Santa
Rosa de Lima (1586 – 1617)
Biografía
de la primera flor de América
¡Gloria a ti Rosa bendita! canta
el pueblo peruano. Isabel Flores de Oliva nació en Lima (Perú) el 30 de abril
de 1586, hija de Gaspar Flores y de María de Oliva. Fue bautizada en la
Parroquia de San Sebastián en Lima por el sacerdote Antonio Polanco.
Recibió la confirmación en el
pueblo de Quives de manos del entonces Arzobispo de Lima, Santo Toribio de
Mogrovejo. Todos la llamaban Rosa porque, según la tradición, cuando era apenas
una bebé su rostro se transformó como una rosa. Más adelante ella quiso
llamarse Rosa de Santa María.
Rosa resistió por más de diez
años la intención de sus padres de casarla y finalmente consagró su virginidad
al Señor Jesús. Al cabo de unos años ingresó a la Tercera orden de Santo
Domingo a imitación de Catalina de Siena.
A partir de entonces, se
recluyó prácticamente en la Ermita que ella misma construyó, con ayuda de su
hermano Fernando, en un extremo del huerto de su casa. Sólo salía para visitar
al Templo de Nuestra Señora del Rosario y atender las necesidades espirituales
de los más necesitados.
También atendía a muchos
enfermos que se acercaban a su casa buscando ayuda, atención y sobre todo
acogida cariñosa, creando una especie de enfermería en su casa y luego ayudaba
a fray Martín de Porres que ahora también es santo.
Llevaba sobre la cabeza una
estrecha cinta de plata, cuyo interior estaba erizado de picos, era una especie
de corona de espinas. La receta de su vida marcada por la cruz pero feliz fue el
amor a la oración, la eucaristía, a Jesucristo, a los pobres y la misión de
evangelizar.
Lo más admirable en Santa Rosa
fue su gran espíritu de santidad heroica, porque todos los santos ya sea en el
mundo, el desierto o en el claustro, poseen el rasgo común de haber tratado de
vivir para Dios en cada instante.
Ya cerca del final de su vida,
cayó gravemente enferma. Pasó los últimos tres meses de su vida en la casa de
Gonzalo de la Maza, un contador notable del gobierno virreinal, cuya familia le
tenía particular cariño. En este lugar se levanta el Monasterio de Santa Rosa
de Santa María de Lima.
Murió a los treinta y un años
de edad en las primeras horas del 24 de agosto de 1617, fiesta de San
Bartolomé, como ella misma lo profetizó. El día de sus exequias y entierro, los
devotos se abalanzaban sobre su cuerpo para arrancarle la vestimenta en busca
de un recuerdo, aclamándola como santa.
Hoy sus restos se veneran en
la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Lima (Santo Domingo) con notable
devoción del pueblo peruano y de América que visita la Capilla dedicada a su
culto en el Crucero del Templo dominicano.
El Papa Clemente X la canonizó
en 1671. Fue la primera santa canonizada del nuevo continente. Así santa Rosa
es la flor de los cielos más bella que la flor de Jericó (Himno).
A partir de las reformas al
calendario litúrgico introducidas en el Concilio Vaticano II, la fiesta de
santa Rosa de Lima es el 23 de agosto (fecha que se celebra en España). Anteriormente
se celebraba el día 30 de agosto, y ésa es la fecha que se mantiene en el Perú
y otros países latinoamericanos de los que es patrona, y también en el rito
romano tradicional.
¿Qué podrías imitar de esta
santa? Hay que decir que la vida de la santa de América sigue inspirando a quién
la conoce y admira. Es patrona de las américas y Filipinas, fuerzas armadas y
enfermeras. ¡Santa Rosa de Lima, ora por los peruanos y las familias del mundo
entero!
P. Arnaldo Alvarado
Jr.
Unanue 300