se involucra, se hace parte del sufrimiento de aquellos dos hombres. Pero un detalle: ambos abren el corazón sin saber a quién decían sus cosas. Es el poder de la confianza. Hablar en el momento oportuno nos hace mucho bien.

Comenzó a explicarles las escrituras. Aquel peregrino asume la situación de ambos amigos y comienza a involucrarse. La tristeza y desesperación es tan fuerte en aquellos hombres que aún no reconocen, pero si intuyen que es alguien especial. Hasta llegar a la aldea donde lo reconocen al partir el pan. Por fin se les abrió los ojos.

Se nos ha aparecido. A continuación, tenemos algo muy interesante. Es el reconocer y encontrarse con el resucitado. Ese hecho les cambia realmente toda la vida. Ahora vuelven a Jerusalén y se incorporan a la comunidad de los apóstoles y dan testimonio de lo que les ha pasado en el camino y cómo lo reconocieron al explicarles las escrituras y la fracción del pan.

Este relato de la escritura, cuya narración pertenece a Lucas 24, es realmente la radiografía del cristiano y de toda persona. Cuando sobrevaloramos nuestras expectativas, seguridades solo en nuestro yo prácticamente corremos el riesgo de perder los papeles. Lo único que se nos puede ocurrir es escapar del problema por la desesperación, apartarnos de todos, rendirnos a la soledad y tristeza. Sí, todo eso siente el corazón humano. Pero ¿Cómo dar una buena interpretación a esos hechos que pasan en nuestra vida y la historia?

Abrir el corazón, es decir, mostrar más profundo de nuestro ser a quién puede ayudarnos. Escuchar con buenas disposiciones para abrir horizontes y oportunidades. Reconocer que no estamos solos. Hay alguien que camina junto a nosotros. Entonces así podemos decir “Quédate con nosotros porque anochece”.

Emaús es nuestra radiografía. Ese Emaús ahora es todo lugar de la existencia humana donde el encuentro con Cristo puede dar sentido a todo lo que pensamos, sentimos y hacemos. La fe también tiene ese aspecto de misterio, es decir, de aquello que sobrepasa nuestro entender. Nos toca permanecer cerca de quienes pueden ayudarnos y ayudar a quienes pasan por esa situación.

P. Arnaldo Alvarado

martes, 21 de abril de 2020

La oración

La oración es la llave que abre todas las puertas - es.Jesus.net

Hay algo que nos ayuda a perseverar en dar lo mejor, incluso en momentos duros, y es orar. ¿Porqué hacerlo?

"La transformación del corazón es la primera respuesta a nuestra petición" (CEC, 2739).

Desde allí empieza todo.

domingo, 19 de abril de 2020

Cómo afrontar la muerte y el funeral durante el confinamiento por COVID-19


La Pietà di Michelangelo Buonarroti - Studia Rapido
Foto: Studia rapido

Hay circunstancias que alteran nuestro orden diario e incluso temporadas largas como el confinamiento que hoy asumimos. Las cosas se vuelven complejas cuando sucede algo muy profundo y entrañable como el fallecimiento de un familiar. Quisiera compartir algunos puntos sobre ¿Qué hacer si fallece alguien tan querido como un familiar o amigo durante el tiempo de confinamiento? Aquí algunos tips:
1.     Comprende. Que la situación que nos ubica en esta dinámica es por algún motivo ajeno a nuestra voluntad. Hay una razón que además ya pasará.
2.     Sigue. Averigua lo que está establecido y recomendado en diversos órdenes e instancias: normas, criterios, recomendaciones.
3.     Acompaña. Se trata de que estar cerca de las personas dolientes mediante saludos, mensajes, gestos.
4.     Motiva. Es verdad que nos gustaría estar en ese momento trascendental. Recuerda la muerte de Cristo en la cruz. Él murió por amor y por dar la vida y el bien a todos. Parece que estuvo solo pero no. Estaba María, su madre, y el discípulo Juan. Es decir, incluso en esa situación nadie está solo. Encuentra sentido mediante la conciencia de que alguien ya pasó por ese trance, Jesús de Nazareth. La cruz y la muerte es sólo un paso.
5.     Crece en la fe. Es duro estar en la situación de la muerte y el final de alguien. Pero hay esperanza. La fe cristiana afirma que después de la muerte hay una vida eterna. Esto es, aquella vida que no tiene fin cuya puerta es el bien, la verdad, la justicia y el perdón junto al amor con que se haya vivido en el tiempo de la existencia terrena. Al final pasará el mundo y pasaremos todos, pero se tenga la esperanza de volverse a encontrar. El amor, la vida y la belleza son eternas.
6.     Acude. Puedes pedir oraciones a tus familiares y amigos. También puede contactarse con la parroquia o Iglesia más cercana para solicitar una misa u oraciones por quien ha fallecido.
7.     Espera. En esta vida todos estamos de paso. Pero hay algo más allá. Hay esperanza de volverse a ver con quién es autor del bien y todo lo que el corazón humano puede esperar.

