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viernes, 10 de abril de 2020

Triduo pascual. Viernes Santo: la sed de Dios


El Rosario: Quinto misterio doloroso
Foto: Directorio franciscano
Dios mío, Dios mío por qué me has abandonado
Hoy es Viernes Santo y se conmemora la pasión y muerte de Cristo en la Cruz. Este es un día de oración, ayuno (puede ser tomar sólo un alimento fuerte siempre para personas mayores, niños y delicadas en la salud no obliga) y abstinencia de no comer carne que obliga especialmente a los mayores de edad (18-59 años).
También podemos contarnos en esa muchedumbre que condena y crucifica a Cristo. El Señor con su amor hasta el extremo nos ha hecho renacer y nos ha perdonado. Así como Eva nace del costado dormido de Adán, así la Iglesia, y con ella cada cristiano, nace del costado abierto de Cristo en la cruz.
La liturgia es sobria, profunda y estremecedora. Destaca en ella el signo de duelo por la muerte del Señor y la adoración de la Cruz. En este día la Iglesia ora por todas las necesidades, especialmente por la conversión de quienes voluntariamente se apartan del Amor misericordioso.
Únicamente es el amor el que nos salva. El amor hasta el extremo, “el amigo da la vida por el amigo”. Cristo nos ha salvado por amor con su muerte en la Cruz. Ha muerto por ti y por mí y por todos. Mediante ese sacrificio nos vino la redención. San Pablo con toda razón dice: “Hemos sido comprados a gran precio”.
La tarde del Viernes Santo representa el drama inmenso del sufrimiento del inocente, del dolor, la injusticia, el experimentar el mal, en una palabra, el tocar fondo. Ya Alguien que es Amor nos ha precedido en esto. Hay alguien que se ha interesado antes.


Hoy ¿Qué se puede hacer en casa? Con la familia: leer Juan 18,1-19,42, meditar y ver la Pasión de Cristo (Una sugerencia: Película de Mel Gibson) y rezar el vía Crucis.
Puedes estar quizá en la cruz del sufrimiento: enfermedad (como la pandemia que n estaba en nuestra imaginación), el dolor, la injusticia, la traición, la calumnia, el odio, el resentimiento; recuerda que siempre hay personas buenas que te acompañan como el buen ladrón, María la madre de Jesús. No estás en la soledad, mira a Cristo y su cruz.
San Juan teólogo y cronista de la pasión nos lleva a contemplar el misterio de la cruz de Cristo como una solemne liturgia. Y los títulos de Jesús componen una hermosa característica profunda de Cristo: Jesús es Rey. Él reina desde el extremo del amor. Es sacerdote y templo a la vez, con la túnica inconsútil que los soldados echan a suertes.
Cristo en la cruz dice: “tengo sed”. Si tomamos este deseo divino desde el aspecto profundo se puede decir que el Señor tiene sed de nuestra correspondencia al amor, de la fe y de unir nuestras cruces del día a día a su cruz redentora. Que rechacemos el pecado y la soberbia con todas nuestras fuerzas.
El cristiano acepta la cruz de cada día con Amor. La cruz llevada con buenas disposiciones es signo de salvación y de esperanza Cuando te ves en el Calvario ¿Acudes a la compañía de Dios, personas nobles y María la madre de Dios? La cruz no es el fin, sino el medio para la vida si lo llevas por amor y con sentido de redención.
Sí Cristo ha vencido la muerte, el mal, la injusticia.


