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lunes, 13 de abril de 2020

Lunes del ángel: Paso de la muerte a la vida


Pascua 2020: Lunes del Ángel
Foto: Aciprensa
¡Alégrense!
Buenos días familias. ¿Cómo les va?

¡Alégrense! es una palabra de Jesús resucitado. En estos días en que celebramos en la fe la Resurrección de Cristo, elemento fundamental de nuestra fe, es bueno considerar una vez más que Él ha pasado de la muerte a la vida, de la esclavitud a la libertad.

En este tiempo seguramente para cada uno de abundantes responsabilidades, preocupaciones e incluso puntos de lo que nos toca vivir que no entendamos y el sentimiento de impotencia pueda asomarse, recordemos que nadie está solo.

Si vemos las cosas desde la fe siempre hay algo más que descubrir y entender. Hagamos el esfuerzo de mantenernos en pie, ayudándose unos a otros y con esperanza.

A todos les transmito un saludo pascual. Saludos a sus familiares.

Bendiciones.

domingo, 12 de abril de 2020

Domingo de Resurrección: De la fragilidad a la fuerza


Certeza de la resurrección de Jesús, por el papa en Twitter
Foto: Revista Ecclesia
¡No teman! ¡Vayan y anuncien!
¡Cristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado! Éste era el saludo de los primeros cristianos ante la alegría de Cristo vivo que hoy puede resonar con la misma fuerza en nuestra interioridad. La liturgia de por sí es expresiva ya con la vigilia pascual, celebración que se hace la noche de la espera de la Resurrección. Allí se pasa de la oscuridad a la luz plena.

Hoy es domingo de la Resurrección del Señor. El domingo más importante del año. El domingo que hace los demás domingos. Resucitar quiere decir despertarse, levantarse, alzarse. En efecto, la tumba de Cristo estaba vacía y se apareció a las santas mujeres, los apóstoles, discípulos y a más de quinientas personas a la vez.

¿Cuándo resucitó Jesucristo? Jesucristo resucitó, por su propio poder, al tercer día de su muerte, tal como había anunciado. Pero puede afirmarse que la Resurrección de Jesús es obra de la Santísima Trinidad.

Un detalle ¿Cómo resucitó Jesucristo? Jesucristo resucitó uniendo de nuevo su alma al cuerpo, y saliendo vivo y glorioso del sepulcro para nunca más morir.

La Resurrección del Señor implica que Cristo ha derrotado la muerte, causada por nuestro pecado, el mal y toda forma de sufrimiento. Con este evento nuestra condición humana es recreada y tiene otra perspectiva, estamos invitados a la vida inmortal. Ya no estamos atados, aunque lo podamos sentir, a la tristeza, el pecado, la fragilidad y la derrota.

El encuentro con Cristo resucitado marca nuestra existencia. Con toda razón pues estamos con alguien que tiene todos los bienes altos que el corazón humano puede esperar. Siempre es bueno desprenderse ya de las cosas y fragilidades pasadas. Pasar la página del pasado que opaca la alegría. La luz de Cristo resucitado tiene que proyectar nuestras pisadas en el camino del día a día mediante la fe, el amor y la esperanza.

Jesús Resucitado nos invita ¡No tengan miedo! ¡Vayan y anuncien! Queridos amigos en esta hora de nuestra historia, donde todavía la amenaza de la pandemia ronda nuestros seres queridos y pueblos, mantengamos la fe y la confianza en el Señor; y, también en lo que cada uno puede hacer de su parte. No cedamos a la tristeza, desesperación y el desánimo.

Vamos todos con María al encuentro de Cristo vivo. Transformemos nuestros corazones, quizá desanimados por el futuro, y anunciemos que vale la pena alzarse, recomenzar y resucitar con el Señor. Los frutos puedes que no lo veas ahora, pero ya aparecerá en el horizonte.

