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jueves, 17 de marzo de 2022

¿Cómo hacer efecto multiplicador de los bienes que recibimos?

 


Foto: Toluma

 

Del evangelio según san Mateo 21, 33-43. 45-46

 

En aquel tiempo, dijo Jesús:

Escuchen otra parábola: había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y otro lo apedrearon.

Esta parábola refleja la historia de la salvación. Esto es, las acciones bondadosas de Dios y la respuesta del pueblo de Israel y de todo ser humano. En efecto, Dios eligió un pueblo, hizo de todo para protegerlo, guiarlo, acompañarlo, darle todas las predilecciones, pero no estuvieron a la altura. Es más, rechazaron a los profetas y enviados. Incluso no reconocieron a Jesús como el mesías, el Hijo de Dios.

¿Alguna vez has hecho de todo para ayudar y brindar lo mejor pero lo que has encontrado es frialdad, ingratitud, indiferencia? ¿Cómo te has sentido? Probablemente te has lamentado de esa actitud. Pues, sí y con toda razón. Pero luego caíste en la cuenta de que todo lo has hecho por amor y con desinterés, entonces has encontrado paz.

Dios nos bendice y hace partícipe de tantos dones. Podemos dar un efecto multiplicador a todo lo que recibimos. El Señor espera frutos, aunque sean pequeños, pero podemos fructificar los dones recibidos. Siempre hay que hacer el bien incluso cuando veas que parece que los otros no respondan. Lo importante es hacer y hacerse el bien.

¿Cómo podemos corresponder a todo lo que Dios y los demás que hacen de bueno?

·       Con gratitud. Es un detalle de reconocer que aquello es un regalo y que Dios y los demás han sido buenos con nosotros.

·       Con efecto multiplicador. Si algo recibimos es para hacer mucho bien.

·       Con bendición. Es dar gracias y reconocer que Dios es la fuente de todos los dones.

·        Con oración. Orar por las personas que hacen del bien. Dios sabrá recompensarlos.

·       Con esperanza. Siempre habrá personas de gran corazón, serán como los enviados de Dios en momentos difíciles.

Recuerda, Dios nos ha concedido tantos dones. Que en este tiempo de cuaresma especialmente hagas un parón y puedas agradecer, multiplicar, bendecir, orar y esperar la bondad de Dios y de sus amigos. Buen día.

 P. Arnaldo Alvarado

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