P. Arnaldo Alvarado

La misericordia de Dios: La duda y las llagas


Cómo puedo desarrollar un amor semejante al de Cristo? | Conexión SUD
Foto: Conexión SUD

La duda y las llagas
¡Paz a ustedes! Nos ubicamos hoy en el segundo domingo de la Pascua. El Papa san Juan Pablo II dedicó el año dos mil este día a la divina misericordia. En efecto, la misericordia forma parte de la esencia de Dios.

Misericordia viene del latín “miser (miserable, desdichado), cor, cordis (corazón) y el sufijo ia. Esta palabra se refiere a la capacidad de sentir desdicha de los demás”. Ser misericordioso significa que se hace parte de esa miseria, es decir, partícipe de esa carencia y desgracia del otro. Más ahora -en esta pandemia- es tiempo de pensar en el otro.

Con toda razón los padres de la Iglesia como primeros maestros de la fe en el cristianismo afirmaron que con el nacimiento, muerte y resurrección de Cristo hubo un admirable intercambio. Todavía más, un admirable comercio, trueque, donde no cuenta la cantidad sino la cualidad, en este caso el amor sin medida hasta el extremo.

Los textos que se leen en la santa Misa destacan por ese tono de misericordia, paz, compasión y cercanía. Pues el primer saludo de Jesús es desear la paz a los suyos ¡Paz a ustedes! Jesús ha venido a establecer la reconciliación, la armonía, la nueva manera de relacionarse con Dios y los demás. Y precisamente la paz es armonía con Dios y con los demás. Empezando por el que está más cerca.

Este saludo refleja la cercanía del Señor. El contexto que viven los discípulos es complejo, duro, dramático y con amenazas. Ya sus propias fuerzas no les sostienen. Tienen miedo. Están sin la cabeza, sin el maestro. Aún no se han tomado en serio la resurrección del Señor. La cruz es el instrumento que usa Dios para vencer el mal. No es la última palabra.

Dado que Jesús vuelve a aparecerse a los ocho días. Están encerrados. Jesús va a sacarles de esa cápsula como tantas veces lo hace Dios y nos envía instrumentos para disipar el temor, ser perdonados y encontrar una mano que nos levanta.

Cuando Juan el evangelista habla del miedo, no se refiere al psicológico, sino cobra un sentido teológico. Esto es, cuando no se toma en serio el sentido de la cruz, el sufrimiento y el mal. Ese es el peor miedo. Es la sensación del derrotado. Únicamente aceptando a Cristo resucitado y vivo se puede pasar a la paz y seguridad verdadera.

Es tan realista el Señor que se muestra como tal. Da a conocer sus heridas, es decir, las huellas del dolor, la pasión y muerte. Pero es él mismo en persona. No es un fantasma, sino el vencedor. Lo reconocemos en sus llagas y heridas curadas. Hay noches oscuras en nuestras vidas que es bueno aceptarlas y disiparlas con la luz de la resurrección.

Dios nos conoce hasta el fondo del corazón y pensamiento; ha querido instituir el sacramento de la confesión para sanar nuestras heridas. Acudamos al perdón y la misericordia divina para acogernos a la mano misericordiosa del Señor. Él nos levanta de las caídas, las que sean; cura las heridas del pasado. No digas que no tienes perdón. Aceptarte y reconocerte en ese corazón cálido que es misericordia.



sábado, 18 de abril de 2020

Cuánto más realistas más creyentes


The Incredulity of Saint Thomas (Copy after Caravaggio) | Artworks ...
Foto: Gallerie degli uffizi

Les echó en cara su incredulidad
“Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado” (Mc 16, 9-15).

De los textos más realistas que se han escrito destacan los evangelios. Marcos, segundo evangelista, por ejemplo expresa en este pasaje de las apariciones de Jesús Resucitado la realidad de los hechos.
Realmente los apóstoles no se habían tomado en serio aquellas palabras que ya el Maestro había anunciado, esto es, de su muerte y resurrección. 

Ellos apenas escuchaban semejantes punto no querían oírlo. En efecto de las personas que hacen mucho bien no se espera un final trágico. Es bueno recordar que Jesús pasó del drama del viernes santo al domingo de la resurrección. Entonces el mal es superado por la vida.

Jesús resucitado echa en cara la verdad de su resurrección mediante la tumba vacía y sus apariciones. Por tanto, les dice la verdad sobre la falta de credibilidad de sus discípulos.

Esto también nos pasa en el camino de la vida. Desconfiamos de la providencia, plan y cercanía de Dios; Por otro lado, igualmente cerramos el corazón y el entendimiento a quienes desean ayudarnos: hermanos, padres, amigos, guías, un consejo, la dirección espiritual, profesionales competentes, signos de los tiempos.

Con el realismo de la humildad abramos nuestros corazones y mentes para dejarnos ayudar y ayudar a otros.

miércoles, 15 de abril de 2020

¿Qué hago con mis hijos en casa?