Una gozosa Pascua de Resurrección en el Señor. Que se note en nuestra faz y mirada.


sábado, 11 de abril de 2020

Sábado santo: el silencio ante el mal y la esperanza


12 cosas que debes saber sobre el Sábado Santo - Diario Católico ...
Foto: Lausdeo.world
Descendió al lugar de los muertos
El sábado santo es el segundo día del triduo pascual. Es el tiempo que Cristo yace muerto y sepultado. Con la muerte del Señor ha sido posible la salvación universal. Él ha muerto por todos, por ti, por mí y por todos. Pero el Dios de la fe es amor y libertad ¿Asumes el amor hasta el extremo de Dios y te haces parte de él? ¿Abres tu puerta?

De allí que Cristo desciende al lugar de los justos (del antiguo testamento también) que esperaban al salvador y murieron antes de Cristo con la esperanza de ver este día. A este aspecto se conoce como descenso de Cristo a los infiernos (lugar de los muertos).

¿Cómo se puede vivir este día con la familia? Es un día de oración, silencio, reflexión, penitencia, asombro por la muerte de un justo e inocente, pero con la fuerza de la esperanza. Es quedarse por un instante frente a la muerte y el mal. Que todos en algún momento lo experimentamos. El mal no puede ser la última palabra, sino que será vencido con la resurrección del Señor de la vida.  

Nos asusta la muerte y eso es natural. Pues el sentido de nuestra vida es vivir. En efecto, la muerte ha sido el salario del pecado, pero la muerte también ha sido transformada en Vida eterna por la muerte de Cristo. No podemos imaginarnos el sufrimiento de quién experimenta la muerte de alguien tan querido sino en la Pasión de Cristo.

Hoy acompañamos a tantas personas y familias que permanecen en pie, con asombro y casi sin fuerzas frente a sus afectados por la pandemia que azota la civilización humana, la opresión de las injusticias, el atropello a la dignidad de la persona, las violencias y el galope a ciegas de las ideologías que pasa sobre todo ser humano sin darle importancia a las consecuencias. Es duro estar como actores y como inocentes en esas situaciones.

Recuerda que si algo pasa y no está en nuestros planes hay que encontrar el sentido. Nos toca darle motivos para sacar fuerzas donde parece que ya no hay. Sí, siempre hay alguien por y con quién llevar. El mal en cualquiera de sus versiones es pasajero, limitado y corto. 

Hay esperanza porque hay vida.


viernes, 10 de abril de 2020

Triduo pascual. Viernes Santo: la sed de Dios


El Rosario: Quinto misterio doloroso
Foto: Directorio franciscano
Dios mío, Dios mío por qué me has abandonado
Hoy es Viernes Santo y se conmemora la pasión y muerte de Cristo en la Cruz. Este es un día de oración, ayuno (puede ser tomar sólo un alimento fuerte siempre para personas mayores, niños y delicadas en la salud no obliga) y abstinencia de no comer carne que obliga especialmente a los mayores de edad (18-59 años).
También podemos contarnos en esa muchedumbre que condena y crucifica a Cristo. El Señor con su amor hasta el extremo nos ha hecho renacer y nos ha perdonado. Así como Eva nace del costado dormido de Adán, así la Iglesia, y con ella cada cristiano, nace del costado abierto de Cristo en la cruz.
La liturgia es sobria, profunda y estremecedora. Destaca en ella el signo de duelo por la muerte del Señor y la adoración de la Cruz. En este día la Iglesia ora por todas las necesidades, especialmente por la conversión de quienes voluntariamente se apartan del Amor misericordioso.
Únicamente es el amor el que nos salva. El amor hasta el extremo, “el amigo da la vida por el amigo”. Cristo nos ha salvado por amor con su muerte en la Cruz. Ha muerto por ti y por mí y por todos. Mediante ese sacrificio nos vino la redención. San Pablo con toda razón dice: “Hemos sido comprados a gran precio”.
La tarde del Viernes Santo representa el drama inmenso del sufrimiento del inocente, del dolor, la injusticia, el experimentar el mal, en una palabra, el tocar fondo. Ya Alguien que es Amor nos ha precedido en esto. Hay alguien que se ha interesado antes.