jueves, 9 de abril de 2020

Triduo pascual. Jueves santo: Darse y quedarse

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Tomen y coman esto es mi cuerpo
En este día del jueves santo Jesús instituye en la última Cena la Eucaristía, el sacerdocio y el mandamiento nuevo de la caridad. Desde ese momento nunca ha dejado de estar presente en la Eucaristía en todas las misas y sagrarios del mundo.
Así el Señor ha querido darse con anticipación a su pasión y muerte y quedarse para siempre. Sólo el amor ardiente, sin medida y hasta el extremo es capaz de esto. La Eucaristía hace la Iglesia. Recibida con fe es medicina en nuestras fragilidades.
Esta misa tiene lugar entre las 5 y 8pm del Jueves Santo. De esta manera se da inicio el triduo pascual: pasión y muerte, sepultura y resurrección del Señor. En la Última Cena el Señor se reúne con sus discípulos para celebrar la Pascua.
Esta celebración significaba para los judíos la conmemoración de la liberación de la esclavitud de Egipto. Había unas formas establecidas para celebrarla. En este sentido siguiendo la costumbre judía, Pedro y Juan, realizan las disposiciones de Jesús y cuidaron que todo estuviera correctamente dispuesto para la cena.
Jesús confiere a los apóstoles la potestad celebrar la Eucaristía. Así Jesús allí mismo instituye el sacerdocio y la Eucaristía, convierte a sus apóstoles en sacerdotes y obispos.
La Eucaristía es el centro de nuestra vida espiritual, sabemos que Jesús está real y verdaderamente presente con su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad bajo las especies del pan y del vino. Él mismo dijo: este es mi cuerpo…, esta es mi sangre…, hagan esto en memoria mía. El Señor nos acompaña en nuestro caminar fatigoso, incierto a veces, pero con esperanza.
El gesto del lavatorio de los pies por parte de Jesús a los apóstoles instaura un nuevo vínculo: la caridad. Quiere decir que el Maestro se hace servidor dejando muy en claro a sus discípulos, sea de la condición que sea, que ese es su identidad: el servicio. A los cristianos nos corresponde esto ser servidores.
¿Qué compromisos puedes fijar del jueves santo? Asistir con mayor disposición a la Santa Misa. Prepararse cada vez mejor para recibir la Sagrada Eucaristía. Imitar a Cristo en el servicio desinteresado y amar hasta el extremo (incluso a los que parece no vale la pena amar). Visitar con más frecuencia el sagrario, aunque sea un tiempo pequeño. Orar por las vocaciones al sacerdocio. Tener en claro que Jesús está en la Eucaristía, acompaña y espera tu confianza.
P. Arnaldo Alvarado
Docente de Filosofía SSJ-IESPPSJ

miércoles, 8 de abril de 2020

3 tips para época de crisis y la pandemia


La union hace la fuerza - Pr. Carlos Pérez Doldan - YouTube

La unión hace la fuerza

Estos días vivimos situaciones jamás imaginadas por las generaciones más jóvenes. Pensábamos que teníamos la historia en nuestras manos. Es más, creíamos que ya teníamos comprado el futuro. Pero resulta que no. ¿Cómo podemos asumir todo lo que genera esta pandemia?

En primer lugar estar juntos, unidos como familia y sociedad. Habrá que ejercer más la inteligencia, la fuerza de voluntad optimista y mucha oración.  Lo peor que nos puede suceder es el pánico, el miedo y la desconfianza. En tiempos de crisis sale del corazón humano lo más noble (obras caritativas) como también lo más bajo (aprovecharse de la ocasión). Se trata de apoyarse unos a otros con desinterés.

Como segundo punto agradecer lo poco que se pueda tener y compartir incluso lo que puede parecer que faltará. Es tiempo de vivir la caridad mediante las obras de misericordia; entre otras, dar de comer, dar de beber, consolar, rezar por los difuntos, etc. Eso sí no te quejes.

En tercer lugar mira con esperanza el presente y el mañana. Saca lecciones de la vida. Reflexiona y corrige modos de pensar, hacer, imaginar; no basta que ores, has penitencia y muestra tu decidido cambio de conducta.

Jesús nos enseña en este día -con sus hechos y palabras- lo importante de estar unidos en las dificultades que ya se tiene, en las durezas que pueden venir y sobre todo en la confianza en Dios Padre providente que no abandona a sus hijos.

