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jueves, 1 de julio de 2021

¿Cómo descubrir la vocación?

 

Foto: La vocación de san Mateo - Caravaggio


Del evangelio según san Mateo 9, 9-13.

En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:

«Sígueme».

Él se levantó y lo siguió.

Tenemos aquí un relato de un descubrimiento de vocación. Mateo fue recaudador de impuestos. Era muy listo, ordenado y eficaz en su trabajo.  Pero estaba mal considerado porque trabajaba para los opresores del pueblo.

Jesús pasa junto a su trabajo y le invita a ser su discípulo. La respuesta de Mateo es que de inmediato y le sigue. ¿Te imaginas que la persona que consideras más importante del mundo te invitara a ser parte de su proyecto? ¿Cuál sería tu reacción? Pues Mateo hace una gran fiesta por tal experiencia que marcará toda su vida. Para Jesús cuenta la fe, la libertad y la nobleza de espíritu antes que los méritos y logros.

Hace unos días conocí a una persona y me comentó que Dios le pedía algo más y que estaba con toda la disposición a dejar todo para concretar esa llamada. ¿Cómo descubrir la vocación en la fe y el carisma en la Iglesia? Aquí algunos puntos:

1.     La vocación es una llamada de parte de Dios a seguirle por un camino concreto de la fe.

2.     Necesitas un consejo y orientación de quien puede ayudarte a descubrir lo que Dios te pide.

3.     Encuentras allí un sentido para toda la vida y ayudas en la misión de la Iglesia.

4.     Siempre Dios llama en la realidad que nos encontremos

5.     Nuestros planes y la alegría se multiplican al conocer la vocación que Dios tiene preparado.

6.     Es una decisión libre, comprometida y consciente

7.     Contarás con todos los medios para hacer realidad el llamado

8.     Exige dejar aquello que impide el camino descubierto. Supone una renuncia pero que se transforma en gozo.

9.     Sobre todo encuentras la aspiración más profunda de la vida.

Si Dios te pide algo más en el camino de la fe ¿Qué respuesta darías al Señor? ¿Lo seguirías inmediatamente? La vocación es una luz que orienta el sentido de la vida.

 

 

jueves, 24 de junio de 2021

¿Cómo superar las heridas del pasado?

 


Foto: Liturgia Jesuitas del Perú

Del evangelio según san Mateo

Al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme». Extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero, queda limpio».

Y en seguida quedó limpio de la lepra.

Mucha gente sigue a Jesús. Allí aparece un leproso. Te imaginas esa vida. Era una situación realmente denigrante. Tenían que vivir apartados de su familia, amigos y sociedad. Por nada del mundo podían acercarse a las personas. Vivían descuidados, en cuevas y montañas solos como podían.

En la biblia la lepra es figura del pecado. Pues así está el hombre cuando se aparta de la amistad con Dios. Pierde la alegría de vivir. Volvamos al evangelio. Allí está Jesús. No tiene miedo en acercarse al leproso. Es más, lo toca. Es decir, Jesús quiere curar las heridas del pecado por la vida de paz de su perdón en el sacramento de la confesión.

Este pasaje nos enseña la fe del leproso y la misericordia de Jesús. Cada uno de nosotros llevamos algo de heridas. Hoy fácilmente se quiere ocultar las dolencias y sufrimientos profundos. Se acalla el grito de liberación. Jesús con este gesto nos enseña a no despreciar a nadie, ni rechazarlo.

Este leproso es valiente. Se enfrentó consigo mismo. Se venció, se olvidó de las opiniones y costumbres que le hacían vivir apartado. Ahora lo único que busca es su salud espiritual y corporal.

Cuando ves los errores y pecados personales ¿Qué actitud asumes? ¿Lo dejas para otro momento? ¿Buscas acallar ese grito de liberación de cualquier manera? Ten la valentía de quitarte ese peso. Acepta lo que te pasa y acude a quien te puede ayudar de verdad (personas, medios adecuados). Dios siempre quiere ayudarte.

¿Qué se gana al confesarse? paz, libertad, amistad con Dios y la familia de fe, autoestima grande y mucho deseo de seguir adelante.  

P. Arnaldo Alvarado

viernes, 11 de junio de 2021

El Sagrado corazón de Jesús: el agobio y el consuelo

 

Foto: Freepik


Del evangelio según san Mateo (11,25-30): “Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo les aliviaré”.

