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lunes, 11 de mayo de 2015

Biografía del Beato Álvaro del Portillo

Álvaro del Portillo nació en Madrid (España) el 11 de marzo de 1914, tercero de ocho hermanos, en una familia cristiana. Era Doctor Ingeniero de Caminos y Doctor en Filosofía y en Derecho Canónico. Su fiesta se celebra el 12 de mayo.
NOTICIAS
Opus Dei - Biografía del beato Álvaro del PortilloÁlvaro del Portillo
En 1935 se incorporó al Opus Dei, fundado por san Josemaría Escrivá de Balaguer el 2 de octubre de 1928. Vivió con fidelidad plena la vocación al Opus Dei, mediante la santificación del trabajo profesional y el cumplimiento de los deberes ordinarios, y desarrolló una amplísima actividad apostólica entre sus compañeros de estudio y con los colegas de trabajo.
Muy pronto se convirtió en la ayuda más firme de San Josemaría, y permaneció a su lado durante casi cuarenta años, como su colaborador más próximo.
El 25 de junio de 1944 fue ordenado sacerdote. Desde entonces se dedicó enteramente al ministerio pastoral, en servicio de los miembros del Opus Dei y de todas las almas.
En 1946 fijó su residencia en Roma, junto a San Josemaría. Su servicio infatigable a la Iglesia se manifestó, además, en la dedicación a los encargos que le confirió la Santa Sede como consultor de varios Dicasterios de la Curia Romana y, especialmente, mediante su activa participación en los trabajos del Concilio Vaticano II.
Primer sucesor de san Josemaría
El 15 de septiembre de 1975 fue elegido primer sucesor de San Josemaría. El 28 de noviembre de 1982, al erigir la Obra en Prelatura Personal, el Santo Padre Juan Pablo II le nombró Prelado del Opus Dei, y el 6 de enero de 1991 le confirió la ordenación episcopal.
Toda la labor de gobierno del Siervo de Dios se caracterizó por la fidelidad al Fundador y su mensaje, en un trabajo pastoral incansable para extender los apostolados de la Prelatura, en servicio de la Iglesia.
Su entrega al cumplimiento de la misión recibida, siguiendo las enseñanzas de San Josemaría, hundía sus raíces en un hondo sentido de la filiación divina, fruto de la acción del Espíritu Santo, que le llevaba a buscar la identificación con Cristo en un abandono confiado a la voluntad de Dios Padre, constantemente alimentado por la oración, la Eucaristía y una tierna devoción a la Santísima Virgen.
Su amor a la Iglesia se manifestaba por su profunda comunión con el Papa y los Obispos. Su caridad con todos, la solicitud infatigable por sus hijas e hijos en el Opus Dei, la humildad, la prudencia y la fortaleza, la alegría y la sencillez, el olvido de sí y el ardiente afán de ganar almas para Cristo, reflejado también en el lema episcopal —Regnare Christum volumus!—, junto con la bondad, la serenidad y el buen humor que irradiaba su persona, son rasgos que componen el retrato de su alma.
En la madrugada del 23 de marzo de 1994, pocas horas después de regresar de una peregrinación a Tierra Santa, donde había seguido con intensa piedad los pasos terrenos de Jesús, desde Nazaret al Santo Sepulcro, el Señor llamó a Sí a este siervo suyo bueno y fiel. La mañana precedente había celebrado su última Misa en el Cenáculo de Jerusalén.
El mismo día 23 de marzo, el Santo Padre Juan Pablo II acudió a rezar ante sus restos mortales, que ahora reposan en la Cripta de la Iglesia Prelaticia de Santa María de la Paz —viale Bruno Buozzi, 75, Roma—, continuamente acompañados por la oración y el cariño de los fieles del Opus Dei y de millares de personas.
Fue beatificado en Madrid el 27 de septiembre de 2014. Su fiesta se celebra el 12 de mayo.
Fuente: http://www.opusdei.org/es-es/article/biografia-de-don-alvaro-del-portillo/
P. Arnaldo Alvarado

