El año 1859 el británico Charles Dickens
publicó la inmortal “Historia de dos ciudades”.
París y Londres son los lugares protagonistas de la obra. Es viernes 13
de noviembre. Comienzan a difundirse por todas partes los últimos sucesos en
París. Se desata una nueva ola de violencia. Se suman 129 muertos. Más muerte
de gente inocente. ¿Qué está pasando? ¿Acaso no estamos en el centro cultural
del continente Europeo? Sí en efecto París lo es desde el siglo XIII con la
victoria de la razón. Allí se consolidó la primera universidad. Con la
universidad vino el cambio cultural.
Más adelante en el siglo XIX París
volvió a escribirse en la historia. Esta vez con la ilustración. También en ese
período bajo el título de la madurez de la razón se atropellaron lo que hoy
llamaríamos los derechos humanos. Resulta curioso esta situación, precisamente
cuando se habla de la madurez de la razón se realiza acciones irracionales.
París en los umbrales del siglo XXI
inicia con una historia gris. Una ciudad cuyos habitantes se caracterizan por
el laicismo radical, incluso en ocasiones muy violentas; en la cual la cuestión
de Dios es relegado a lo personal, esto es, a lo meramente privado. Esto nos
lleva a preguntar ¿qué tipo de ciudades estamos construyendo? Tal vez ¿postiza?
Estos hechos deben llevarnos a una reflexión abierta, clara, objetiva y
dialogal sobre qué tipo de ciudadanos queremos en nuestras calles.
P. Arnaldo Alvarado
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