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Con
estas palabras Jesús se pone como ejemplo para sus discípulos en el afán de
servir con toda libertad. En efecto, El Señor hace la voluntad del Padre hasta
la muerte en la cruz. Precisamente de esa obediencia vino muchas bendiciones.
Iniciar
proyectos de la vida con afán de hacer un buen servicio es la clave del éxito. Servir
quiere decir ocuparse, hacerse parte especialmente de las necesidades de
quienes tienes más cerca. No es fácil aún cuando ronda el pánico, la escasez y
la incertidumbre. Cuando la vocación de servicio escasea el estilo de vida
corre riesgo.
Tienes
que mirar personas en quienes están impresa la imagen y semejanza de Dios. Puede
que sea de tu agrado o no, e incluso te devuelvan mal o no te agradezcan, pero
es una ocasión de ver una oportunidad para hacer detalles en su favor por amor
a Dios.
¿Cómo
se concreta el servicio? Estos días de la pandemia puede ser: mantener la
calma, llevar una palabra de consuelo, compartir lo que esté a tu alcance,
consolar a quienes han perdido un familiar, brindar seguridad y crear un clima
de cuidado de la salud, dar trabajo y esperanzas, tu oración incesante por
quienes están apostando sus vidas por paliar el dolor y sufrimiento en este
tiempo de crisis. Algo también relevante, no gastes más de lo debido de los
recursos que se disponga.
Sabes:
“Quien no vive para servir, no sabe vivir”. ¿Te propones hacerlo efectivo?
P.
Arnaldo Alvarado
25 marzo
2020
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