lunes, 4 de mayo de 2015

Día de las madres. La condición femenina

La condición femenina: la alegría de las madres son los hijos felices


Pocos días del año son aquellos que reúnen a toda la familia. Nos gustaría que sean más pero las diversas circunstancias no lo permiten. Uno de éstos es el día de la madre. En efecto, en muchas partes del mundo el segundo domingo de mayo está dedicado a las madres.  Tenemos mucha razón en dedicar a nuestras mamás –sin minusvalorar la figura paterna- al menos un día, mas no solo uno sino siempre; pues ellas nos dedican sus días. 
Nuestras madres juntamente con nuestros padres se merecen todo respeto, aprecio y estima.  Ellos son el núcleo de la familia; nos han dado la vida. Nos han entregado lo mejor de sus alcances; nos han cuidado cuando éramos precarios. Si algunos han tenido errores voluntarios exige el perdón.

La mamá es prototipo de generosidad y bondad. Tanto es así que cuando una persona es buena la llamamos “es como una madre”. Nuestras madres han recibido de Dios cualidades tan especiales que las convierten en un mosaico fino. Tienen muchos talentos. Las mamás aman y quieren ser amadas. Su deseo es que los hijos estemos contentos y felices. La alegría de la mamá es la felicidad de sus hijos. Siempre están al cuidado de los hijos. Para ella los hijos son buenos y los mejores del mundo más allá de sus defectos.
Los padres desempeñan un papel muy importante en la formación de los hijos. La presencia de ambos es de suma importancia para la vida afectiva-emocional, educativa, social, lúdica, psíquica.
Los seres humanos hacemos la historia. El papel de la mujer en la historia ha sido realmente importante. Tal vez no es muy conocido, pero la historia habla de ellas. En toda la historia encontramos la huella de la mujer.
La condición humana se da como varón y mujer que tienen igual dignidad. Es cierto que hay diferencias y diversidad de funciones, pero también se da la complementariedad física, psíquica, biológica y social. No obstante, la condición humana es la misma. Encontrar la armonía en la diferencia es lo más humano que podemos hacer. La diferencia es  motivo de trabajar en equipo; ocasión de poner lo mejor de nuestra parte para evitar todo tipo de arbitrariedad.
Aún hay mucho que hacer por la sana antropología de la diferencia y complementariedad. Para tener en cuenta la dignidad de la mujer es necesaria una sana visión de la persona. Tenemos que trabajar por la igualdad de trato evitando excesos.  El respeto a la mujer es clave.
Ahora nuestro pensamiento va hacia las madres que padecen atropellos a su dignidad y distintos tipos de esclavitudes. Es tarea de todos trabajar especialmente para evitar la trata y comercio de la mujer en sus diversas formas: prostitución, aborto, uso comercial de su condición femenina. Estos no son ninguna solución para nada; al contrario, es un problema que ponemos sobre las vidas de las mujeres especialmente. Ofrezcamos soluciones y no complicaciones.
Existen ¡Cuántas mujeres manipuladas! incluso por la ciencia con pocos valores éticos. Los humanos con criterios éticos podemos elaborar una ciencia al servicio de la humanidad. Por lo contrario la carencia de principios puede destruir una persona y su civilización por someter nuestros objetivos y métodos a intereses personales o de grupos. Es permitido aquello que fomenta la dignidad, no aquello que la denigra. Hay que estar atentos a las ideologías que quieren desnaturalizar a la mujer y su rol. Estas propuestas ofrecen la “liberación” pero las esclavizan al sufrimiento silencioso y duro. El lema de este procedimiento para con los demás es: “sí, pero a mí no”. Seamos honestos.
Desde aquí nuestro agradecimiento profundo a quienes nos han traído al mundo desde el primer momento de nuestra concepción. Gracias por su sacrificio escondido, oculto, abnegado y poco agradecido. Que Dios bendiga y proteja a nuestras madres.