Hoy ¿Qué se puede hacer en casa? Con la familia: leer Juan 18,1-19,42, meditar y ver la Pasión de Cristo (Una sugerencia: Película de Mel Gibson) y rezar el vía Crucis.
Puedes estar quizá en la cruz del sufrimiento: enfermedad (como la pandemia que n estaba en nuestra imaginación), el dolor, la injusticia, la traición, la calumnia, el odio, el resentimiento; recuerda que siempre hay personas buenas que te acompañan como el buen ladrón, María la madre de Jesús. No estás en la soledad, mira a Cristo y su cruz.
San Juan teólogo y cronista de la pasión nos lleva a contemplar el misterio de la cruz de Cristo como una solemne liturgia. Y los títulos de Jesús componen una hermosa característica profunda de Cristo: Jesús es Rey. Él reina desde el extremo del amor. Es sacerdote y templo a la vez, con la túnica inconsútil que los soldados echan a suertes.
Cristo en la cruz dice: “tengo sed”. Si tomamos este deseo divino desde el aspecto profundo se puede decir que el Señor tiene sed de nuestra correspondencia al amor, de la fe y de unir nuestras cruces del día a día a su cruz redentora. Que rechacemos el pecado y la soberbia con todas nuestras fuerzas.
El cristiano acepta la cruz de cada día con Amor. La cruz llevada con buenas disposiciones es signo de salvación y de esperanza Cuando te ves en el Calvario ¿Acudes a la compañía de Dios, personas nobles y María la madre de Dios? La cruz no es el fin, sino el medio para la vida si lo llevas por amor y con sentido de redención.
Sí Cristo ha vencido la muerte, el mal, la injusticia.


jueves, 9 de abril de 2020

Triduo pascual. Jueves santo: Darse y quedarse

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Tomen y coman esto es mi cuerpo
En este día del jueves santo Jesús instituye en la última Cena la Eucaristía, el sacerdocio y el mandamiento nuevo de la caridad. Desde ese momento nunca ha dejado de estar presente en la Eucaristía en todas las misas y sagrarios del mundo.
Así el Señor ha querido darse con anticipación a su pasión y muerte y quedarse para siempre. Sólo el amor ardiente, sin medida y hasta el extremo es capaz de esto. La Eucaristía hace la Iglesia. Recibida con fe es medicina en nuestras fragilidades.
Esta misa tiene lugar entre las 5 y 8pm del Jueves Santo. De esta manera se da inicio el triduo pascual: pasión y muerte, sepultura y resurrección del Señor. En la Última Cena el Señor se reúne con sus discípulos para celebrar la Pascua.
Esta celebración significaba para los judíos la conmemoración de la liberación de la esclavitud de Egipto. Había unas formas establecidas para celebrarla. En este sentido siguiendo la costumbre judía, Pedro y Juan, realizan las disposiciones de Jesús y cuidaron que todo estuviera correctamente dispuesto para la cena.
Jesús confiere a los apóstoles la potestad celebrar la Eucaristía. Así Jesús allí mismo instituye el sacerdocio y la Eucaristía, convierte a sus apóstoles en sacerdotes y obispos.
La Eucaristía es el centro de nuestra vida espiritual, sabemos que Jesús está real y verdaderamente presente con su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad bajo las especies del pan y del vino. Él mismo dijo: este es mi cuerpo…, esta es mi sangre…, hagan esto en memoria mía. El Señor nos acompaña en nuestro caminar fatigoso, incierto a veces, pero con esperanza.
El gesto del lavatorio de los pies por parte de Jesús a los apóstoles instaura un nuevo vínculo: la caridad. Quiere decir que el Maestro se hace servidor dejando muy en claro a sus discípulos, sea de la condición que sea, que ese es su identidad: el servicio. A los cristianos nos corresponde esto ser servidores.
¿Qué compromisos puedes fijar del jueves santo? Asistir con mayor disposición a la Santa Misa. Prepararse cada vez mejor para recibir la Sagrada Eucaristía. Imitar a Cristo en el servicio desinteresado y amar hasta el extremo (incluso a los que parece no vale la pena amar). Visitar con más frecuencia el sagrario, aunque sea un tiempo pequeño. Orar por las vocaciones al sacerdocio. Tener en claro que Jesús está en la Eucaristía, acompaña y espera tu confianza.
P. Arnaldo Alvarado
Docente de Filosofía SSJ-IESPPSJ

