Buscar este blog

domingo, 24 de mayo de 2020

La ascensión del Señor al Cielo: Perseverar y salir


Série "Aux sources de l'œuvre de Luc" (1/4) : L'Ascension, un ...
Foto: Journal Réforme

Estaré con ustedes hasta el fin de los tiempos


Lo vieron levantarse. Jesús se ha marchado al cielo en la presencia de los Apóstoles. Es un hecho histórico. Los apóstoles están admirados de esa partida y fortalecidos, pero todavía no del todo. Durante cuarenta días el Señor les ha confirmado en la fe y la misión. Desde el cielo enviará el Espíritu Santo para acompañarnos. Ahora toca la hora de la salida, el tiempo de la misión de la Iglesia.

Galileos qué hacen allí parados. Todo cristiano es discípulo del Señor y participa de la misión de cristo desde el día del bautismo. Se trata de llevar el anuncio de cristo en sus vidas y testimoniarlo ya en la casa, la familia, el trabajo, los amigos, la cultura y la sociedad. La fe crece por atracción antes que por la imposición. Es la hora de la evangelización.

Todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia como cabeza, sobre todo. Jesús está sentado a la derecha del Padre quiere decir que tiene el mismo poder de Dios. Dios es uno solo. Hay una sola naturaleza divina en tres personas. Jesús que vino en Belén en la humildad de la carne vendrá majestuoso al final de los tiempos con todo su poder. Esa venida será conocido por todos. Su juicio será definitivo con justicia y misericordia. Allí se establecerá toda verdad, justicia, belleza y libertad. Si en algo eres inocente o responsable de algo allí serás reconocido.

Y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Ahora estamos en el tiempo. Vivimos peregrinos en la tierra. Se tiene ya el cielo en anticipo cuando se está en paz, justicia, serenidad, armonía con Dios y los demás. Donde hay amistad con Dios allí está el cielo. Toca hacer el cielo en la tierra en medio de las durezas, alegrías e injusticias de la vida con la esperanza de un reino definitivo.

Vale la pena considerar que Jesús es el Señor y tiene preparado muchos bienes para quienes perseveran en la verdad, bien, justicia, belleza y lo aman. Únicamente Él puede salvarnos. Puedes pasar por momentos muy duros de injusticias, calumnias, males, como esta pandemia, pero si amas a quien sufre, te compadeces, batallas por mejorar tu persona, esperas que hay un más allá y lo llevas con la fuerza de la fe ya estás haciendo el cielo en tu corazón.

Buen domingo a todos.

P. Arnaldo Alvarado

domingo, 17 de mayo de 2020

VI Domingo de Pascua: guardar la palabra


El nuevo mandamiento - Wikipedia, la enciclopedia libre

Si me aman guardarán mi palabra

Si me aman guardarán mi palabra. Este es la clave de quien sigue al Señor. Se trata de asumir sus enseñanzas de Dios que satisfacen el deseo más profundo del corazón humano. El mensaje que Jesús nos ha expresado, en realidad, tiene como origen en Dios Padre. Además, es el Espíritu Santo quien nos acompañará y recordará todo.

Aceptar los mandamientos y amar son las condiciones más elementales de todo seguidor de Cristo. Amar al Señor significa introducirse en el misterio más profundo de Dios. Es asumir el seguimiento libre fortalecido con el amor y la gracia de Cristo. En definitiva, la moral, más que seguir códigos, normas, etc., es imitación de Cristo.

Jesús conoce hasta el fondo a toda persona. Es realista y sabe de la situación que vive cada discípulo. Puesto que, en el camino de la fe junto al gozo de ser amados, hay serias dificultades, incertidumbres, dudas. ¿Qué le toca al discípulo? Imitar a Cristo que pasó haciendo el bien. Este es el mayor estilo del cristiano: seguir a Cristo.

El discípulo sigue a una persona que acoge, se interesa, acompaña, ama. No es una idea, sentimiento o decisión ética lo que nos mueve seguir al Señor, sino el amor de Dios. Entonces ante las durezas de la vida, de cualquier tipo, puedes soportarlo en el Señor. Ya alguien asumió ese camino, nos ha precedido en tocar fondo. Aún más cuando aparecen las contradicciones y persecuciones “mejor es padecer obrando el bien”.

El cristianismo es la realización del amor, la libertad en el seguimiento a Cristo. La gran noticia es que no estamos solos. El Paráclito, el Espíritu Santo, nos acompaña. Va al lado del discípulo, defiende y recuerda. Hay momentos de la vida que se siente la soledad, la crítica, la tristeza y la ingratitud cuando haces el bien. Recuerda que hay alguien que te acompaña.