P. Arnaldo Alvarado
Docente de filosofía
Jr. Unanue 300


martes, 28 de abril de 2015

Día del trabajo: el hombre custodio y administrador de la creación

Día del trabajo: El hombre custodio y administrador de la creación
El mensaje del libro del génesis podría resumirse así: Dios creó el mundo y lo dejó en la mano de los hombres.
El 1 de mayo se celebra la fiesta de san José obrero. Este día se recuerda como el día del trabajo. El varón justo de Nazaret, padre adoptivo de Jesús, fue un artesano a quién la biblia califica como “justo”; esto quiere decir que tenía todas la virtudes. Era un santo. Tanto era el aprecio a José que sus vecinos le llamaban por su oficio, “el artesano”. Esto connota que hacía y cumplía con su trabajo. De este modo san José se convierte en el patrón del trabajo y de los trabajadores artesanales.
Como las aves han nacido para volar, el hombre está para trabajar. Esa es su vocación original. Por la inteligencia y la voluntad puede ayudar a la mejora de su habitat. El trabajo es aquella actividad humana, de cualquier tipo con tal que sea honesta, que realiza el hombre para desarrollar su vocación de sostenerse y colaborar con el mejoramiento del universo. Por más pequeño que sea el trabajo siempre será importante. El fin del trabajo es el mismo hombre. Así el trabajo está para el hombre, con lo cual no todo en la vida es trabajo; también debe estar presente el descanso, la cultura y la vida de familia.
Trabajar supone dos cosas. Primero perfecciona al hombre, es un obrar que enriquece interiormente de diversas maneras a quien lo realiza; le hace ser más persona; crece en virtudes. Especialmente el buen trabajador debe poner en acción muchas virtudes para trabajar bien (constancia, creatividad, esperanza, servicio). En segundo lugar implica una actividad exterior, es decir, que esas acciones modifican, perfeccionan cosas exteriores; esto es que genera producción. Hay que aclarar que el trabajador debe ser valorado como persona y no como mero instrumento de producción; el comunismo y el utilitarismo entiende al obrero como una pieza más del engranaje para que funcionen las cosas.
Trabajar bien es un reto. Significa cumplir con las obligaciones y hacer bien lo iniciado. Además el trabajo hecho puede ser ofrecido y realizado por motivos más altos (Dios) que lo meramente humano. Se trata de unificar trabajo y vida personal.
El trabajo no es un castigo, es un don y un compromiso. En determinadas ocasiones el lugar del trabajo se vuelve duro por diversas circunstancias (personas, medios, ideas, estilos) que pueden deteriorar la vida del trabajador a corto o largo plazo. Allí es donde se necesita la grandeza del hombre para mantenerse incólume y no ceder a la corrupción laboral. Hagamos del trabajo que cada vez sea más digno y sublime.

P. Arnaldo Alvarado

arnaldo.alvar@gmail.com

sábado, 25 de abril de 2015

Dios necesita de ti

Domingo del buen pastor
Era de noche. Una figura con indumentaria negra se desplazaba por las calles. Hay zozobra en el barrio de ver pasar un sacerdote a tal hora. Aquel hombre caminaba a prisa. Por la premura tenía un objetivo; pues debía llegar a visitar la familia donde estaba la anciana “Timotea” muy enferma.
Aquella pobre mujer y toda la familia recibió con sorpresa a aquel hombre de Dios. Sus rostros eran realmente de pasmo. Una de las hijas se acercó con la mano en el corazón para preguntarle el estado de la anciana, ella pensaba que moría su madre “Timotea”; pues la gente suele tener la idea de que al sacerdote sólo hay que llamarle cuando alguien está enfermo gravemente o en las últimas como se dice. Tranquilizó el ambiente diciendo que al sacerdote se puede invitar para cualquier ocasión, pero especialmente cuando alguien está enfermo.
Timotea  sufre de esclerosis múltiple. Camina con mucha dificultad, pero así sigue el ardor de su espíritu con sus compromisos cristianos, especialmente cuando de la Misa se trata. Su vida es edificante. Acude a la Eucaristía casi todos los domingos. Camina encorvada por lo menos en un ángulo de 45 grados, pero el amor a Dios le mueve hacer grandes cosas. Cuando la familia –hijos especialmente- están en dificultades ella mantiene la tranquilidad y la paz.
Aquél día Timotea se confesó y además dijo al sacerdote que rezaría por él y sus hermanos en el sacerdocio. Tal iniciativa embargó la emoción al sacerdote y esa es la mayor recompensa que encontró: la alegría de una pobre anciana enferma. Así como ella hay muchos en el barrio.
Pues hay que rezar por los sacerdotes. Pedir al Señor de la mies que envíe operarios a su mies. La mies es realmente extensa. Dios necesita cooperadores para llevar la alegría a muchos. Todos necesitamos de Dios.  Pocos prestan atención a las personas mayores o simplemente las olvidan. Los ancianos y enfermos necesitan a Dios, necesitan confesarse y compartir sus sufrimientos con alguien.
Este domingo llamado del buen pastor tiene que ser un despertador de que todos asumamos el compromiso de rezar y colaborar por las vocaciones sacerdotales y religiosas. Es urgente que haya más jóvenes generosos que den la vida por los hermanos que sufren. La iglesia es una familia y tenemos que ayudarnos. Si alguien siente el llamado de Dios que diga que SÍ. Dios necesita de ti.
P. Arnaldo Alvarado