La imagen puede contener: 1 persona, texto que dice "DULCE MI HOGAR 十"
Fotos: Wordpress

Tips para hacer buscar aliados en el hogar

Hay circunstancias -como la que ahora tenemos- que pueden ser aprovechadas para fortalecer el contacto más directo entre los padres e hijos. Únicamente el diálogo y estar juntos forja la unidad familiar. Esta realidad es normal en la familia. Aquí algunos tips:
1.     Agradece. La familia es el mejor espacio para el crecimiento formativo de los hijos y gozo de los padres.
2.     Aclara. Los hijos son dones y responsabilidades. La paciencia y el compromiso son buenos aliados.
3.     Planifica. Reunirse con la familia y planificar juntos el uso del tiempo. Por ejemplo, hacer un horario de estudio y clases según sus programas, juegos, responsabilidades, oración, obras caritativas desde casa, película, música, algún proyecto, ayuda en el trabajo a los padres -según las posibilidades de los hijos-.
4.     Coordina. El colegio, la parroquia, la academia cultural puede que tengan medios de apoyo para estas ocasiones. Busca apoyo, pero no sustitutos.
5.     Acompaña. Comparte los mejores momentos con tus hijos. Si tienes, como papá y mamá, responsabilidades laborales este es el momento de encontrar aliados.
6.     Evalúa. Fijarse cómo van las cosas al final del día. Encontrar fortalezas y debilidades. Recuerda que los logros son más.

lunes, 13 de abril de 2020

Lunes del ángel: Paso de la muerte a la vida


Pascua 2020: Lunes del Ángel
Foto: Aciprensa
¡Alégrense!
Buenos días familias. ¿Cómo les va?

¡Alégrense! es una palabra de Jesús resucitado. En estos días en que celebramos en la fe la Resurrección de Cristo, elemento fundamental de nuestra fe, es bueno considerar una vez más que Él ha pasado de la muerte a la vida, de la esclavitud a la libertad.

En este tiempo seguramente para cada uno de abundantes responsabilidades, preocupaciones e incluso puntos de lo que nos toca vivir que no entendamos y el sentimiento de impotencia pueda asomarse, recordemos que nadie está solo.

Si vemos las cosas desde la fe siempre hay algo más que descubrir y entender. Hagamos el esfuerzo de mantenernos en pie, ayudándose unos a otros y con esperanza.

A todos les transmito un saludo pascual. Saludos a sus familiares.

Bendiciones.

domingo, 12 de abril de 2020

Domingo de Resurrección: De la fragilidad a la fuerza


Certeza de la resurrección de Jesús, por el papa en Twitter
Foto: Revista Ecclesia
¡No teman! ¡Vayan y anuncien!
¡Cristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado! Éste era el saludo de los primeros cristianos ante la alegría de Cristo vivo que hoy puede resonar con la misma fuerza en nuestra interioridad. La liturgia de por sí es expresiva ya con la vigilia pascual, celebración que se hace la noche de la espera de la Resurrección. Allí se pasa de la oscuridad a la luz plena.

Hoy es domingo de la Resurrección del Señor. El domingo más importante del año. El domingo que hace los demás domingos. Resucitar quiere decir despertarse, levantarse, alzarse. En efecto, la tumba de Cristo estaba vacía y se apareció a las santas mujeres, los apóstoles, discípulos y a más de quinientas personas a la vez.

¿Cuándo resucitó Jesucristo? Jesucristo resucitó, por su propio poder, al tercer día de su muerte, tal como había anunciado. Pero puede afirmarse que la Resurrección de Jesús es obra de la Santísima Trinidad.

Un detalle ¿Cómo resucitó Jesucristo? Jesucristo resucitó uniendo de nuevo su alma al cuerpo, y saliendo vivo y glorioso del sepulcro para nunca más morir.

La Resurrección del Señor implica que Cristo ha derrotado la muerte, causada por nuestro pecado, el mal y toda forma de sufrimiento. Con este evento nuestra condición humana es recreada y tiene otra perspectiva, estamos invitados a la vida inmortal. Ya no estamos atados, aunque lo podamos sentir, a la tristeza, el pecado, la fragilidad y la derrota.

El encuentro con Cristo resucitado marca nuestra existencia. Con toda razón pues estamos con alguien que tiene todos los bienes altos que el corazón humano puede esperar. Siempre es bueno desprenderse ya de las cosas y fragilidades pasadas. Pasar la página del pasado que opaca la alegría. La luz de Cristo resucitado tiene que proyectar nuestras pisadas en el camino del día a día mediante la fe, el amor y la esperanza.

Jesús Resucitado nos invita ¡No tengan miedo! ¡Vayan y anuncien! Queridos amigos en esta hora de nuestra historia, donde todavía la amenaza de la pandemia ronda nuestros seres queridos y pueblos, mantengamos la fe y la confianza en el Señor; y, también en lo que cada uno puede hacer de su parte. No cedamos a la tristeza, desesperación y el desánimo.

Vamos todos con María al encuentro de Cristo vivo. Transformemos nuestros corazones, quizá desanimados por el futuro, y anunciemos que vale la pena alzarse, recomenzar y resucitar con el Señor. Los frutos puedes que no lo veas ahora, pero ya aparecerá en el horizonte.