Persevera en hacer el bien. Por el bautismo y la confirmación se posee el Espíritu de Jesús. ¿Sigues al Señor en el día a día? ¿Estás dispuesto a perseverar en el amor? ¿las dificultades te asustan y sabes quién es tu fortaleza? ¿Te rindes ante calumnias, acusaciones, ingratitudes, deseos no cumplidos, críticas y persecuciones? ¿Sabes que no estás solo?

Acudamos a María, la madre de Dios y madre nuestra. Una madre siempre acompaña a sus hijos hasta el final.  

Buen domingo a todos.
P. Arnaldo Alvarado

lunes, 11 de mayo de 2020

Homilía V Domingo de Pascua: perfil del creyente


Lectio Divina de Jueves Santo, Cena del Señor.
Foto: Provincia Mercedaria de Chile

¿Por qué tiembla su corazón?

El domingo V de la pascua encontramos señalado por Jesús una radiografía de la condición de ser creyentes. El contexto del discurso es en la última cena. Jesús se hace empático con sus discípulos, les dice la verdad y anima sus corazones desfallecidos (Jn 13). 

La fe se funda en Cristo como plenitud de la revelación; revela el rostro de Dios Padre y unge con el Espíritu Santo. Entonces creer significa depositar la confianza en alguien que es persona, acoge sin condiciones, salva de las necesidades más profundas como es el mal, el dolor, el sufrimiento, la injusticia, el pecado y la muerte; acompaña en el camino.

La condición de creyente tiene de por sí una dimensión dinámica. Jesús nos pone en dos realidades; esto es, el aquí y ahora y el más allá. Con respecto al aquí y ahora hace consciente al discípulo de la realidad de ser peregrino, está de paso. En ese caminar se recibe muchas bendiciones, se experimenta dificultades, se mantiene la esperanza.

Mientras estamos en esta vida se anticipa el cielo cuando se vive la caridad, el perdón y la paz. En efecto, los apóstoles se preocupaban por las necesidades ajenas y hacen efectivo la caridad en la atención a las viudas.

El diagnóstico de una necesidad implica tener en claro que el amor es ordenado; de allí que las columnas de la Iglesia, sin descuidar la caridad, prefieren encomendar a los diáconos (Servidores) la tarea caritativa y ellos dedicarse a la oración y la predicación.

Qué importante es la tarea de discernir y servir. Dar el justo lugar a cada realidad. El cristiano como piedra viva orienta todas las realidades que experimenta según el querer de Dios y el bien suyo y de los demás. Son caras de una misma moneda.

El perfil del servidor está en buena fama (honestidad), llenos de Espíritu Santo (Amor), provisto de abundante sabiduría (inteligencia iluminada por la fe).  Pero también una característica de la piedra es el riesgo de ser rechazado y no por eso se deja de vivir la caridad. El servicio caritativo empieza ya en el modo de hacer familia, trabajo y recreación.

Con respecto al más allá las revelaciones de Jesús son claras. Hay mucho que esperar y recibir después de esta vida. Aquello es real. Todo lo que se realice tiene sentido tanto para aquí como para allá, pero la gran diferencia es la plenitud, el todo del más allá.

Como discípulo de Cristo se debe fundar la fe en Dios. El cristiano se distingue por la caridad, porque pasa haciendo el bien. La fe se vuelve operativa por el amor que se goza ya del cielo en esta vida y luego se espera recibir en plenitud.
Buen domingo a todos.

P. Arnaldo Alvarado

miércoles, 6 de mayo de 2020

Pasión por servir, el mejor estilo para vivir


Cuatro razones por las que tienes que mejorar tu servicio de ...
Foto: Marketing4eCommerce



Con estas palabras Jesús se pone como ejemplo para sus discípulos en el afán de servir con toda libertad. En efecto, El Señor hace la voluntad del Padre hasta la muerte en la cruz. Precisamente de esa obediencia vino muchas bendiciones.

Iniciar proyectos de la vida con afán de hacer un buen servicio es la clave del éxito. Servir quiere decir ocuparse, hacerse parte especialmente de las necesidades de quienes tienes más cerca. No es fácil aún cuando ronda el pánico, la escasez y la incertidumbre. Cuando la vocación de servicio escasea el estilo de vida corre riesgo.