viernes, 17 de abril de 2015

El poder de la lengua: pasión por la verdad

El poder de la lengua II: Pasión por la verdad

Narremos una historia. Se cuenta que un  grupo  de  ranas  viajaba  por  el  bosque y, repentinamente, dos de ellas cayeron  en un hoyo profundo. Todas las demás se reunieron alrededor; al percatarse de la profundidad dijeron a las dos ranas que para efectos prácticos se debían dar por muertas.
Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar y salir fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras persistían que sus esfuerzos serian inútiles. Finalmente,  una  de las ranas puso atención al mensaje que las demás decían y se rindió, esta se desplomó y murió. La otra rana continúo saltando tan fuerte como le era posible.
Una vez más, la multitud de ranas gritaron a la superviviente que dejara de sufrir y simplemente se dispusiera a morir. Pero la rana saltó cada vez con más ahínco hasta que finalmente salió del hoyo. Cuando salió, las otras ranas le preguntaron: "¿No escuchaste lo que te decíamos?" La rana les dijo que era sorda. Ella pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más para salir del aprieto. 
Esta historia contiene dos lecciones: La lengua tiene poder de vida y muerte. Una  palabra de aliento dirigida a alguien puede ayudarle a superarse.  Una palabra inapropiada a alguien que se encuentre en dificultades puede acabar con él. Al parecer en esos momentos trances nos olvidamos de la solidaridad. Ante una persona en dificultades lanzamos nuestros pareceres y la sepultamos más abajo, dejando sobre ella el escombro de las críticas, chismes e ironías; las sepultamos.
Tengamos cuidado con lo que decimos. Hoy se habla mucho pero no se  sabe de qué se habla. Todos quieren opinar por todas partes, pero sin valorar los efectos. Los comentarios hirientes, las críticas negativas, las palabras desalentadoras, los falsos testimonios, calumnias y mentiras destruyen. Basta decir algo negativo de una persona para destruirla. Peor aún si se trata de difusión de mentiras, calumnias, ideologías o decir cosas para buscar intereses personales.
Mas grave todavía si aquello que se dice es falso. La difamación es una injusticia y causa un grave daño a la persona e instituciones; pues todos tenemos derecho natural a la buena fama.
Un secreto para ser leales: pensemos las cosas antes de hablar. Cuando estás encendido por la pasión sosegate y pondera tus palabras. También conviene saber con quién, cuándo y cómo hablar. No podemos hablar de temas muy personales con cualquiera. Hay que buscar buenos consejos. No significa pérdida de libertad, mas bien fortalecimiento y seguridad. Un ciego no puede guiar a otro ciego. La Iglesia como experta en humanidad tiene un medio y es la dirección espiritual. Allí se juegan muchas cosas buenas y positivas. Aprovechemos esta ocasión. Pues “Más vale el reproche de un sabio que la alabanza de un necio” sentencia la sagrada escritura.  

P.Arnaldo Alvarado
Jr. Unanue, 300 (Cañete-Lima)

arnaldo.alvar@gmail.com

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