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viernes, 31 de enero de 2020

La luz que llevas debe brillar


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Foto: Catholic.net
¿Acaso se enciende la lámpara para ponerla debajo de un celemín o debajo de la cama?
Hay momentos en la vida en que se entra por la ruta de la oscuridad sea mediante la tristeza, la soledad, dificultades de cualquier tipo. Con toda razón el ser humano es también un ser trágico. Pero es bueno alzar la mirada y pensar en la condición de nueva criatura. En efecto, el que se bautiza se reviste de luz, de la luz de Cristo. 

De allí que esta manera de enseñar en parábolas por parte del Señor Jesús nos invita a considerar dos aspectos: primero, Cristo es la luz del mundo; segundo, esa luz del Reino de Dios está destinado a todos los hombres. Además, de todo lo que se haga de bueno o malo no pasará desapercibido. Pues Jesús en su segunda venida establecerá el juicio público. Nada quedará oculto. Es decir, todos resucitaremos y seremos juzgados públicamente.

Recuerda que hay momentos en la vida que te puedes ubicar como en un túnel al parecer sin salida ¿Qué actitud asumir en ese momento? Acuérdate que la luz lo llevas contigo; es más, es el momento de poner tu luz en alto y que brille.

“Si dices: basta, ya has muerto” (Agustín, Sermones 51) ¿Valoras la fe que has recibido en el bautismo? Si de modo voluntario o sin querer vives momentos de oscuridades ¿Acudes al Señor con confianza y pones todo de tu parte para dejar la oscuridad y la desesperación? Cristo es la luz del mundo. Como discípulo es ocasión de que hagas brillar tu luz.

P. Arnaldo Alvarado
29 enero 2020

miércoles, 18 de diciembre de 2019

El hombre justo: José de Nazareth


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Foto: Aciprensa

"Cuando José se despertó hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer".

Hoy es miércoles. Estamos a ocho días de la navidad que es el nacimiento de Jesús el Hijo de Dios nacido del linaje de David, esto es, de la descendencia de María y José como padre adoptivo. Los textos de la liturgia son cada vez más intensos en recordarnos sobre la venida del salvador y la esperanza que aguardamos en Él.

Dios cumple la promesa de enviarnos un mesías, un salvador. Hay un valor distinto de las religiones. En toda la historia el hombre ha buscado a Dios. Pero en la fe cristiana Dios busca al hombre y se comunica personalmente. Ésta es la gran diferencia. Cristo es el único salvador en quien se cumplen todas las escrituras y el corazón humano encuentra sentido.

Pero Dios se vale también de medios y personas. Veamos a la figura de José. La sargada escritura lo califica como varón justo, el artesano de Nazareth. Justo quiere decir, en palabras de la biblia, aquel que tiene las virtudes sobrenaturales y todas las cualidades humanas buenas en grado alto. En efecto, José fue elegido para ser padre adoptivo de Jesús. Hombre de palabra y custodio de la sagrada familia. Amó tantísimo a la Virgen María y Jesús.

José es auténtica figura paterna. Jesús es calificado como el hijo del artesano. Nuestro Señor aprendió de José las cosas humanas, el juego, detalles del día a día y el oficio.
La figura de José puede ayudar a mejorar las familias en la relación entre padre e hijos. Justo al final del año es bueno que los papás agradezcan a sus hijos el esfuerzo que hayan puesto en sacar adelante sus responsabilidades, así les ayudan a cumplir la palabra y proponerles signos de mejoras. De parte de los hijos se trata de recompensar con alegrías a sus padres mediante el respeto y gratitud.

La Navidad está cerca ¿Valoras que Dios sale a tu encuentro y te invita a formar parte de su plan de salvación? La Navidad es tiempo de familia ¿Aceptas y acompañas a tus padres, hermanos, hijos como son para ayudarles con tu ejemplo?

P. Arnaldo Alvarado
18 diciembre 2019

miércoles, 11 de diciembre de 2019

La sociedad del cansancio: mansedumbre y humildad


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Foto: Economía Personal
En aquel tiempo exclamó Jesús: Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán su descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.

Jesús es realista. Nos hace ver nuestra situación mientras estamos de peregrinos en esta vida. Sí, estamos de paso, pero mientras tanto tenemos una misión. ¿Cuál es el plan para ti? En primer lugar, eres parte del proyecto de Dios. Dios al dar la existencia a cada ser humano lo hace por amor y libertad acompañado por una misión.

Se trata de descubrir la voluntad de Dios en los afanes del día a día. La ley de Dios y más claro todavía la ley de Cristo es la ley de la libertad y de la gracia, cuando es bien interiorizado qué significa ser cristiano se ven que aquellos mandatos son alas y no un peso insoportable.