Una gozosa Pascua de Resurrección en el Señor. Que se note en nuestra faz y mirada.


sábado, 11 de abril de 2020

Sábado santo: el silencio ante el mal y la esperanza


12 cosas que debes saber sobre el Sábado Santo - Diario Católico ...
Foto: Lausdeo.world
Descendió al lugar de los muertos
El sábado santo es el segundo día del triduo pascual. Es el tiempo que Cristo yace muerto y sepultado. Con la muerte del Señor ha sido posible la salvación universal. Él ha muerto por todos, por ti, por mí y por todos. Pero el Dios de la fe es amor y libertad ¿Asumes el amor hasta el extremo de Dios y te haces parte de él? ¿Abres tu puerta?

De allí que Cristo desciende al lugar de los justos (del antiguo testamento también) que esperaban al salvador y murieron antes de Cristo con la esperanza de ver este día. A este aspecto se conoce como descenso de Cristo a los infiernos (lugar de los muertos).

¿Cómo se puede vivir este día con la familia? Es un día de oración, silencio, reflexión, penitencia, asombro por la muerte de un justo e inocente, pero con la fuerza de la esperanza. Es quedarse por un instante frente a la muerte y el mal. Que todos en algún momento lo experimentamos. El mal no puede ser la última palabra, sino que será vencido con la resurrección del Señor de la vida.  

Nos asusta la muerte y eso es natural. Pues el sentido de nuestra vida es vivir. En efecto, la muerte ha sido el salario del pecado, pero la muerte también ha sido transformada en Vida eterna por la muerte de Cristo. No podemos imaginarnos el sufrimiento de quién experimenta la muerte de alguien tan querido sino en la Pasión de Cristo.

Hoy acompañamos a tantas personas y familias que permanecen en pie, con asombro y casi sin fuerzas frente a sus afectados por la pandemia que azota la civilización humana, la opresión de las injusticias, el atropello a la dignidad de la persona, las violencias y el galope a ciegas de las ideologías que pasa sobre todo ser humano sin darle importancia a las consecuencias. Es duro estar como actores y como inocentes en esas situaciones.

Recuerda que si algo pasa y no está en nuestros planes hay que encontrar el sentido. Nos toca darle motivos para sacar fuerzas donde parece que ya no hay. Sí, siempre hay alguien por y con quién llevar. El mal en cualquiera de sus versiones es pasajero, limitado y corto. 

Hay esperanza porque hay vida.


viernes, 10 de abril de 2020

Triduo pascual. Viernes Santo: la sed de Dios


El Rosario: Quinto misterio doloroso
Foto: Directorio franciscano
Dios mío, Dios mío por qué me has abandonado
Hoy es Viernes Santo y se conmemora la pasión y muerte de Cristo en la Cruz. Este es un día de oración, ayuno (puede ser tomar sólo un alimento fuerte siempre para personas mayores, niños y delicadas en la salud no obliga) y abstinencia de no comer carne que obliga especialmente a los mayores de edad (18-59 años).
También podemos contarnos en esa muchedumbre que condena y crucifica a Cristo. El Señor con su amor hasta el extremo nos ha hecho renacer y nos ha perdonado. Así como Eva nace del costado dormido de Adán, así la Iglesia, y con ella cada cristiano, nace del costado abierto de Cristo en la cruz.
La liturgia es sobria, profunda y estremecedora. Destaca en ella el signo de duelo por la muerte del Señor y la adoración de la Cruz. En este día la Iglesia ora por todas las necesidades, especialmente por la conversión de quienes voluntariamente se apartan del Amor misericordioso.
Únicamente es el amor el que nos salva. El amor hasta el extremo, “el amigo da la vida por el amigo”. Cristo nos ha salvado por amor con su muerte en la Cruz. Ha muerto por ti y por mí y por todos. Mediante ese sacrificio nos vino la redención. San Pablo con toda razón dice: “Hemos sido comprados a gran precio”.
La tarde del Viernes Santo representa el drama inmenso del sufrimiento del inocente, del dolor, la injusticia, el experimentar el mal, en una palabra, el tocar fondo. Ya Alguien que es Amor nos ha precedido en esto. Hay alguien que se ha interesado antes.


Hoy ¿Qué se puede hacer en casa? Con la familia: leer Juan 18,1-19,42, meditar y ver la Pasión de Cristo (Una sugerencia: Película de Mel Gibson) y rezar el vía Crucis.
Puedes estar quizá en la cruz del sufrimiento: enfermedad (como la pandemia que n estaba en nuestra imaginación), el dolor, la injusticia, la traición, la calumnia, el odio, el resentimiento; recuerda que siempre hay personas buenas que te acompañan como el buen ladrón, María la madre de Jesús. No estás en la soledad, mira a Cristo y su cruz.
San Juan teólogo y cronista de la pasión nos lleva a contemplar el misterio de la cruz de Cristo como una solemne liturgia. Y los títulos de Jesús componen una hermosa característica profunda de Cristo: Jesús es Rey. Él reina desde el extremo del amor. Es sacerdote y templo a la vez, con la túnica inconsútil que los soldados echan a suertes.
Cristo en la cruz dice: “tengo sed”. Si tomamos este deseo divino desde el aspecto profundo se puede decir que el Señor tiene sed de nuestra correspondencia al amor, de la fe y de unir nuestras cruces del día a día a su cruz redentora. Que rechacemos el pecado y la soberbia con todas nuestras fuerzas.
El cristiano acepta la cruz de cada día con Amor. La cruz llevada con buenas disposiciones es signo de salvación y de esperanza Cuando te ves en el Calvario ¿Acudes a la compañía de Dios, personas nobles y María la madre de Dios? La cruz no es el fin, sino el medio para la vida si lo llevas por amor y con sentido de redención.
Sí Cristo ha vencido la muerte, el mal, la injusticia.


