El amor lo hace todo. La
palabra amor es una clave de todos los tiempos. Veamos un dato. El filósofo
griego Empédocles (495/490 - h.435/430 a. C) consideraba que el origen del
mundo se debe al par amor y odio, por el amor se uniría todo y por el odio se
corrompería. El amor une, construye y crea novedad. El odio separa y genera la
muerte.
Vayamos al primer libro de la
Biblia. El génesis nos ofrece los detalles de la creación. El dato bíblico es
que el origen de todo el universo se crea por amor. En la cima de toda la obra
creatural se encuentra el hombre. En efecto para resaltar el hecho se usa la
palabra “hagamos”.
Hay dos modos para entender el
universo y el hombre mismo. Estos son: o se entiende con un principio y un fin
cuyo motivo es el amor y libertad o se entiende como como una mera existencia
sin ningún fundamento personal y mucho menos sin ningún sentido, ¿dónde te
ubicas?.
La razón fundante del ser
humano está en el amor y para el amor. Todos deseamos ser amados y queremos
amar; pero ¿Qué es el amor? ¿Cómo entender la capacidad de amar? ¿Cómo
perseverar en el amor? ¿soy realmente amado? Son interrogantes que necesitamos
encontrar respuestas.
Podemos definir el amor como
aquella capacidad que tiene todo ser libre para adherirse a los bienes que se
considera como valioso en sí mismo. Cuánto más alto e importante sea el bien
que se considera valioso mayor será el amor y la capacidad para valorarlo así.
Por tanto, el bien mayor que
tenemos para amar es algo inmutable, eterno, inmaterial, totalmente bello. Es
alguien: Dios, la persona. Los demás son bienes que deben ser amados en razón
de instrumentos. Lo material es algo, siempre es medio; es importante, pero no
es lo definitivo.
Aquello que realmente hace
bella a una persona es su capacidad de comprometerse con aquello que se
considera un don. La conquista humana es temporal, pasa y queda en el recuerdo
de su vivencia pero ya no puedo poseerla; en el mejor de los casos quedará como
una nostalgia del pasado. Sólo cuando se alma a alguien que es plenamente amor,
belleza y libertad podemos participar del amor que nos embriaga la vida. No nos
confundamos. Cuánto más alto es el bien que amas más alta es tu felicidad.
En conclusión, considero que
las claves para una vida feliz son: tus razones para vivir, sé libre y ama. Al
final triunfará el amor.
P. Arnaldo Alvarado
SSJ-IESPPSJ
Jr.
Unanue 300 – San Vicente de Cañete