miércoles, 8 de abril de 2020

3 tips para época de crisis y la pandemia


La union hace la fuerza - Pr. Carlos Pérez Doldan - YouTube

La unión hace la fuerza

Estos días vivimos situaciones jamás imaginadas por las generaciones más jóvenes. Pensábamos que teníamos la historia en nuestras manos. Es más, creíamos que ya teníamos comprado el futuro. Pero resulta que no. ¿Cómo podemos asumir todo lo que genera esta pandemia?

En primer lugar estar juntos, unidos como familia y sociedad. Habrá que ejercer más la inteligencia, la fuerza de voluntad optimista y mucha oración.  Lo peor que nos puede suceder es el pánico, el miedo y la desconfianza. En tiempos de crisis sale del corazón humano lo más noble (obras caritativas) como también lo más bajo (aprovecharse de la ocasión). Se trata de apoyarse unos a otros con desinterés.

Como segundo punto agradecer lo poco que se pueda tener y compartir incluso lo que puede parecer que faltará. Es tiempo de vivir la caridad mediante las obras de misericordia; entre otras, dar de comer, dar de beber, consolar, rezar por los difuntos, etc. Eso sí no te quejes.

En tercer lugar mira con esperanza el presente y el mañana. Saca lecciones de la vida. Reflexiona y corrige modos de pensar, hacer, imaginar; no basta que ores, has penitencia y muestra tu decidido cambio de conducta.

Jesús nos enseña en este día -con sus hechos y palabras- lo importante de estar unidos en las dificultades que ya se tiene, en las durezas que pueden venir y sobre todo en la confianza en Dios Padre providente que no abandona a sus hijos.

¿Te animas a orar con fe el Padre Nuestro para que no nos falte la Eucaristía -sustento espiritual- y el pan de cada día?



martes, 7 de abril de 2020

Miércoles Santo: El perdón. La cena, gesto de estar juntos


Quinta-feira santa – ZENIT – Portugues
Foto: Zenit
Ellos se ajustaron con él en treinta monedas


En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: ¿Qué están dispuestos a darme, si les entrego a Él? Ellos se ajustaron con él en treinta monedas (Mt 26, 14-25).

Judas Iscariote, uno de los amigos de Jesús, así tramó la traición. El cambio fue por una miseria. Las traiciones e infidelidades siguen esa lógica. Se vende lo más preciado por nada. Parece que se hace lo mejor con ese proceder, pero sólo queda el vacío, la angustia, la desesperación y la nada.

¿Cómo encontrar salida de ese drama? Con la valentía de la aceptación, arrepentimiento, perdón y acudir a la misericordia de Dios que se nos da en la confesión.  Judas y Pedro traicionaron a su Maestro. Pero tuvieron finales distintos. Que tus pecados y errores te acerquen a la misericordia divina.

En este miércoles santo nos ubicamos en vísperas del triduo pascual. Tres días que ocupan el lugar central de la semana santa o pascua: viernes y sábado santo y domingo de resurrección.

La pascua era la fiesta más importante del pueblo de Israel. En esta fecha se hacía memoria de la liberación de Israel de la esclavitud por la mano prodigiosa de Dios. Durante la pascua se sacrificaba en el templo un cordero y luego tenía que consumirse en la familia. El mayor de todos hacía recordar los prodigios de Dios con su pueblo.

Jesús envió a sus discípulos a preparar la cena. Será la última cena y allí adelantará su pasión y muerte. Así como el cordero se sacrificaba y era comido, así también Cristo es el cordero que quita el pecado del mundo y en la Eucaristía se nos da como alimento.

¿Te animas a orar con fe el Padre Nuestro para que no nos falte la Eucaristía y el pan de cada día?



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