jueves, 9 de abril de 2020

Triduo pascual. Jueves santo: Darse y quedarse

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Tomen y coman esto es mi cuerpo
En este día del jueves santo Jesús instituye en la última Cena la Eucaristía, el sacerdocio y el mandamiento nuevo de la caridad. Desde ese momento nunca ha dejado de estar presente en la Eucaristía en todas las misas y sagrarios del mundo.
Así el Señor ha querido darse con anticipación a su pasión y muerte y quedarse para siempre. Sólo el amor ardiente, sin medida y hasta el extremo es capaz de esto. La Eucaristía hace la Iglesia. Recibida con fe es medicina en nuestras fragilidades.
Esta misa tiene lugar entre las 5 y 8pm del Jueves Santo. De esta manera se da inicio el triduo pascual: pasión y muerte, sepultura y resurrección del Señor. En la Última Cena el Señor se reúne con sus discípulos para celebrar la Pascua.
Esta celebración significaba para los judíos la conmemoración de la liberación de la esclavitud de Egipto. Había unas formas establecidas para celebrarla. En este sentido siguiendo la costumbre judía, Pedro y Juan, realizan las disposiciones de Jesús y cuidaron que todo estuviera correctamente dispuesto para la cena.
Jesús confiere a los apóstoles la potestad celebrar la Eucaristía. Así Jesús allí mismo instituye el sacerdocio y la Eucaristía, convierte a sus apóstoles en sacerdotes y obispos.
La Eucaristía es el centro de nuestra vida espiritual, sabemos que Jesús está real y verdaderamente presente con su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad bajo las especies del pan y del vino. Él mismo dijo: este es mi cuerpo…, esta es mi sangre…, hagan esto en memoria mía. El Señor nos acompaña en nuestro caminar fatigoso, incierto a veces, pero con esperanza.
El gesto del lavatorio de los pies por parte de Jesús a los apóstoles instaura un nuevo vínculo: la caridad. Quiere decir que el Maestro se hace servidor dejando muy en claro a sus discípulos, sea de la condición que sea, que ese es su identidad: el servicio. A los cristianos nos corresponde esto ser servidores.
¿Qué compromisos puedes fijar del jueves santo? Asistir con mayor disposición a la Santa Misa. Prepararse cada vez mejor para recibir la Sagrada Eucaristía. Imitar a Cristo en el servicio desinteresado y amar hasta el extremo (incluso a los que parece no vale la pena amar). Visitar con más frecuencia el sagrario, aunque sea un tiempo pequeño. Orar por las vocaciones al sacerdocio. Tener en claro que Jesús está en la Eucaristía, acompaña y espera tu confianza.
P. Arnaldo Alvarado
Docente de Filosofía SSJ-IESPPSJ

miércoles, 8 de abril de 2020

3 tips para época de crisis y la pandemia


La union hace la fuerza - Pr. Carlos Pérez Doldan - YouTube

La unión hace la fuerza

Estos días vivimos situaciones jamás imaginadas por las generaciones más jóvenes. Pensábamos que teníamos la historia en nuestras manos. Es más, creíamos que ya teníamos comprado el futuro. Pero resulta que no. ¿Cómo podemos asumir todo lo que genera esta pandemia?

En primer lugar estar juntos, unidos como familia y sociedad. Habrá que ejercer más la inteligencia, la fuerza de voluntad optimista y mucha oración.  Lo peor que nos puede suceder es el pánico, el miedo y la desconfianza. En tiempos de crisis sale del corazón humano lo más noble (obras caritativas) como también lo más bajo (aprovecharse de la ocasión). Se trata de apoyarse unos a otros con desinterés.

Como segundo punto agradecer lo poco que se pueda tener y compartir incluso lo que puede parecer que faltará. Es tiempo de vivir la caridad mediante las obras de misericordia; entre otras, dar de comer, dar de beber, consolar, rezar por los difuntos, etc. Eso sí no te quejes.

En tercer lugar mira con esperanza el presente y el mañana. Saca lecciones de la vida. Reflexiona y corrige modos de pensar, hacer, imaginar; no basta que ores, has penitencia y muestra tu decidido cambio de conducta.

Jesús nos enseña en este día -con sus hechos y palabras- lo importante de estar unidos en las dificultades que ya se tiene, en las durezas que pueden venir y sobre todo en la confianza en Dios Padre providente que no abandona a sus hijos.