Estas palabras son como brisa en el desierto. Pues ahora mismo los agobios, tristezas, rabias, decepciones, injusticias, temores como que se presentan de diversas formas. ¿Cómo superarlos?

La clave mirar a quien representa la síntesis de todas las aspiraciones del corazón humano. Celebramos hoy al Sagrado Corazón de Jesús. Una devoción entrañable en la fe, la vida de la Iglesia y las familias. Tuvo origen en el Calvario, lugar dónde Jesús murió en la cruz y de cuyo costado abierto manó sangre y agua.

¿Tienes en casa la imagen del Sagrado Corazón de Jesús? ¿Qué destacas? Un corazón en llamas de amor coronado de espinas. En efecto, es el signo exacto del amor de Dios. Un amor hasta el extremo, ardiente. No hay amor si no hay sacrificio.

Es un buen estilo que los hogares tengan en sus casas el cuadro del Sagrado Corazón de Jesús. ¿Lo tienes? ¿Diriges tu mirada hacia a la imagen y encuentras un mensaje de paz? Pues las bondades y sufrimientos de la vida compártelo con el Señor. Él también quiere ser parte de esa vivencia.

Estos días, en el Perú, por las circunstancias del proceso electoral tenemos una responsabilidad como ciudadanos y cristianos con la historia de nuestra nación. ¿Qué puedes hacer? Orar, respetar las personas, crear puentes, aprobar la honestidad, conservar el orden, evitar la violencia, no transmitas miedos y amenazas ni te hagas parte. 

El Sagrado Corazón de Jesús nos introduzca en la llama de amor para disipar las dudas, incertidumbres, pecados, injusticias y duelos. Acércate con sinceridad, compromiso firme de amar, ser amado y confianza para encontrar paz y sosiego. ¡Sagrado corazón de Jesús en ti confío!

P. Arnaldo Alvarado

jueves, 10 de junio de 2021

Tesoros en vasijas de barro

 


Foto: InfoCatólica

JORNADA DE ORACIÓN POR LA SANTIFICACIÓN DE LOS SACERDOTES

Recuerdo con gran emoción un suceso, en mi vida personal, apenas ordenado sacerdote. Me encomendaron la atención pastoral de un pueblo pequeño de la periferia. De esos que no aparecen en los medios y las redes sociales pero que sí los debería porque allí azota la drogadicción, las violencias familiares, delincuencias. Generalmente sufren en silencio.

Un día pactamos con los chicos del barrio para jugar un partido de  football. El desafío del partido fue sorprendente porque no esperaban semejante reto. Al bajar de la mototaxi -medio de transporte- con los implementos deportivos nadie se acercó a saludarme como habitualmente lo hacían. Lo que pasaba es que ellos jamás imaginaban que el sacerdote vendría deportivo y era difícil reconocerlo. En efecto antes no había ocurrido una cosa así porque no había atención sacerdotal allí.

El sacerdote se dedica especialmente a las cosas de Dios: sacramentos, evangelio y caridad. Pero también se dedica a las cosas humanas sanas: música, deporte, excursión, etc. Y trabaja también en el lado humano de la gente. Trata de elevar el nivel de calidad de vida en todos los aspectos.

Ese trabajo es fatigoso pero muy esperanzador. Hay un detalle para tomar conciencia; y, es que el sacerdote pertenece a su tiempo en que vive, con este motivo, la Iglesia dedica este día del Sagrado Corazón de Jesús especialmente para rezar por sus sacerdotes.

Los sacerdotes son hombres elegidos de entre los hombres puestos al servicio de sus hermanos. Llevan tesoros divinos en vasijas de barro. Esas manos son frágiles como la de los demás. De allí que tenemos que apoyar a nuestros sacerdotes. Sostener a un sacerdote con la oración es sostener a miles de personas. Es ganancia para todos.

Veamos lo que significa el sacerdote: “Si tuviera que ver a un Ángel del Paraíso y a un Sacerdote, antes doblaría mi rodilla ante el Sacerdote, luego ante el Ángel” (san Francisco de Asís) ¿Por qué?  El sacerdote hace las cosas en nombre de Dios. Es humano y tiene la misma naturaleza humana de todos y le afectan las enfermedades, el cansancio y el pecado como a cualquier otro ser humano.

