En aquel tiempo, Jesús decía a la gente: «El reino de Dios
se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. Él duerme de noche y se
levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La
tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después
el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la
siega» (4,26-34).
Este pasaje del evangelio refleja el arte del buen enseñar.
Jesús utiliza una comparación para explicar una realidad profunda. En efecto,
Dios es el buen sembrador. Todo ha
creado Dios por libertad y amor. La huella más notable es la persona sea de la
condición que sea pero todavía más si refleja la imagen y semejanza de su creador.
Este pasaje resalta como cualidad del sembrador: la
paciencia con la obra de sus manos para los frutos esperados. Si ensanchamos la
mirada bajo los lentes de la providencia divina, que es el cuidado amoroso de
Dios con la creación, pero especialmente con la persona, diríamos que todo sucede
en el momento oportuno y es para mejor.
La paciencia es una conquista, una cualidad que manifiesta
estabilidad, cooperación y armonía interior, con las personas y los sucesos.
¿Cómo forjar la paciencia? ¿De qué medios disponer? Podría decir algunos:
1. Aceptación.
Hay que aceptar las cosas como son. Sin exagerar ni rebajar la realidad. Todo
con la conquista de la paz.
2. Dominio
de sí. La paciencia es fruto de una batalla en forjar el carácter que luego mejora
el temperamento y configura la personalidad, siempre se puede ser mejor.
3. Perseverancia.
Se trata de mantener ese buen estilo, buenos modales y formas de relacionarse
con los demás.
4. Ofrecer
a Dios aquello que no se esperaba, convertirlo en oportunidad de.
5. Oración.
Es el diálogo con Dios que nos mantiene en pie frente a las dificultades.
Confía en Dios y pon de tu parte lo que te corresponde.
En estos días que tantas personas llevan la pandemia y
contagios se requiere mucho valor y paciencia en la atención de los enfermos.
¿Te comprometes a reflexionar y tomar buenas decisiones cuando los hechos y
sucesos son desesperantes? Bueno es recordar que la paciencia antes que una
pasividad es ponerse en acción de: aceptación, dominio de sí, perseverancia,
ofrecimiento y oración. La paciencia todo lo alcanza.
P. Arnaldo Alvarado