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lunes, 11 de mayo de 2020

Homilía V Domingo de Pascua: perfil del creyente


Lectio Divina de Jueves Santo, Cena del Señor.
Foto: Provincia Mercedaria de Chile

¿Por qué tiembla su corazón?

El domingo V de la pascua encontramos señalado por Jesús una radiografía de la condición de ser creyentes. El contexto del discurso es en la última cena. Jesús se hace empático con sus discípulos, les dice la verdad y anima sus corazones desfallecidos (Jn 13). 

La fe se funda en Cristo como plenitud de la revelación; revela el rostro de Dios Padre y unge con el Espíritu Santo. Entonces creer significa depositar la confianza en alguien que es persona, acoge sin condiciones, salva de las necesidades más profundas como es el mal, el dolor, el sufrimiento, la injusticia, el pecado y la muerte; acompaña en el camino.

La condición de creyente tiene de por sí una dimensión dinámica. Jesús nos pone en dos realidades; esto es, el aquí y ahora y el más allá. Con respecto al aquí y ahora hace consciente al discípulo de la realidad de ser peregrino, está de paso. En ese caminar se recibe muchas bendiciones, se experimenta dificultades, se mantiene la esperanza.

Mientras estamos en esta vida se anticipa el cielo cuando se vive la caridad, el perdón y la paz. En efecto, los apóstoles se preocupaban por las necesidades ajenas y hacen efectivo la caridad en la atención a las viudas.

El diagnóstico de una necesidad implica tener en claro que el amor es ordenado; de allí que las columnas de la Iglesia, sin descuidar la caridad, prefieren encomendar a los diáconos (Servidores) la tarea caritativa y ellos dedicarse a la oración y la predicación.

Qué importante es la tarea de discernir y servir. Dar el justo lugar a cada realidad. El cristiano como piedra viva orienta todas las realidades que experimenta según el querer de Dios y el bien suyo y de los demás. Son caras de una misma moneda.

El perfil del servidor está en buena fama (honestidad), llenos de Espíritu Santo (Amor), provisto de abundante sabiduría (inteligencia iluminada por la fe).  Pero también una característica de la piedra es el riesgo de ser rechazado y no por eso se deja de vivir la caridad. El servicio caritativo empieza ya en el modo de hacer familia, trabajo y recreación.

Con respecto al más allá las revelaciones de Jesús son claras. Hay mucho que esperar y recibir después de esta vida. Aquello es real. Todo lo que se realice tiene sentido tanto para aquí como para allá, pero la gran diferencia es la plenitud, el todo del más allá.

Como discípulo de Cristo se debe fundar la fe en Dios. El cristiano se distingue por la caridad, porque pasa haciendo el bien. La fe se vuelve operativa por el amor que se goza ya del cielo en esta vida y luego se espera recibir en plenitud.
Buen domingo a todos.

P. Arnaldo Alvarado

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