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miércoles, 12 de febrero de 2020

La persona y su mundo interior (autoconocimiento)

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Foto: Notas pastorales
En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: Escuchen y entiendan todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. El que tenga oídos para oír, que oiga.

Con estas palabras Jesús deja bien en claro al menos dos cosas: primero, que todo aquello que ha salido de las manos de Dios son buenas. Segundo, que lo que realmente daña al ser humano es el pensamiento, sentimiento e intenciones desordenadas.

La creación es buena y manifiesta la belleza de su creador puesto que es un acto libre, por amor y para comunicar su bondad. Es responsabilidad de todos cuidar esta casa común. El hombre es sólo administrador. Somos los artífices de mejorar o deteriorar el universo y sobre todo al propio ser humano. 

Las cosas materiales deben tener su justo lugar. No puede ser lo primero que debe buscarse ni siquiera con el trabajo. No. El trabajo es fundamentalmente un espacio y tiempo de crecer como personas. A veces se antepone lo económico a los valores más humanos y espirituales. Por ejemplo, hay que trabajar sí, pero ordenadamente. Cuida el descanso, la familia, la amistad, la caridad, la formación cultural y el deporte. ¿Cuánto tiempo de calidad dedicas a los tuyos? Cuidado que haya un desorden en tus intenciones.

El ser humano es el único ser que tiene mundo interior, es decir, guarda pensamientos, recuerdos, sentimientos, historias vividas, experiencias. Lo que vale es lo que guardamos en ese espacio. Los hechos maravillosos que has realizado o te ha sucedido agradece y comparte. Lo malo que has hecho o ha pasado pide perdón, perdona, disculpa y recomienza. Es bueno rectificar constantemente de los malos pensamientos. 

El buen autoconocimiento basado en la realidad y la aceptación es una buena decisión para salir de cualquier atolladero. Ten valentía de corregir las codicias, malos pensamientos, envidias, celos, rencores. Los autores de esos elementos somos nosotros mismos. Todo eso se forja desde el mundo interior y hace de la vida humana un drama, pero puede superarse.

¿Atesoras joyas espirituales en tu corazón? ¿Buscas formar tu conciencia con el buen consejo, estudio y obediencia? ¿Corriges los malos pensamientos, sentimientos e intenciones? Pídele a Dios que no te quite los afectos, sino que te ayude a purificarlos.  

P. Arnaldo Alvarado
12 febrero 2020

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