Desde
el día 6 al 8 de octubre tuvimos una gracia especial en la Prelatura de Yauyos.
Nos visitó Monseñor Nicola Girasoli, Nuncio Apostólico, quién es el representante
del Papa Francisco en el Perú. Fueron días bendecidos y quedará así en la nuestra
memoria.
La
Iglesia es Apostólica, esto es, que Jesús la fundó sobre la columna de los doce
apóstoles. El Señor dijo a Pedro: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré
mi Iglesia y las puertas del infierno no la derrotará” (Mt 16, 16-18). Desde ese
momento el Apóstol Pedro fue constituido vicario de Cristo y los obispos sucesores
de los demás apóstoles.
La
sucesión de Pedro, en la Iglesia Católica, no se ha interrumpido. En efecto, nuestro
actual pontífice es el número 266. La Iglesia es como una nave que pasa en
tiempos maravillosos como también en épocas muy duras. Es experta en humanidad
y seguirá adelante. En esa barca todos remamos.
El
Nuncio Apostólico vino con la finalidad de agradecer a nuestro obispo Monseñor
Ricardo García, sacerdotes, religiosas y a todos los cristianos católicos por
la fe, los trabajos sociales y testimonio de fe. Durante la Misa del domingo
anunció sus objetivos: “vengo con dos objetivos: agradecer y conocer la gran
labor que realizan aquí”, luego añadió: “Vengo a traerles la cercanía del Papa
Francisco”. Objetivos que se fueron desarrollando en las diversas visitas a
personas y lugares previstos. En todos lo lugares dejaba mensajes claros.
Por ejemplo,
a los sacerdotes además de agradecerles por la heroicidad de su servicio al Pueblo
de Dios y los más necesitados, recordó: “no hay Iglesia sin sacerdotes”; “hay
que escuchar”; “vengo con la espiritualidad de san Pedro” con esto quiso decir
que venía trayendo mensajes del Papa Francisco.
Después, puntualizó en otros
temas: “hay que estar cerca a la gente”, “conocer los nuevos tiempos para poder
ayudarles a orientarse por la vida”, también “hay que curar las heridas diversas
como el buen samaritano”; “es necesario la fraternidad” y “conectar con los
jóvenes que son el presente y futuro de la Iglesia y la sociedad”; “las
familias tienen desafíos que conviene estudiar y analizar”.
En definitiva,
la visita del Nuncio Apostólico ha sido una gracia muy especial que nos
fortalece a seguir con fidelidad a Jesucristo donde cada uno está. Nos interesa
servir a la Iglesia y a los hermanos como ella necesita ser servida.
P.
Arnaldo Alvarado
8 de
octubre 2019
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