En este trayecto, donde te ubiques, recuerda que tienes la tarea de tener el cielo en tu corazón. ¿Cómo es posible esto? Cuando estás conectado al Señor, tienes a Dios en tu corazón y aceptas con gozo tu situación. Santa Teresita del Niño Jesús entendió bien esto cuando dijo: “Quisiera pasar haciendo mi cielo”. En efecto, si estás unido a Jesús mediante: la gratitud donde te encuentras y la conciencia de que tienes una misión haces eco del amor que te dio la existencia.

Pero nuestros tiempos se caracterizan por la sociedad del cansancio y del hiperconsumo (Lipovetsky). Esto es, tenemos tantas ocupaciones, pasamos por tantas experiencias de dependencias, que ya no tenemos tiempo para los demás ni mucho menos, en realidad, para nosotros. Hay tanta prisa y nos hemos creado tantas necesidades que ya no hay tiempo para la oración, la lectura, el buen cine, la música clásica, la cultura, tiempo en familia. Hay tantos golpes de la vida que ya nos parece irrelevante el sufrimiento ajeno.

En tu cansancio y ajetreo recuerda se acaban las baterías ¿Qué hacer? Recobrar fuerzas en la amistad y trato frecuente con Jesús en la oración, agradecimientos antes que quejas y resentimientos con personas y la sociedad, dejarse ayudar y compadecerse que hay otros que están en peores situaciones. Y sobre todo reconoce que tienes una fortuna: eres parte del eco de amor y libertad de Dios y tienes una misión.

P. Arnaldo Alvarado
11 diciembre 2019

miércoles, 4 de diciembre de 2019

Los milagros, signos de predilección


En aquel tiempo, Jesús, bordeando el lago de Galilea subió al monte y se sentó en el. Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los echaban a sus pies, y él los curaba […] Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: me da lástima de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el camino. […] Jesús les preguntó: ¿Cuántos panes tienen? Ellos contestaron: siete y unos pocos peces. Él mandó que la gente se sentara en el suelo…Comieron todos hasta saciarse y recogieron aquello que sobró: siete cestas llenas.

Del pasaje evangélico resaltamos especialmente la multitud de personas con sus males que acude a Jesús para ser curados. Jesús los sana uno a uno. También tiene especial cuidado por aquellos que le siguen. Es de notar la compasión de nuestro Señor para no despedirlos de cualquier manera a sus hogares.

Además de la realidad de los milagros es necesario encontrar el significado profundo de los acontecimientos. Por ejemplo, en la multiplicación de panes cuya abundancia es notoria vemos la grandeza de los dones divinos; de modo particular que recibimos en la Eucaristía.
Por otro lado, los discípulos hacen todo aquello que está a su alcance para ayudar al Señor. En efecto, esta colaboración resalta la importancia de la mediación de los ministros de la Iglesia.

El contexto que nos ubica en este día es que estamos dentro de la novena a nuestra madre la Inmaculada, que significa, María fue concebida sin pecado original. Seguramente nos hace memoria que en fechas como éstas hemos recibido la primera comunión.

Recuerda si eres discípulo del Señor y lo sigues siempre estarás bajo la providencia divina. Ante los males que te acude a Dios y cuando notes las complicaciones de la vida ten presente que Dios no te abandona. La mayor cercanía que puedes encontrar es la presencia de Dios en la Eucaristía. Entonces ya no estamos solos.

P. Arnaldo Alvarado
4 diciembre 2019

martes, 26 de noviembre de 2019

Cuando llega la hora de ser signo de contradicción



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Foto: Aleteia

Del evangelio según san Lucas 19, 11-19. “En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Les echarán mano, les perseguirán, entregándoles a las sinagogas y a la cárcel, y les harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendrán ocasión de dar testimonio. Hagan propósito de no preparar su defensa, porque yo les daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario suyo. Y hasta sus padres, y parientes, y hermanos, y amigos les traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos les odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de su cabeza perecerá; con su perseverancia salvarán sus almas.» Hasta aquí las palabras del Señor.

Mediante este pasaje Jesús nos advierte qué significa ser su discípulo y las dificultades que pueden presentarse en la expansión del reino de Dios. Estas pueden ser de tipo actitudinal: incomprensiones, odios e incluso físico con el martirio: persecuciones.

En todo esto, si te toca vivir, el Señor promete asistencia continua. Incluso se trata de entender que aquellas cosas durillas, no buscadas, forman parte de la providencia divina. Edith Stein, santa filósofa, judía conversa y carmelita, decía al respecto: “Lo que no está en mis planes, está en los planes de Dios”. En efecto, Dios puede permitir estas cosas, de allí pueden salir bienes muy grandes.