Tienes que mirar personas en quienes están impresa la imagen y semejanza de Dios. Puede que sea de tu agrado o no, e incluso te devuelvan mal o no te agradezcan, pero es una ocasión de ver una oportunidad para hacer detalles en su favor por amor a Dios.

¿Cómo se concreta el servicio? Estos días de la pandemia puede ser: mantener la calma, llevar una palabra de consuelo, compartir lo que esté a tu alcance, consolar a quienes han perdido un familiar, brindar seguridad y crear un clima de cuidado de la salud, dar trabajo y esperanzas, tu oración incesante por quienes están apostando sus vidas por paliar el dolor y sufrimiento en este tiempo de crisis. Algo también relevante, no gastes más de lo debido de los recursos que se disponga.

Sabes: “Quien no vive para servir, no sabe vivir”. ¿Te propones hacerlo efectivo?

P. Arnaldo Alvarado
25 marzo 2020

domingo, 3 de mayo de 2020

IV Domingo de Pascua – Domingo del buen pastor: Escuchar, seguir y acompañar


Foto: Buen Pastor en las catacumbas de Priscila (Segunda mitad del siglo III)

Escuchan mi voy y me siguen
Este día inicio de la IV semana de pascua es denominado el domingo del buen pastor. Jesús es el buen pastor y estamos invitados a pertenecer y permanecer como su rebaño con el gozo de quien es custodiado, acompañado y salvado. Como discípulos nos queda creativamente escuchar, seguir y cuidar.

Con motivo de este día del buen pastor se hace partícipes a todos los compromisos de fomentar y ayudar a descubrir la vocación a la vida consagrada, religiosa o sacerdotal. Decisión que implica un acto de libertad y amor firme para seguir algo grande y cooperar con la misión de Cristo a velar por los otros.

Este signo de buen pastor cobra un nuevo brillo con Cristo. Ya en el Antiguo Testamento se puede percibir a Dios como aquél que conduce y pastorea a su pueblo. Pero ¿Cuál es la novedad? Es que ese pastor no sólo conduce a todos, un pueblo, una comunidad, sino que conoce a cada uno de manera personal y sobre todo lo salva de todos los signos del mal.

Es sumamente interesante que durante el siglo III aparecen frescos con la imagen de Jesús buen Pastor en las catacumbas romanas de San Calixto y Priscila.  Está representado Jesús como aquél que lleva sobre sus hombros un miembro de su rebaño y cuida de él.

Junto a la figura tierna del buen pastor que vela y conoce a los suyos está el anuncio incansable y con toda valentía que realizan los apóstoles y los primeros cristianos sobre Cristo resucitado. Sin Jesús, el Señor, no puede entenderse la condición del discípulo.

Digamos algo más de la figura del oficio pastoril. Quien desempeña ese trabajo en la vida laboral sabe que está lleno de compromiso, sacrificio y amor. El pastor se caracteriza porque acompaña, vela, se olvida de sí y conoce de los detalles de cada miembro de su rebaño, puesto que llama y es reconocido por cada uno. ¿Cuidas del rebaño familiar que se te ha confiado?

Mientras que lo propio del rebaño es asumir una actitud creativa de escucha y seguimiento la voz de su pastor. Escucha significa disposición para acoger el mensaje de guardarse o salir del peligro, de advertencia e impulso del valor de sí, audacia y sosiego frente a las cosas complejas de la vida. La gran realidad es que este pastor, Cristo, sigue guiando a su rebaño. Está vivo y hay que acudir a su palabra.

Ante la cultura contemporánea donde prima la autorrealización no es fácil asumir las actitudes de escucha del discípulo. Hay demasiadas distracciones. Las sorderas son peligrosas. ¿Cuáles podrían ser esas sorderas? Resentimientos, pleitos, egoísmos, desórdenes, orgullo, falsas seguridades y desesperaciones.

Fácilmente el hombre quiere escabullirse del radio sin frontera de amor y libertad que Dios tiene preparado. Quizá las ofertas de parajes fantasiosos se muestran como alternativas inmediatas a anotarse sin medir las consecuencias. Para seguir hace falta nobleza y espíritu magnánimo.

El peligro de la fragmentariedad, quiebre y deterioro interior (del alma) de la persona imposibilita sintonizar con la voz de quién realmente conoce lo más profundo del ser humano. Entonces no lo puedo seguir. Hay otras voces que me parecen más atractivas.

