Foto: objetivismo.org
En
aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo:
«Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios». Así presenta el
evangelista Lucas (6,20-26) las bienaventuranzas.
Hay tres
detalles a tener en cuenta en este evangelio con respecto a la narración ofrecida
por Mateo 5, 3-12. Primero, Lucas resume en cuatro, pero acompañadas de cuatro
contrarios “ayes”. Segundo, el autor sagrado presenta las bienaventuranzas en
segunda persona, como dirigiéndose al lector u oyente. Tercero, la clave de
lectura siempre es Cristo y María es modelo de discípula que ya hizo suya esas
bienaventuranzas.
El
pobre según la biblia es aquel que confía únicamente en el Señor. Pone en él su
confianza, sólo en Él está su esperanza y siempre es protegido y acompañado.
Así
el cristiano tiene como tarea urgente de purificar y rectificar su corazón
frente a diversas ofertas de la vida que le aparta de Dios y de sus hermanos.
El tema está en la cómo afronta los hechos duros de la vida, incluso la persecución.
Pero siempre debe imitar a Cristo y estar desprendido de todo como su maestro.
Cuánto
se ha manipulado el término pobre y a los pobres en diversos sectores por enfoques parciales e incluso ideológico; cuánta confusión existe en la manera de brindar al pobre lo que realmente necesita.
¿Tu
seguridad es el Señor? ¿Confías únicamente en él?
P.
Arnaldo Alvarado
Septiembre
2019
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