Del evangelio
según san Mateo (11,25-30): “Vengan a mí todos los que están cansados y
agobiados, y yo les aliviaré”.
Estas palabras
son como brisa en el desierto. Pues ahora mismo los agobios, tristezas, rabias,
decepciones, injusticias, temores como que se presentan de diversas formas.
¿Cómo superarlos?
La clave mirar a
quien representa la síntesis de todas las aspiraciones del corazón humano. Celebramos
hoy al Sagrado Corazón de Jesús. Una devoción entrañable en la fe, la vida de
la Iglesia y las familias. Tuvo origen en el Calvario, lugar dónde Jesús murió
en la cruz y de cuyo costado abierto manó sangre y agua.
¿Tienes en casa la
imagen del Sagrado Corazón de Jesús? ¿Qué destacas? Un corazón en llamas de
amor coronado de espinas. En efecto, es el signo exacto del amor de Dios. Un
amor hasta el extremo, ardiente. No hay amor si no hay sacrificio.
Es un buen estilo
que los hogares tengan en sus casas el cuadro del Sagrado Corazón de Jesús. ¿Lo
tienes? ¿Diriges tu mirada hacia a la imagen y encuentras un mensaje de paz?
Pues las bondades y sufrimientos de la vida compártelo con el Señor. Él también
quiere ser parte de esa vivencia.
Estos días, en el
Perú, por las circunstancias del proceso electoral tenemos una responsabilidad
como ciudadanos y cristianos con la historia de nuestra nación. ¿Qué puedes
hacer? Orar, respetar las personas, crear puentes, aprobar la honestidad,
conservar el orden, evitar la violencia, no transmitas miedos y amenazas ni te
hagas parte.
El Sagrado
Corazón de Jesús nos introduzca en la llama de amor para disipar las dudas,
incertidumbres, pecados, injusticias y duelos. Acércate con sinceridad,
compromiso firme de amar, ser amado y confianza para encontrar paz y sosiego.
¡Sagrado corazón de Jesús en ti confío!
P. Arnaldo Alvarado