¿Te animas a orar con fe el Padre Nuestro para que no nos falte la Eucaristía -sustento espiritual- y el pan de cada día?



martes, 7 de abril de 2020

Miércoles Santo: El perdón. La cena, gesto de estar juntos


Quinta-feira santa – ZENIT – Portugues
Foto: Zenit
Ellos se ajustaron con él en treinta monedas


En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: ¿Qué están dispuestos a darme, si les entrego a Él? Ellos se ajustaron con él en treinta monedas (Mt 26, 14-25).

Judas Iscariote, uno de los amigos de Jesús, así tramó la traición. El cambio fue por una miseria. Las traiciones e infidelidades siguen esa lógica. Se vende lo más preciado por nada. Parece que se hace lo mejor con ese proceder, pero sólo queda el vacío, la angustia, la desesperación y la nada.

¿Cómo encontrar salida de ese drama? Con la valentía de la aceptación, arrepentimiento, perdón y acudir a la misericordia de Dios que se nos da en la confesión.  Judas y Pedro traicionaron a su Maestro. Pero tuvieron finales distintos. Que tus pecados y errores te acerquen a la misericordia divina.

En este miércoles santo nos ubicamos en vísperas del triduo pascual. Tres días que ocupan el lugar central de la semana santa o pascua: viernes y sábado santo y domingo de resurrección.

La pascua era la fiesta más importante del pueblo de Israel. En esta fecha se hacía memoria de la liberación de Israel de la esclavitud por la mano prodigiosa de Dios. Durante la pascua se sacrificaba en el templo un cordero y luego tenía que consumirse en la familia. El mayor de todos hacía recordar los prodigios de Dios con su pueblo.

Jesús envió a sus discípulos a preparar la cena. Será la última cena y allí adelantará su pasión y muerte. Así como el cordero se sacrificaba y era comido, así también Cristo es el cordero que quita el pecado del mundo y en la Eucaristía se nos da como alimento.

¿Te animas a orar con fe el Padre Nuestro para que no nos falte la Eucaristía y el pan de cada día?



lunes, 6 de abril de 2020

Misa Crismal: aceite sobre las heridas


The Chrism Mass and Sacramental Oils Explained | Catholic ...
Foto: Printerest


La misa crismal o estacional es aquella que celebra el obispo con todos los sacerdotes de la respectiva jurisdicción eclesiástica en el marco de la semana santa. Está previsto que sea el jueves santo por la mañana, pero por circunstancias geográficas puede trasladarse a otro día.

En esta celebración se consagra los Óleos: de catecúmenos, crisma y de los enfermos. Dichos ungüentos sagrados se usan para los sacramentos del bautismo, confirmación u orden sagrado (diácono, presbítero y obispo) y unción de los enfermos.

Entonces es el obispo es quien preside la ceremonia acompañado con los sacerdotes de todas las parroquias que pertenecen a su diócesis y los religiosos de la localidad, además de todo el pueblo de Dios en ese el lugar. Todos ellos representan la comunión, unidad y fraternidad de la Iglesia.

La celebración Crismal resalta el sacerdocio ministerial. De los sacerdotes depende en gran parte la vida sobrenatural de los fieles; solamente ellos pueden hacer presente a Jesucristo sobre el altar convirtiendo el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo y perdonar los pecados.

Aunque éstas sean las dos funciones principales del ministerio sacerdotal, su misión no se agota ahí: administra también los demás sacramentos, predica la palabra divina, dirige espiritualmente, preside en la caridad, etc. En definitiva, la esencia del sacerdocio es estar ante el Señor en su presencia (oración) y el servicio (palabra, sacramentos, caridad).

Durante el desarrollo de la misa, después del evangelio y la homilía, el obispo invita a sus sacerdotes a renovar las promesas ministeriales, prometiendo unión y fidelidad a Cristo, celebrar el santo sacrifico en Su nombre y enseñar a los fieles el camino de la salvación. Cada sacerdote renueva el sí dado en el día de su consagración.

También se hace alusión a sacerdocio común de todos los fieles, ya que participan del sacerdocio de Cristo por el bautismo y de la misión única de la Iglesia. Todos están llamados a la santidad. Todos deben buscar la gloria de Dios y trabajar en la evangelización, dando con su vida testimonio de la fe que profesan.


Martes santo: fragilidad y promesa

La negación de San Pedro. Carl Heinrich Bloch
Foto: Arguments
“Uno de ustedes me va a entregar” - “Yo daré mi vida por ti”

Hoy martes santo corresponde según el evangelio de la misa el anuncio que Jesús hace a sus discípulos de los hechos que vendrán, esto es, será entregado, traicionado por uno de los suyos, sufrirá la pasión y glorificación.

Todo en el contexto de la amistad y confianza. Como si aquello que siendo Dios conoce lo más profundo del corazón humano y confía a sus amigos esa tristeza. De esta manera predice los últimos acontecimientos en su vida.

Los apóstoles no pueden escuchar semejante tragedia. Pedro toma la iniciativa y expresa su promesa de dar la vida por su Maestro. Jesús echa en cara la fragilidad del pescador de Galilea e incluso profetiza la negación.

Mientras que Judas el traidor ya no está con los demás. El demonio se ha metido en él. Ha entrado en la noche de su vida y comienza a consumar la traición de su Señor. Jesús ha agotado todos los medios para que el traidor cambie en su corazón pero la ceguera del amigo ha sido intensa.


