El hombre es
un ser para adquisiciones. Necesita poseer ¿qué cosas especialmente?. Todos
tenemos la experiencia de estar en un centro comercial o mercado. Nos
percatamos que acuden gente con objetivos claros muchos; otros están para
enterarse de los productos y ofertas sin más; y quienes simplemente están sin
razones que ellos mismos no conocen, pero están.
En la vida hay
temas que deben estar claros. Una de ellas es saber de dónde vengo, quién soy, para qué estoy. Son cuestiones intransferibles.
La tarea más bonita que tenemos como seres inteligentes ante la realidad es
conocer cómo están, cómo son sus leyes, cuáles son sus estructuras y cómo se
relacionan o qué impacto tienen. De esto se ocupa a nivel especializado las
ciencias humanas y las experimentales, pero también en su lugar el sentido común;
eso que llamamos lo razonable.
Uno de los
temas más cuestionados es precisamente aquello que se refiere al ser humano. La
señal son los debates que a todos los niveles –científico, comunicativo,
vivencial- están encendidos. Debatir las cosas es importante, más todavía
escuchar razones que buscamos por naturaleza: abiertos al saber y conocer la
verdad. Además esta tendencia es insaciable. Pero ese deseo de conocer la
verdad no está exento de eclipses y prejuicios; y nuestra libertad depende de
la aproximación a la verdad.
Pero ¿qué nos
ocurre? ¿Qué nos pasa? ¿Por qué tenemos dificultades en temas tan importantes
como la dignidad humana, la vida, la libertad, la sexualidad, la educación, el
progreso, la administración del tiempo libre, la tecnología y muchas otras
cuestiones decisivas?. ¿Por qué temas que son importantes se han convertido en
opinables?.
Al parecer nos
hemos olvidado de lo más humano: que somos capaces de conocer la verdad de las
cosas y buscar adherirse a ellas como bien. Entonces se trata de recordar qué
implica la condición humana, que exige ser formada para amar la verdad y el
bien. Como racionales necesitamos bienes completos y trascendentes, sin
olvidarnos de los parciales e inmediatos.
P.
Arnaldo Alvarado
arnaldo.alvar@gmail.com
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