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martes, 25 de febrero de 2020

Miércoles de ceniza: cuaresma

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Foto: El catolicismo

Hoy es miércoles de ceniza. Se llama así este día porque durante la santa misa tiene lugar el rito de la imposición de ceniza sobre la frente o cabeza con estas palabras: conviértete y cree en el evangelio o también recuerda que eres polvo y a polvo volverás. Con esta celebración de la fe se inicia el tiempo de cuaresma. Son los cuarenta días de preparación para celebrar la Pascua con Jesús.

La cuaresma se caracteriza por ser tiempo penitencial y de particular reflexión que lleva a la conversión de nuestro modo de pensar, querer y hacer. Diríamos que hoy inicias un viaje a tu interioridad con la luz de la fe y la fuerza del amor. Este es un tiempo propicio para cambios profundos en el corazón.

¿Cómo puedes vivir la cuaresma? Con la oración, la penitencia y la limosna. La oración es el encuentro personal con el Señor; en lo más profundo del corazón se entabla un diálogo con quién es la esencia del amor. Tú le comunicas tus cosas y Dios te comunica el suyo. ¡Qué admirable intercambio! Busca un tiempo más intenso y generoso para orar, mejor delante del sagrario. También puedes invitar a otros a la oración.

El ayuno y penitencia. Este día de miércoles de ceniza es particularmente dedicado al ayuno y la abstinencia de comer carne. Esto es tomar solo un alimento fuerte. Los niños, ancianos, enfermos no están obligados al ayuno y abstinencia. El amor a Dios te lleva hacer esta penitencia, así estás más atento a la voz del espíritu.

La limosna es la espiritualidad del compartir. Te haces parte de la necesidad de alguien en sus necesidades básicas: alimentación, techo, salud, educación. Únicamente te mueve el deseo de amar con obras con gozo y alegría.

¿Estás pronto para vivir la espiritualidad de la cuaresma con la oración, la penitencia y la caridad? Puedes empezar por algo concreto y pequeño: meditar y hacer vida la Palabra de Dios, visitar a Jesús sacramentado en el sagrario, acudir al sacramento de la confesión, ofrecer una dificultad de salud o de trabajo, perdonar de corazón, poner en orden las cosas de uso personal y comunitario, saldar deudas, sonreír antes que quejarte, compadecerte de alguna necesidad, ayudar a la iglesia en sus necesidades, visita enfermos y ancianos, compartir algo de comida con quien lo necesita.

P. Arnaldo Alvarado
26 febrero 2020

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