¿Te animas a orar con fe el Padre Nuestro para que no nos falte la Eucaristía -sustento espiritual- y el pan de cada día?



martes, 7 de abril de 2020

Miércoles Santo: El perdón. La cena, gesto de estar juntos


Quinta-feira santa – ZENIT – Portugues
Foto: Zenit
Ellos se ajustaron con él en treinta monedas


En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: ¿Qué están dispuestos a darme, si les entrego a Él? Ellos se ajustaron con él en treinta monedas (Mt 26, 14-25).

Judas Iscariote, uno de los amigos de Jesús, así tramó la traición. El cambio fue por una miseria. Las traiciones e infidelidades siguen esa lógica. Se vende lo más preciado por nada. Parece que se hace lo mejor con ese proceder, pero sólo queda el vacío, la angustia, la desesperación y la nada.

¿Cómo encontrar salida de ese drama? Con la valentía de la aceptación, arrepentimiento, perdón y acudir a la misericordia de Dios que se nos da en la confesión.  Judas y Pedro traicionaron a su Maestro. Pero tuvieron finales distintos. Que tus pecados y errores te acerquen a la misericordia divina.

En este miércoles santo nos ubicamos en vísperas del triduo pascual. Tres días que ocupan el lugar central de la semana santa o pascua: viernes y sábado santo y domingo de resurrección.

La pascua era la fiesta más importante del pueblo de Israel. En esta fecha se hacía memoria de la liberación de Israel de la esclavitud por la mano prodigiosa de Dios. Durante la pascua se sacrificaba en el templo un cordero y luego tenía que consumirse en la familia. El mayor de todos hacía recordar los prodigios de Dios con su pueblo.

Jesús envió a sus discípulos a preparar la cena. Será la última cena y allí adelantará su pasión y muerte. Así como el cordero se sacrificaba y era comido, así también Cristo es el cordero que quita el pecado del mundo y en la Eucaristía se nos da como alimento.

¿Te animas a orar con fe el Padre Nuestro para que no nos falte la Eucaristía y el pan de cada día?



lunes, 6 de abril de 2020

Misa Crismal: aceite sobre las heridas


The Chrism Mass and Sacramental Oils Explained | Catholic ...
Foto: Printerest


La misa crismal o estacional es aquella que celebra el obispo con todos los sacerdotes de la respectiva jurisdicción eclesiástica en el marco de la semana santa. Está previsto que sea el jueves santo por la mañana, pero por circunstancias geográficas puede trasladarse a otro día.

En esta celebración se consagra los Óleos: de catecúmenos, crisma y de los enfermos. Dichos ungüentos sagrados se usan para los sacramentos del bautismo, confirmación u orden sagrado (diácono, presbítero y obispo) y unción de los enfermos.

Entonces es el obispo es quien preside la ceremonia acompañado con los sacerdotes de todas las parroquias que pertenecen a su diócesis y los religiosos de la localidad, además de todo el pueblo de Dios en ese el lugar. Todos ellos representan la comunión, unidad y fraternidad de la Iglesia.

La celebración Crismal resalta el sacerdocio ministerial. De los sacerdotes depende en gran parte la vida sobrenatural de los fieles; solamente ellos pueden hacer presente a Jesucristo sobre el altar convirtiendo el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo y perdonar los pecados.

Aunque éstas sean las dos funciones principales del ministerio sacerdotal, su misión no se agota ahí: administra también los demás sacramentos, predica la palabra divina, dirige espiritualmente, preside en la caridad, etc. En definitiva, la esencia del sacerdocio es estar ante el Señor en su presencia (oración) y el servicio (palabra, sacramentos, caridad).

Durante el desarrollo de la misa, después del evangelio y la homilía, el obispo invita a sus sacerdotes a renovar las promesas ministeriales, prometiendo unión y fidelidad a Cristo, celebrar el santo sacrifico en Su nombre y enseñar a los fieles el camino de la salvación. Cada sacerdote renueva el sí dado en el día de su consagración.