Seguramente puedes notar tu fragilidad y puntos débiles que te llevan al pecado o a la caída de lo mismo. ¿Qué hacer? Dios siempre espera la humildad de tu parte y el arrepentimiento junto al signo de cambio. No te desesperes porque estarás en la noche oscura de tu vida. Acude y confía en el Señor que te asista en la hora de la prueba. 


Lunes santo: la cena y el perfume


Santo de hoy - Marta de Betania, Santa Hemana de Lázaro y María ...
Foto: Parroquia Nuestra Sra. de la salud

Hoy es lunes santo. El texto que tenemos en la santa Misa es aquel pasaje de Juan 12, 1-11, cuarto evangelista, donde se relata la visita de Jesús a sus amigos de Betania: María, Marta y Lázaro. Esto ocurre seis días antes de celebrar la Pascua.

Jesús siempre que pasaba a Jerusalén tenía el hábito de quedarse en Betania. Allí los amigos le recibían con agrado. En aquella casa sencilla, pobre lo que sobraba era el cariño de parte del huésped y de los anfitriones. Eran todos sencillos y generosos.

Volviendo al pasaje. Dice el texto que Jesús se sentó a la mesa para la cena y María ungió al maestro con un perfume muy caro. El costo del frasco era casi el pago de un año de trabajo de un obrero agrícola. La cena. Jesús está cansado y se sienta a la mesa. Necesita reponer energías. El perfume con que ha sido ungido inunda con su aroma toda la casa y seguramente todo el barrio, puesto que era muy bueno.

¿Qué podemos aprender de este pasaje bíblico? El valor de la amistad. Primero querer, para ser buenos amigos puede faltar de todo, pero lo que debe sobrar es querer el bien y decir la verdad al amigo. Segundo compartir, siempre tenemos gozos y dificultades; algunas veces más grandes otras pequeñas, pero lo mejor es compartirlas, poner juntos el hombro y todo se hace más llevadero. Tercero confiar, en la amistad hay confianza. Jesús confía a sus amigos lo que tiene que padecer y también dice la verdad al amigo -Judas- tratando de sacarle del error.  

En estos días de la semana santa y con la circunstancia que nos rodea hagamos que la amistad con Dios, con la familia, colegas, vecinos y amigos sea más intensa sobre la base del bien y la verdad. Demos una mano a quién más necesita. ¿Te propones ayudar a alguien a llevar sus penurias?

Buen inicio de semana santa.

domingo, 5 de abril de 2020

Domingo de Ramos y de la pasión del Señor. Reflexiones T-A


La imagen puede contener: planta, noche y exterior, texto que dice "DOMINGO DE RAMOS"
“Bendito el que viene en nombre del Señor”

Ya estamos inmersos en la semana santa. Con este día del domingo de Ramos y de la pasión del Señor se inicia la gran semana del año cristiano. Este día conmemora y actualiza la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén y el anuncio de su pasión y muerte. ¿Valoras la pasión y muerte del Señor que todo lo ha hecho por ti y por todos?

En efecto, la celebración litúrgica de hoy tiene dos grandes partes. En la primera se conmemora Jesús sube de Galilea a Jerusalén. Él es bien recibido por la multitud de peregrinos.  De allí que bendecimos los ramos. Y en la segunda parte de la misa de hoy se lee el relato de la pasión y muerte del Señor según san Mateo 26, 14-27,66.

En la lectura bíblica se destacan los hechos y dichos de Jesús y quienes le acompañaron en sus últimas horas como acontecimiento de salvación por todos. Por su muerte nos liberó. Ahora nos toca acoger y hacer que todo el amor de Dios rinda sus frutos en nuestra vida. Ante el misterio del mal, el dolor, la enfermedad y la traición la pasión de Cristo es la mejor respuesta. 

Hay que notar que los ritos y palabras de la liturgia expresan lo más profundo del acontecimiento. Así como Jesús subió a Jerusalén para celebrar la pascua cuya meta es la cruz. Allí va con prontitud. También nosotros emprendamos un camino interior. Jesús se dirige al templo que es el signo de la presencia de Dios.

Nada ni nadie puede contener a Dios, pero lo importante es que Él se nos da. En realidad, el lugar definitivo de la presencia de Dios está en el corazón humano, lugar de contacto entre Dios y el hombre. Para acceder a esa sala hay que pasar por la puerta cuyas llaves son la humildad, la fe y la apertura.

Un detalle. Jesús al llegar al templo encuentra a los cambistas y vendedores de palomas. Dado que en el templo no podía existir monedas puesto que llevaba la imagen del César, contrapuesto al templo, y por tanto se incurría en idolatría. Únicamente podía hacerse ese tipo de intercambio. No se puede juntar a Dios con la mentalidad pagana.

Toda esa actividad debía hacerse en el atrio de los gentiles (también llamados paganos, esto es, aquellos que no tienen la fe y no conocen más que la razón). Aunque los paganos no entraban sí podían unirse a la oración en el atrio de la fe. Esto nos indica que Dios siempre espera su búsqueda, oración e invocación. Jesús defiende el orden verdadero.

