Todo el mundo quiere ser feliz. Veamos
un indicador. Si vamos ahora mismo al buscador Google la voz feliz aparece
doscientos diez mil millones de veces. Mientras que lo contrario a la
felicidad, esto es, la tristeza son apenas treinta y un millones cien mil
veces. Una vez más notamos que todos
queremos la felicidad.
En efecto todo vale la pena si nos
hace felices. Nada tiene sentido si deja de lado la felicidad. Pero ¿qué es la
felicidad? ¿Cómo ser feliz? ¿Dónde encontrarla? ¿Cuánto tiempo dura? Saberlo es
una tarea apasionante y la clave está en acertar.
Podríamos quedarnos con tres ideas
ejes y son: sé tú mismo, sé libre y ama. Veamos una por una.
Sé tú mismo.
Significa conocerte quien eres y cuáles son tus potencialidades. Tu luz es la
verdad y tú verdad. Es importante valorarte como alguien, no como algo. Lo has
recibido todo. Tu condición es de administrar diversos aspectos: bienes,
talentos, personas, tradiciones. Tu clima debe ser las cosas como son, no
ocultes ni dejes nada que pueda obstaculizar tu crecimiento personal. Esto nada
tiene que ver con el conformismo o la indiferencia o el todo da lo mismo.
Se libre. Has
las cosas porque son buenas para ti, pero la mediada es la realidad misma que
te hacen buena persona. En cuanto te decidas a enriquecer tu propia condición
de persona por el bien que elijas en tus actos serás más feliz. Pero ¿Qué es el
bien? Aquello que te hace crecer, es conveniente y te acerca al fin último.
Ama. Amar es
un verbo que significa actividad, salida de sí mismo para encontrar un amor más
grande que lo humano, esto es, el amor divino. Acude a la fuente del Amor y que
tu recipiente cuánto más grande sea mejor será, porque quieres amar mucho.
Fortalece tu capacidad de donación con lo que más te cueste y no te suponga
simple utilidad. Dice el dicho “más vale dar que recibir”. Si quieres ser feliz
comienza ya con: sé tú mismo, sé libre y ama.
P. Arnaldo Alvarado
SSJ - IESPPSJ
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