Tips para ser buen
educador
Foto: Aciprensa
1. Serenidad.
Es una cualidad estable y sosegada ante los éxitos y fracasos de la vida
personal, familia y desempeños. Es bueno aprender a ganar y perder. Es nuestra
historia: triunfamos muchas veces y otras tantas notamos la derrota. Lo
importante es humildad ante los triunfos y también las dificultades.
San Juan Bosco señala: “Mantengamos sereno nuestro
espíritu, evitemos el desprecio en la mirada, las palabras hirientes; tengamos
comprensión en el presente y esperanza en el futuro, como nos conviene a unos
padres de verdad, que se preocupan sinceramente de la corrección y enmienda de
sus hijos” (De las cartas de San Juan Bosco, 4). Ante la pregunta de
formadores, padres de familia, hijos o hermanos con respecto a los suyos ¿Qué
hago con ellos les digo, doy ejemplo y no hay mejoras? Sugiere don Bosco: “En
los casos más graves, es mejor rogar a Dios con humildad que arrojar un
torrente de palabras, ya que éstas ofenden a los que las escuchan, sin que
sirvan de provecho alguno a los culpables” (De las cartas de San Juan
Bosco, 4).
2. Escuchar.
Es lo más complicado en nuestros tiempos. Pero es la mejor herramienta para el
diálogo y la comunión de personas. Se necesita espíritu grande para escuchar y ser
escuchados. Ratzinger comentando sobre la novedad que aporta el cristianismo,
de modo particular con el inicio de la vida monástica impulsada por san Benito
y toda la renovación cultural que generó en occidente, dice: “El individuo no
es autosuficiente y debe tener la humildad de aprender, de aceptar algo - «inclinar
la cabeza». Debe sentir la vocación de escuchar. Y escuchar no significa sólo
abrir los oídos a lo que ocurre en un momento concreto, sino también escuchar
tu intimidad o las palabras de lo alto, porque lo que dice el Maestro es, en el
fondo, la aplicación de la Sagrada Escritura, la aplicación de esta regla
primitiva de la existencia humana” (Ratzinger, Dios y el mundo,
entrevista con Peter Sewald, Madrid, Palabra, p.243).
3. Libertad.
Hoy nos azota la multiplicación de facetas en la vida personal y social. La
lista de gastos se ha multiplicado. Hay que gestionar demasiado por el hiper
consumo. Algunos de los gastos que realizamos son innecesarios. Hay que darle
una buena mirada a nuestro estilo y tomar decisiones qué sí y no conviene. Lo
importante es ser realista. Una sugerencia, si deseas anota: se tiene lo
necesario en lo material y en abundancia lo sobrenatural o espiritual. Libertad
significa querer el bien real para uno mismo y para los demás. Incluso ese principio
rige cuando se convierte en difícil dar lo mejor para el otro, sea por falta de
correspondencia, agradecimiento, fraude o incluso injusticia. La libertad está
en la fuerza del espíritu que gobierna las emociones, actos, pensamiento y
cosas para ayudar a crecer. Hoy el trabajo desordenado y los medios masivos
fácilmente nos hacen perder la libertad.
4. Espiritualidad.
¿Qué es esto? Acaso ¿orar? Será entonces ¿Tomar la Biblia y comenzar a ser
profetas en medio de las calles? ¿Pronunciar y escribir mensajes que llegan al
corazón y ya? Sí también eso. Pero recuerda que hablar de espiritual significa
lo siguiente: amor a la verdad, sinceridad, humildad, fe formada, amistad, justicia,
oración, formación cultural (música, literatura, arte, deporte) y virtudes
humanas. De allí que los buenos hábitos personales y profesionales de los
formadores (docentes, padres, amigos, gobernantes) es urgente e influyen
fundamentalmente en su servicio. Las crisis actuales han sido incubadas por
ausencia de esta dimensión con el adicional que es la menos valorada o mal
asimilada. Pues nuestra lógica de la productividad también pasa factura.
Texto aún en
construcción. Se aceptan todas las sugerencias. P. Arnaldo Alvarado
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