Definitivamente Jesús es el buen pastor que nos conoce, se acerca y permanece en vela, cura nuestras heridas, nos salva del signo del mal, confía en lo que podemos hacer y nos impulsa a cuidar especialmente de las personas que se nos ha confiado sea en la condición que estemos. Pidamos también a Dios que siempre haya muchos trabajadores en la viña y el rebaño del Señor.

Buen domingo a todos.

P. Arnaldo Alvarado

domingo, 26 de abril de 2020

III Domingo de Pascua: De la tristeza al gozo


Emaús México
Foto: Emaús.mx

Sentíamos arder nuestro corazón
¡Lo de Jesús de Nazareth! En este tercer domingo de la pascua suena con fuerza los acontecimientos de Cristo en su pasión, muerte y resurrección anunciado por los apóstoles y la comunidad cristiana. La liturgia de hoy nos presenta en el evangelio el pasaje de los discípulos de Jesús camino a Emaús (Lc 24, 13-35).

Dicen que ha resucitado. Es el día de la Resurrección. Estos seguidores de Cristo han oído el relato de las mujeres y los apóstoles sobre la resurrección de Cristo. Aún no están convencidos. Es más, presenciaron la muerte y sepultura del Señor. Tienen sobre sí el peso del fracaso, sus esperanzas están a punto de desaparecer. Las cosas no han salido como lo tenían planeado humanamente.

Lo mataron en una cruz. Tienen bien contabilizado todos los hechos que ha sucedido con su maestro. Saben todo, pero les falla la interpretación de los acontecimientos. Se han olvidado las profecías. No tomaron en serio las palabras del Maestros cuando anunció su padecimiento en la cruz. Se apartan de la comunidad, de los amigos. Están defraudados.

En el camino se encuentran con un desconocido que se hace parte de sus pesares y tristezas. Éste se involucra, se hace parte del sufrimiento de aquellos dos hombres. Pero un detalle: ambos abren el corazón sin saber a quién decían sus cosas. Es el poder de la confianza. Hablar en el momento oportuno nos hace mucho bien.

Comenzó a explicarles las escrituras. Aquel peregrino asume la situación de ambos amigos y comienza a involucrarse. La tristeza y desesperación es tan fuerte en aquellos hombres que aún no reconocen, pero si intuyen que es alguien especial. Hasta llegar a la aldea donde lo reconocen al partir el pan. Por fin se les abrió los ojos.

Se nos ha aparecido. A continuación, tenemos algo muy interesante. Es el reconocer y encontrarse con el resucitado. Ese hecho les cambia realmente toda la vida. Ahora vuelven a Jerusalén y se incorporan a la comunidad de los apóstoles y dan testimonio de lo que les ha pasado en el camino y cómo lo reconocieron al explicarles las escrituras y la fracción del pan.

Este relato de la escritura, cuya narración pertenece a Lucas 24, es realmente la radiografía del cristiano y de toda persona. Cuando sobrevaloramos nuestras expectativas, seguridades solo en nuestro yo prácticamente corremos el riesgo de perder los papeles. Lo único que se nos puede ocurrir es escapar del problema por la desesperación, apartarnos de todos, rendirnos a la soledad y tristeza. Sí, todo eso siente el corazón humano. Pero ¿Cómo dar una buena interpretación a esos hechos que pasan en nuestra vida y la historia?

Abrir el corazón, es decir, mostrar más profundo de nuestro ser a quién puede ayudarnos. Escuchar con buenas disposiciones para abrir horizontes y oportunidades. Reconocer que no estamos solos. Hay alguien que camina junto a nosotros. Entonces así podemos decir “Quédate con nosotros porque anochece”.

Emaús es nuestra radiografía. Ese Emaús ahora es todo lugar de la existencia humana donde el encuentro con Cristo puede dar sentido a todo lo que pensamos, sentimos y hacemos. La fe también tiene ese aspecto de misterio, es decir, de aquello que sobrepasa nuestro entender. Nos toca permanecer cerca de quienes pueden ayudarnos y ayudar a quienes pasan por esa situación.

P. Arnaldo Alvarado

martes, 21 de abril de 2020

La oración

La oración es la llave que abre todas las puertas - es.Jesus.net

Hay algo que nos ayuda a perseverar en dar lo mejor, incluso en momentos duros, y es orar. ¿Porqué hacerlo?

"La transformación del corazón es la primera respuesta a nuestra petición" (CEC, 2739).

Desde allí empieza todo.

¿Cómo educar a los hijos en sintonía con el colegio?

  Cinco tips para los buenos resultados: Ora con y por los hijos El cariño y las responsabilidades van de la mano Dialoga sobre los compromi...