Finaliza un año y comienza nuevas esperanzas
Del evangelio
según san Juan.
“La Palabra era
la luz verdadera y alumbra a todo hombre”.
Es Navidad. Jesús nació. Viene para hacerse parte de nuestras vivencias. En
Jesús de Nazareth se cumple todas las profecías y significa la plenitud de los
tiempos. Este es la maravilla de la fe cristiana; es Dios quien busca al hombre
incluso antes de su existencia en este mundo.
Estamos a pocas horas de concluir el año 2021 y comenzar uno nuevo. Se
asoma sentimientos de gratitud, mea culpa y esperanza.
Agradecemos por estar aquí, tal como nos encontramos. ¡Cuántos momentos
gratos vividos en este año! ¡Cuánta gracia divina que hemos recibido! ¡Cuántas
alegrías compartidas son innumerables y más todavía aquellas que no vemos!
Hacemos un mea culpa por dejar pasar la chispa de Dios que nos hacía
ver lo que tenías que hacer; podríamos haber estado mejor a la altura de nuestros
compromisos personales, responsabilidades, estudio, trabajo, familia, obras
caritativas. Pero no vale la pena llorar la desolación sobre lo malo que nos
pasó o el mal que protagonizamos, sino un decir perdona, disculpa a quién haga
falta y hacer el firme propósito de reparar y hacerse mejores.
La esperanza es lo que llena nuestra mirada y nuestras expectativas. Ella
es la hermana pequeña de la fe. Sabemos
que en quién confiamos. El Señor no puede fallar. Él cumplirá las aspiraciones
más profundas de nuestro corazón. Sí, hemos perdido amigos, familiares, vecinos
personas tan queridas, pero tenemos esperanza de volverlos a ver.
Charles Péguy escribió: “Pero la esperanza, dice Dios, esto sí que me
extraña, me extraña hasta a Mí mismo, esto sí que es algo verdaderamente
extraño. Que estos pobres hijos vean cómo marchan hoy las cosas y que crean que
mañana irá todo mejor, esto sí que es asombroso y es, con mucho, la mayor maravilla
de nuestra gracia”.
Con la ayuda de Dios y el buen uso de nuestra libertad haremos del 2022 un
año particular. Fíjate metas muy concretas. A estas alturas del tiempo que tu
corazón, pensar y obrar puedan latir diciendo: gracias, perdón y espero un
mundo mejor para el 2022.
¡Feliz navidad y un bendecido año 2022!
Buen día.
P. Arnaldo Alvarado
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