También se hace alusión a sacerdocio común de todos los fieles, ya que participan del sacerdocio de Cristo por el bautismo y de la misión única de la Iglesia. Todos están llamados a la santidad. Todos deben buscar la gloria de Dios y trabajar en la evangelización, dando con su vida testimonio de la fe que profesan.


Martes santo: fragilidad y promesa

La negación de San Pedro. Carl Heinrich Bloch
Foto: Arguments
“Uno de ustedes me va a entregar” - “Yo daré mi vida por ti”

Hoy martes santo corresponde según el evangelio de la misa el anuncio que Jesús hace a sus discípulos de los hechos que vendrán, esto es, será entregado, traicionado por uno de los suyos, sufrirá la pasión y glorificación.

Todo en el contexto de la amistad y confianza. Como si aquello que siendo Dios conoce lo más profundo del corazón humano y confía a sus amigos esa tristeza. De esta manera predice los últimos acontecimientos en su vida.

Los apóstoles no pueden escuchar semejante tragedia. Pedro toma la iniciativa y expresa su promesa de dar la vida por su Maestro. Jesús echa en cara la fragilidad del pescador de Galilea e incluso profetiza la negación.

Mientras que Judas el traidor ya no está con los demás. El demonio se ha metido en él. Ha entrado en la noche de su vida y comienza a consumar la traición de su Señor. Jesús ha agotado todos los medios para que el traidor cambie en su corazón pero la ceguera del amigo ha sido intensa.


Seguramente puedes notar tu fragilidad y puntos débiles que te llevan al pecado o a la caída de lo mismo. ¿Qué hacer? Dios siempre espera la humildad de tu parte y el arrepentimiento junto al signo de cambio. No te desesperes porque estarás en la noche oscura de tu vida. Acude y confía en el Señor que te asista en la hora de la prueba. 


Lunes santo: la cena y el perfume


Santo de hoy - Marta de Betania, Santa Hemana de Lázaro y María ...
Foto: Parroquia Nuestra Sra. de la salud

Hoy es lunes santo. El texto que tenemos en la santa Misa es aquel pasaje de Juan 12, 1-11, cuarto evangelista, donde se relata la visita de Jesús a sus amigos de Betania: María, Marta y Lázaro. Esto ocurre seis días antes de celebrar la Pascua.

Jesús siempre que pasaba a Jerusalén tenía el hábito de quedarse en Betania. Allí los amigos le recibían con agrado. En aquella casa sencilla, pobre lo que sobraba era el cariño de parte del huésped y de los anfitriones. Eran todos sencillos y generosos.

Volviendo al pasaje. Dice el texto que Jesús se sentó a la mesa para la cena y María ungió al maestro con un perfume muy caro. El costo del frasco era casi el pago de un año de trabajo de un obrero agrícola. La cena. Jesús está cansado y se sienta a la mesa. Necesita reponer energías. El perfume con que ha sido ungido inunda con su aroma toda la casa y seguramente todo el barrio, puesto que era muy bueno.

¿Qué podemos aprender de este pasaje bíblico? El valor de la amistad. Primero querer, para ser buenos amigos puede faltar de todo, pero lo que debe sobrar es querer el bien y decir la verdad al amigo. Segundo compartir, siempre tenemos gozos y dificultades; algunas veces más grandes otras pequeñas, pero lo mejor es compartirlas, poner juntos el hombro y todo se hace más llevadero. Tercero confiar, en la amistad hay confianza. Jesús confía a sus amigos lo que tiene que padecer y también dice la verdad al amigo -Judas- tratando de sacarle del error.  

En estos días de la semana santa y con la circunstancia que nos rodea hagamos que la amistad con Dios, con la familia, colegas, vecinos y amigos sea más intensa sobre la base del bien y la verdad. Demos una mano a quién más necesita. ¿Te propones ayudar a alguien a llevar sus penurias?

Buen inicio de semana santa.

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