Foto: Eclipse sobre Europa asc-csa.gc.ca
Una
abuela escribió esto a su nieta antes de su confirmación, sacramento que
pertenece a la iniciación cristiana en la Iglesia Católica.
La
verdad es que estoy muy emocionada para redactar esta carta. Más todavía porque
recibirás el sacramento de la Confirmación. Lo que Jesús entregó a sus apóstoles
lo recibirás en este sacramento. Tendrás en ti la fe de los apóstoles Pedro,
Pablo, san Francisco, santa Clara, de tus abuelos y de tus padres. ¡Qué
maravilloso día el de tu Confirmación! El Espíritu Santo vendrá sobre ti como
en Pentecostés. ¡Sí! Él siempre te acompañará, disipará los miedos de tu
corazón. Hoy día hace falta mucha valentía para caminar en la vida y sacar
adelante diversos retos.
La
vida es un don de Dios, el primero. Hay momentos en la vida que nos encontramos
con experiencias lindas. Es como si te despiertas y aprecias una hermosa
primavera; ¡Qué bueno es nuestro Dios! Pero también hay momentos muy difíciles
sobre todo cuando experimentas el mal de cualquier tipo y lo ves muy cerca.
Entonces te preguntas ¿Por qué existe el mal si Dios es bueno? ¿Por qué a mí?
¿Por qué el sufrimiento? Esta vivencia es como si fuera una noche sin estrellas.
Chiarita las noches oscuras nos llega en algún momento de la vida. Recuerda no
es el fin, la noche dura un poquito y pasa muy pronto. Además, es el comienzo
del despertar de la profundidad de nuestra humanidad y una fe más profunda.
Soy
tu abuela y en voz bajita digo y me recuerdo a mí misma “tengo la memoria de mi
familia”. Que sepas a nuestra familia nos ha gustado siempre el arte y la
música. Hagamos de tu vida y la mía una verdadera obra de arte ¿Te animas? Pero
me dirás ¿Cómo? Con la alegría en
los días radiantes de sol y noches oscuras, no perdamos el gozo de vivir hace
de bálsamo. Luego la oración nos
ensancha el corazón hasta el cielo y hasta el último rinconcito de las galaxias.
El estudio y el trabajo hecho con toda
esperanza de que así cambiamos el mundo y este es el tercer medio para hacer
una bella obra de arte de nuestra vida.
Que
la madre de Dios y nuestra te acompañe siempre. Te llevamos siempre en nuestros
corazones.
P.
Arnaldo Alvarado
Agosto
2019