En definitiva, si algún momento Dios te hace participar de su cruz, es la hora del testimonio. Recuerda el Señor está siempre allí, con una presencia especial. Hace falta la fe para percatarse. A su vez Jesús asegura la victoria si nos apoyamos en Él, la fraternidad y perseveramos. ¡Vale la pena! Es el momento de la paciencia.

¿Cuándo recibes persecuciones e injusticias por ser buen cristiano y ciudadano sabes que estás acompañado más que nunca por Dios y tus hermanos en la fe? ¿Mantienes la paciencia, la esperanza junto a la perseverancia en los momentos duros? ¿Aprovechas para crecer en personalidad?

P. Arnaldo Alvarado
27 noviembre 2019

martes, 19 de noviembre de 2019

Los talentos recibidos. Trabajar y fructificar



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Foto: Mises Repor
«Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después. Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas de oro, diciéndoles: "Negocien mientras vuelvo." Sus conciudadanos, que lo aborrecían, enviaron tras él una embajada para informar: "No queremos que él sea nuestro rey." Cuando volvió con el título real, mandó llamar a los empleados a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno.  (Lucas (19,11-28).

Cada uno de los empleados reciben las onzas. La onza más que una moneda era una medida contable. Equivalía más o menos a 570 jornadas de trabajo. Pues cada uno recibe mucho.

En efecto cada uno de nosotros hemos recibido mucho, aunque no nos demos cuenta. Puede que haya pasado algo en tu vida que te impida reconocer todos los beneficios que has recibido como: tu familia, la fe, tus amigos, la sociedad, el trabajo. Ahora nos toca ser responsables. Hacer que todo aquello que hemos recibido rinda frutos y muchos. Lo que tengas compártelo, así sea poquito que salga de un corazón generoso.

Entonces mientras estamos en esta vida nos toca hacer fructificar todo lo recibido. Puesto que después de esta vida, además, tenemos que rendir cuentas a Dios autor de todos los bienes. En concreto qué podrías compartir, veamos: vivimos, trabajos, estudiamos con personas, respetemos especialmente a los más indefensos; tenemos la fe bautismal, hagamos apostolado mediante el contagio del buen estilo; tenemos la salud, quizá visitar a un enfermo; si tenemos trabajo, que sea un buen servicio; tenemos bienes de la creación como el agua, el sol, las plantas, cuidemos nuestra casa común.

¿Te animas a reconocer, valorar lo que has recibido y hacer que rindan frutos? ¿Agradeces y tienes esperanza antes que expresar una queja por algo que no te sale o no lo esperabas?
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P. Arnaldo Alvarado
20 noviembre 2019

lunes, 11 de noviembre de 2019

¡Ten piedad de nosotros!




Quisiera también hoy presentar todo el evangelio de este día. Ahora tú puedes ser un personaje más, al finalizar el evangelio asume en qué lado te ubicas.   Escuchemos.

Lucas (17, 11-19). Al ir de camino a Jerusalén, atravesaba los confines de Samaría y Galilea; y, cuando iba a entrar en un pueblo, le salieron al paso diez leprosos, que se detuvieron a distancia y le dijeron gritando:
—¡Jesús, Maestro, ¡ten piedad de nosotros!
Al verlos, les dijo:
—vayan y preséntense a los sacerdotes.
Y mientras iban quedaron limpios. Uno de ellos, al verse curado, se volvió glorificando a Dios a gritos, y fue a postrarse a sus pies dándole gracias. Y éste era samaritano. Ante lo cual dijo Jesús:
—¿No son diez los que han quedado limpios? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?
Y le dijo:
—Levántate y vete; tu fe te ha salvado. Palabra del Señor.

¿Los diez leprosos te dicen algo? ¿Aún te ha impacta la actitud de Jesús?
Veamos algunos detalles. Los leprosos vivían realmente en una condición muy dura. Según la ley de Moisés tenían que estar apartados de todos: amigos, familias, pueblo. Además, debían mostrar con señales su situación. De allí que hacen su petición a distancia. Pero lo hacen, ya han sufrido demasiado y buscan la esperanza de sus corazones.

A modo de figura la lepra es signo del pecado. Cuando estamos en el mal y el pecado nos separamos profundamente de los amigos, de la familia, de la comunidad y de Dios. Así nunca se está en armonía ¿Qué hacer? Sólo la aceptación y buscar el perdón nos devuelve la esperanza y la alegría de seguir viviendo con paz. Siempre podemos restituir lo dañado.

¿Te das cuenta que andas por malos pasos si eso te ocurriera? ¿Superas el qué dirán, qué pensarán, cómo me mirarán para buscar el sacramento de la confesión y también enmendar tus pecados y males? ¿Agradeces que siempre Dios está dispuesto a perdonar porque es Amor?

P. Arnaldo Alvarado
11 noviembre 2019

¿Cómo educar a los hijos en sintonía con el colegio?

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