Generalmente pedimos al sacerdote que rece por tantos asuntos pero nos olvidamos que también ellos necesitan nuestras oraciones y sacrificios. Qué bueno es rezar por el sacerdote y ayudarle de distintas formas especialmente con la corrección fraterna, el testimonio de la fe, pues él también necesita ver y sentir la misma fe.

Recemos y hagamos rezar por nuestros sacerdotes: ¡Danos Señor sacerdotes santos!.

 

P. Arnaldo Alvarado

SSJ-IESPPSJ

miércoles, 2 de junio de 2021

Tú decides, vota bien

 



Foto: Meganoticias

Los peruanos el día 6 de junio del presente año tendremos que elegir a quien nos gobierne en el período establecido. Es necesario recordar que el voto del ciudadano es fundamental en la toma de decisiones para el futuro del país. El tema es serio. Aquí algunos criterios que busca dar luces para elegir bien.

1. Vota a conciencia. Como ciudadano tienes obligación de votar. Al elegir a quien gobernará le estás delegando poderes. Además, recuerda que emites tu aprobación a quien hace candidatura y al partido. La persona lleva detrás ideas y propuestas de un partido. No va de modo individual. Vota considerando en el bien tuyo, tu familia y la ciudadanía.

2. Libre y responsable. Vota en base a la verdad y el bien que es la clave de la libertad. La emoción, rabia, decepción, ira y resentimiento pueden desviar tu buena intención. De allí la necesidad de tener ideas claras sobre las propuestas. Estar bien informado y hacer una buena elección. Considera la objetividad y el plan. No se puede proceder con duda y dejar a la improvisación en la dirección del país.

3. Considera los valores. Hay valores que son innegociables para una decisión. Asegúrate que se tenga garantizado: las libertades, la dignidad de la persona, la vida, la familia, las instituciones, respeto a la propiedad, el respeto al derecho y la constitucionalidad, democracia, estabilidad y orden social.

4. Se coherente. Reafirma los grandes valores éticos, morales y religiosos que sustentan nuestra nación. El Perú cuenta más allá del bicentenario. Estas cualidades dan soporte a nuestro país, a la riqueza espiritual, cultural y solidaridad de nuestra gente. Si eres creyente y cristiano aquí se manifiesta lo que realmente valoras: “Si Dios no existe, todo está permitido” (Dostoyevski). La fe tiene también un impacto social y es para ponerla en práctica.

5. Se patriota. Rechaza toda forma de propuestas del comunismo, marxismo y terrorismo que atenta a la dignidad de la persona y su entorno. Esto genera el caos, atropellos, violencias, luchas de clases, privaciones. En la historia se ha demostrado que esta forma de gobernar -socialismo o populismo radical- no ha funcionado.

6. Razona y emplea la buena educación. En los diálogos y debates que prime la verdad. Invoca al respeto. Rechaza el miedo, la amenaza, la violencia y el temor. Estos métodos son infrahumanos y pueden hacerte perder la lucidez para tu decisión. Lo que tú decidas llevará como consecuencia para todos. Actúa con valentía.  Hay que saber ganar y perder.

P. Arnaldo Alvarado

 

 

 

Inspirado en:

Pontificio Consejo Justicia y paz, Compendio de la doctrina social de la Iglesia

Comunicado de los Obispos del Perú, 25 mayo 2021.

Aristóteles, Ética a Nicómaco y La Política.

sábado, 29 de mayo de 2021

Hoy encontré a Dios en la calle

 



El día de hoy me ha sucedido algo particular. Veamos. Mientras yo volvía a casa de la zona céntrica de la ciudad de san Vicente de Cañete, a pocos metros de la plaza de armas, me encontré con un padre de familia. Le saludé a la distancia y mi interlocutor manifestó ciertas interrogantes que resolver.

Me detuve. Lo atendí allí en la vereda, en el bullicio del tráfico. Resulta que este hombre sufría las consecuencias de la pandemia. Procedía de una zona interna del país. Encontrándose en una situación precaria y sin futuro resolvió venirse a Cañete en un camión que transportaba productos agrícolas. Llegó sin saber dónde caer ni quién lo acoja. Ahora vive entre plásticos y choza con sus cuatro hijos y esposa.

