Somos ciudadanos del reino de Dios
Del evangelio según
san Mateo
“Conviértanse,
porque está cerca el reino de los cielos”.
Estamos todavía
en el tiempo de la navidad. La fe celebra el nacimiento de Jesús y los primeros
actos de salvación obrados por Jesús ya desde su infancia. Con esta venida se
cumple todos los anuncios sobre el salvador.
De allí que la
invitación del Señor es directa: convertirse. Jesús está diciendo que Él es el
reino de los cielos. Lo tenemos delante de nosotros. Para tenerlo hace falta
aceptarlo con todo el corazón y hacerse parte de su condición divina. Allí se
refleja la conversión en cuanto que se puede enderezar nuestro caminar. ¿Qué implica
ser partícipes del Reino de Dios? Esto significa ser amigos de Dios, dar un
paso decidido en algo concreto para establecer mejoras en cualquier aspecto de
la vida.
Hemos iniciado un
nuevo año. Es una oportunidad para renovar los propósitos para este tiempo y
dar la importancia debida a los bienes espirituales y de los auxilios divinos
que es la vida de la gracia, esto es, de amistad con Dios.
Aquí algunas
consideraciones para estar a la altura de acoger el reino de Dios:
1.
Sentirse
acompañados. Jesús con su
venida se hace parte de nuestra realidad. Pase lo que pase tiene un sentido y
vale la pena notar en esa circunstancia la compañía del Señor.
2.
Fortalece
la ilusión de caminar. Se
trata de dar el paso adelante en el punto que deseas superarte. Recomenzar
después de una derrota o metas que no se cumplieron.
3.
Convertirse
significa dar un paso decidido afinar en el modo de pensar, sentir y
actuar. Tu libertad y perseverancia pueden hacer que consigas buenos
resultados.
4.
Acoge
los auxilios divinos. El
mismo Señor te dará la ayuda oportuna en aquello que te hace falta.
Al comienzo de
este año agradece al Señor que te hace parte de su reino, acógelo y camina todo
este tiempo con la convicción de que el mismo Jesús camina junto a ti.
Buen día.
P. Arnaldo
Alvarado