Estamos en el
siglo XXI. Pensábamos que ya habíamos superados los males de la historia y
teníamos el mundo en nuestras manos, todo bajo control. Resulta que no es así. Una
pandemia y guerras amenazan la paz social.
Una vez más
podemos recordar que nuestra misión es de ser buenos administradores de la
creación y no dueños. El día de hoy queremos estar muy unidos al sentir de la
Iglesia. El Papa Francisco realizará la consagración de la humanidad y especial
Ucrania y Rusia al corazón inmaculado de María desde Roma. Estamos invitados a
sumarnos a este acto de fe, confianza y humanidad desde nuestros lugares.
Esta consagración
es un acto de fe importante. Dios puede cambiar el corazón humano, pero
necesita de la colaboración personal mediante la libertad. Oremos para que se
restablezca la paz en Europa del este.
Una guerra genera
problemas muy graves en diversos frentes. Los atropellos a la dignidad humana
son a gran escala. Especialmente la población civil atraviesa por serios
riesgos. No hay ganadores y las heridas permanecen allí de una manera
silenciosa.
¿Qué puedo hacer
para mejorar la marcha de la historia? La paz empieza siempre desde cada
persona, su manera de entenderse, a los demás y su posición en la sociedad. Las
herramientas para crear una cultura de paz y justicia son:
1.
La
oración. Es la confianza
depositada en el Señor para conceder luces y buena voluntad y querer que los
involucrados lleguen a buen entendimiento.
2.
Como
artesanos de la paz. Los conflictos
se pueden presentar a diversas escalas. Cada persona tendría que ser un artista
de la paz: ¿Por qué insultar o agredir, quitar bienes a la gente sencilla,
humilde?
3.
Como
promotores de justicia.
Donde estemos podemos dar a cada uno lo que le corresponde. Hay que poner freno
a las envidias, comparaciones y codicias. Recuerda, las cosas o bienes mal
habidos no se disfruta.
4.
El
perdón. Es un acto de
voluntad por el cual se comprende y la ofensa se lo deja en la mano de Dios. Se
desea lo mejor para la persona. La vida y Dios mismo se encargarán, no te
agobies dando vueltas a la ofensa, traición o daño recibido.
5.
La
responsabilidad. Se trata
de asumir el compromiso con esfuerzo y esmero. Pedir ayuda para llevar a cabo
lo mejor que se puede aquello que se nos ha confiado.
En la festividad
de la Anunciación de la Virgen y día de la vida unámonos al sentir del Papa.
Juntos haremos que las cosas cambien con nuestra oración, generando paz y
justicia, perdonando y asumiendo nuestras responsabilidades.
Buen día.
P. Arnaldo
Alvarado