Del evangelio
según san Mateo 9, 9-13.
En aquel tiempo,
al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los
impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él se levantó y
lo siguió.
Tenemos aquí un
relato de un descubrimiento de vocación. Mateo fue recaudador de impuestos. Era
muy listo, ordenado y eficaz en su trabajo. Pero estaba mal considerado porque trabajaba
para los opresores del pueblo.
Jesús pasa junto
a su trabajo y le invita a ser su discípulo. La respuesta de Mateo es que de
inmediato y le sigue. ¿Te imaginas que la persona que consideras más importante
del mundo te invitara a ser parte de su proyecto? ¿Cuál sería tu reacción? Pues
Mateo hace una gran fiesta por tal experiencia que marcará toda su vida. Para
Jesús cuenta la fe, la libertad y la nobleza de espíritu antes que los méritos
y logros.
Hace unos días
conocí a una persona y me comentó que Dios le pedía algo más y que estaba con
toda la disposición a dejar todo para concretar esa llamada. ¿Cómo descubrir la
vocación en la fe y el carisma en la Iglesia? Aquí algunos puntos:
1.
La vocación
es una llamada de parte de Dios a seguirle por un camino concreto de la fe.
2.
Necesitas
un consejo y orientación de quien puede ayudarte a descubrir lo que Dios te
pide.
3.
Encuentras
allí un sentido para toda la vida y ayudas en la misión de la Iglesia.
4.
Siempre
Dios llama en la realidad que nos encontremos
5.
Nuestros
planes y la alegría se multiplican al conocer la vocación que Dios tiene
preparado.
6.
Es
una decisión libre, comprometida y consciente
7.
Contarás
con todos los medios para hacer realidad el llamado
8.
Exige
dejar aquello que impide el camino descubierto. Supone una renuncia pero que se
transforma en gozo.
9.
Sobre
todo encuentras la aspiración más profunda de la vida.
Si Dios te pide
algo más en el camino de la fe ¿Qué respuesta darías al Señor? ¿Lo seguirías
inmediatamente? La vocación es una luz que orienta el sentido de la vida.