¿Nuestra fe es suficientemente pura, abierta, acogedora y coherente para que los demás puedan ver el orden divino? Entonces Jesús instaura el verdadero culto “en espíritu y verdad”. Adorar con aquél que es la verdad. Atención que hayamos convertido nuestro corazón en “cueva de bandidos”. Es hora de acudir a la bondad sanadora de Jesús, puesto que Él tiene la vocación de curar, servir. La bondad sana.

En este día has el propósito de iniciar ya tu camino interior para celebrar la pascua con Jesús. Lee, medita y comparte las escrituras (evangelios) en sus últimos capítulos. Seguramente estás orando, pero no es suficiente. Has el compromiso de cambiar ya en algo y sólo así haces una verdadera pascua (paso, cambio, conversión). Las circunstancias son distintas, pero la intensidad tiene que ser generosa, recogida, decidida y propositiva.

Una grandiosa semana santa en familia. Celébralo esta vez desde casa.

Inspirado en las homilías del Papa Benedicto XVI 2008 y 2011.

sábado, 4 de abril de 2020

La semana santa ¿Qué es y cómo puedo celebrar?


Vaticano

Hace más de tres meses nuestros planes eran otros. Hoy nos adecuamos a la realidad, no nos quejamos, sino que aceptamos y ponemos lo mejor de nuestra creatividad para vivir la semana santa. Nos gustaría estar en la celebración litúrgica para palpar, ver e introducirnos en la atmósfera de la gracia divina, pero tenemos como tarea poner más intensidad todavía en celebrar la semana santa por los medios de comunicación, internet, etc.. Ahora la Iglesia doméstica, la familia, es la clave para crear el clima de oración. Aquí algunas consideraciones.

La semana santa son los días que se celebra la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Es el corazón del año cristiano cuyo centre es el triduo pascual. Inicia con el domingo de Ramos en la pasión del Señor y concluye el domingo de resurrección. Es toda una semana dedicada a celebrar las acciones de Dios por la salvación del hombre acontecidas en los últimos días del Señor Jesús. Cada día se conmemora algo especial de la vida de Cristo.

El triduo pascual formado por los días: viernes santo, sábado santo y domingo de resurrección. Esto es Cristo muerto, sepultado y resucitado. En estos días actualizamos todo lo que hizo Dios por nosotros: institución de la Eucaristía, el sacerdocio, la caridad, pasión y muerte, sepultura y la Resurrección de Cristo. Veamos día por día.

El domingo de Ramos celebramos la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén y el anuncio de su pasión. El lunes, martes y miércoles santo hacemos memoria respectivamente de la unción en Betania, del anuncio de la traición de Judas y del hecho mismo de la traición.

El jueves santo conmemoramos la institución de la Eucaristía, el sacerdocio y el mandato de la caridad. Jesús instituye todo esto en la última cena. De esta manera anticipa su pasión de tal modo que recibir la Eucaristía es participar del sacrificio de Cristo en la cruz. De allí que cada misa es una actualización del acto redentor.

El viernes santo es un día de ayuno y abstinencia. La Iglesia conmemora la pasión y muerte del Señor. Además, recuerda que ella nace del costado de Cristo muerto en la cruz. También es un día especial porque se ora por toda la humanidad y por todas las necesidades.

El sábado santo es el día del silencio ante la sepultura del Señor. La iglesia medita la muerte de su Señor. Es el día de la esperanza. Con la vigilia pascual y el domingo celebramos la resurrección del Señor. Cristo ha resucitado y vive con nosotros. Como cristianos tenemos el compromiso de celebrar la Pascua con el Señor.

¿Qué significa celebrar la pascua?
Significa celebrar mi salvación y la salvación del mundo. Entonces tomarlo como paso, transformación, cambio para cosas buenas; por ejemplo, proponerte en acudir con frecuencia a la santa Misa; si no te gusta ayudar en casa o a los más necesitados, ahora te esfuerzas por pensar en los demás. Si hay heridas en el alma, ahora perdonas y oras por los que te han hecho el mal. Si estás en pecado, ahora recuperas la gracia y el buen semblante.

¿Cómo puedo celebrar la Semana Santa?
1)    Participar (en esta ocasión tendrás que seguir por los medios) en las celebraciones litúrgicas. Dios nos ama con locura y por eso da su vida en la cruz. Dice san Pablo, “Cristo se entregó por mí, murió por mí”. Entonces ¿qué puedo hacer por Él?
2)    Dar el paso. Haz una buena confesión, pide perdón a Dios. Él perdona porque ama. Si no estás tranquilo y con paz es que te falta el perdón y reconciliación. Conviértete, encuentra la paz, siéntete amado y vive feliz. Además, fija un propósito de cambio en tu vida.
3)    Vivir la semana santa como un personaje más, un partícipe. No caigas en la tentación de ser un espectador. Dedícale tiempo, preparación, recogimiento, oración, ayuno, caridad (piensa en los demás). Que se note que celebras la semana santa.

Deseo a todos una gozosa semana santa. Dios les bendiga. 


P. Arnaldo Alvarado
Seminario Mayor de Cañete - IESPPSJ

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