Pienso que la pobreza ya no está en un espacio mapeado. No. Hay más pobreza todavía en ciudades desarrolladas. En el anonimato del existir de la masa. Allí dónde a nadie le interesa lo que te pasa sino únicamente para sacar alguna utilidad en el peor de los casos.

Volvamos al hecho de la narración. Por lo que conversé en esos pocos minutos con aquel papá percibí que era un hombre de fe. Dispuesto a jugarse el todo por mantener a su familia unida y en armonía con Dios. Realmente una persona que ha pasado por cosas muy duras. Me sorprendió su valor y fe.

Me comentó que pasaría a rezar por la catedral y luego este padre de familia de cuatro hijos pequeños acudiría al mercado para buscar donaciones de comidas. Tenía reparos y me dijo quizá las personas no le ayudarían. Aquí viene la cuestión.

Dije inmediatamente ¿Cómo es que Dios me presenta a una persona tan necesitada y que estoy en capacidad de ayudarlo? ¿Cómo así que esta persona tan buena y con grandes deseos de amar a su familia hasta el extremo encuentra la persona que puede darle una ayuda solidaria?

Aclaro. Tengo un equipo humano y estamos en capacidad de ayudar. Esta iniciativa surgió precisamente desde que inició la pandemia en el Perú.  Lo que hemos hecho es armar bolsas de alimentos con un grupo de familias para seis miembros y para una semana. Plan diseñado para un plan de emergencia. Lo razonable para subsistir. Hasta el momento hemos ayudado a más de 50 familias en situación muy precaria.

Aún me sigo preguntando ¿Por qué Dios me puso a esta persona en mi camino? Si éramos tantos transeúntes ¿Por qué a mí? De lo que estoy convencido es que Dios cuida y defiende a los pobres. Jamás deja de prestar oído a sus súplicas. Si una persona es buena jamás será olvidada.

¿Valoras que tu riqueza está en la fe y confianza en Dios? Como este padre de familia que se la jugaba todo por sus hijos ¿Estás dispuesto a valorar a las personas antes que las cosas materiales? ¿Identificas y te comprometes con lo que puedas en ser caritativo?

Cañete, 29 de mayo 2021

P. Arnaldo Alvarado

 


sábado, 22 de mayo de 2021

¿Quién es el Espíritu Santo? ¿Cuál es la misión del Espíritu Santo?

 


Foto: Arquidiócesis de Santa Cruz

Estamos ya para concluir este tiempo pascual. Jesús nos prometió enviar el Espíritu Santo.

¿Quién es el Espíritu Santo? Es la tercera persona de la Santísima Trinidad. Procede del amor del Padre y del Hijo. Es Dios. Tiene como misión la santificación, es decir, la actualización y dispensación de todos los medios que nos hacen falta para ser más amigos de Dios y buenas personas.

Este domingo celebraremos la fiesta de Pentecostés. Esto es, que a los cincuenta días de Jesús resucitado viene el Espíritu Santo sobre los Apóstoles y María santísima. En definitiva, viene sobre la Iglesia y la humanidad.

¿Cuál es la misión del Espíritu Santo? Es guiar y acompañar a toda la iglesia, a todo cristiano y personas de buena voluntad.

¿Cómo se nota esa presencia? Cuando deseas orar, hacer una obra buena, buen pensamiento, buena iniciativa, quieres mejorar en tu trabajo y familia, deseas una orientación, amas la verdad y la justicia. Escúchalo.

Ahora, al menos en el Perú, dejémonos guiar por el Espíritu divino especialmente en la responsabilidad que tenemos para elegir a quién nos gobernará. Tenemos que apostar para defender el bien de todos, la vida, la libertad, la paz, el respeto a las instituciones, la familia. ¡No a la violencia, amenazas y falsas promesas que no se cumplirán! Está en juego el país. Tenemos que pensar en los que vienen.

El Espíritu Santo es llamado también abogado, consolador, huésped. Tratémoslo con confianza. Pidamos que ilumine nuestro entendimiento y voluntad. ¿Sabes que tienes un buen acompañante? Invoca al Paráclito cuando vayas a iniciar tus estudios, trabajo, trato en familia, a orar, cuando necesites brindar o recibir un buen consejo.

 


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