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viernes, 12 de junio de 2015

El aborto en caso de violación ¿es progreso y solidaridad?

Acabo de leer una máxima jurídica. Esta vez lo expresa el historiador romano Tácito: “corruptissima republica, plurimae legis”; puede ser traducido así: cuanto más corrupta es una república más leyes hace. ¿será esto el caso de nuestro país? Se hacen más leyes y, por ejemplo, la corrupción va creciendo a gran escala en diversos sectores. Pero ahora quiero decir dos palabras sobre la desprotección del concebido y las leyes sobre el aborto: no es progreso ni solidaridad con el concebido y la víctima.


Para ser coherentes el compromiso con la vida debe siempre y en todas partes. Es sorprendente hasta dónde pueden llegar nuestras acciones. Cuando nos proponemos hacer actos heroicos llegamos a dar lo mejor de nosotros; cuando nos proponemos actos que pensamos que son lícitos pero que realmente no lo es también hacemos todo lo posible para conseguirlo; incluso cuando nos digan lo contrario mostrándonos la realidad de las cosas. Se trata entonces del interés.

Un interés común debe ser la defensa de la vida. Quienes defienden la vida desde su concepción hasta la muerte natural están movidos directamente por el respeto y la solidaridad con el más indefenso y la víctima o ¿no es así?. Es común de los mortales ser solidarios con los necesitados, con aquellos que requieren de algo, que son menesterosos. En este caso son dos: madre e hijo. Lógicamente ese hijo o hija no ha llegado en el lugar y momento oportuno (en el caso de la violación). Es realmente duro que una persona sufra semejante atropello a su dignidad.

Entonces sería un fraude que al más necesitado privarle de lo más urgente. Atribuir que legalizar el aborto es de progresía y solidaridad no parece razonable. Realmente allí esas actitudes privan la vida del inocente y ponen en peligro de la madre. Así pues la vida exige ser protegida por derecho y no el menoscabo.

Signo de progreso es custodiar y desarrollar aquello que corresponde a cada uno y hacer que sea mejor. No pensemos que buscar el progreso significa atropellar lo más fundamental de las personas. El fin no justifica los medios. Por si acaso los países del primer mundo no están allí porque han sido progresistas y permisivos, sino por un trabajo serio a todos los niveles. Progreso es aquello que lleva al bien común y a la mejora de todos. En la realización del aborto no veo ningún progreso. Se elimina una vida inocente y se pone en peligro la vida de la madre.

Defender a quien no puede hacerlo por sí mismo es lo más solidario que se puede hacer. Se trata de comprometerse con la necesidad del otro. No hacerlo y más todavía negarle a sabiendas de la urgencia sí que es inhumano. Cuidado con las sensiblerías. 
  
P. Arnaldo Alvarado

Docente de Filosofía

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