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lunes, 25 de mayo de 2015

El cerebro humano y la actividad onírica

El cerebro está activo durante el sueño, asegura especialista

Asimismo, afirma que la calidad del sueño está condicionada a factores como la temperatura, luminosidad y consumo de tabaco


El cerebro está activo durante el sueño, asegura especialista
(Foto: A Health Blog / Flickr bajo licencia Creative Commons)



El cerebro, al contrario de lo que se cree, se mantiene en total actividad durante las horas de sueño, asegura Javier Cabanyes Truffino, autor del libro "Dormir y Soñar" y neurólogo de la Clínica Universidad de Navarra (España).
"Al estudiar el sueño, lo primero que sorprende es que se trata de una actividad del sistema nervioso”, indica el especialista.
“El sueño es todo lo contrario a lo que parece sugerir una persona dormida, cuyo estado puede hacernos pensar que es de una inactividad más o menos profunda”, agrega Cabanyes.
El especialista también plantea una teoría de la siesta como beneficio o como perjuicio para la salud. Además, tras analizar las ensoñaciones, o actividad onírica, el médico las define como “los fenómenos más curiosos y fascinantes del sueño”. 
Cabanyes asegura que la calidad del sueño está condicionada por factores psicobiológicos, socioambientales, de temperatura, luminosidad, consumo de tabaco, etc. “Es de enorme importancia evitar el acúmulo de estrés y no solo eso, sino que debemos manejar métodos para liberar tensiones”, argumenta. 
Según datos de la Sociedad Peruana de Neurología, el 10% de peruanos padece de insomnio (transtorno del sueño), siendo los principales afectados los estudiantes que madrugan en Internet.
“Decidí escribir este libro porque el sueño ocupa más de 1/3 de nuestro día y de nuestras vidas, además de que las repercusiones en la salud y en la enfermedad son enormes”, indica el neurólogo español.
Fuente: Universidad de Navarra
En conclusión:
El cerebro lo es todo. Es un órgano fisiológico cuya actividad depende de la facultad intelectiva. 
La salud mental está en función a la salud sensitiva. Es interesante realizar un trabajo interdisciplinar del cerebro humano. Hay mucho de qué sorprenderse.
P. Arnaldo Alvarado
Filosofía

viernes, 15 de mayo de 2015

El mal y la esperanza en un mundo nuevo

EL MAL Y LA ESPERANZA DE UN MUNDO NUEVO

Nos encontramos en una situación histórica especial. Realmente estamos sorprendidos de lo que los seres de lo que somos capaces. La civilización ha alcanzado cotas tan altas en el progreso científico y tecnológico especialmente mas eso no es todo.

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Casi tenemos el deseo de buscar otro lugar fuera del planeta tierra donde vivir mejor. Es un momento apasionante el que nos toca vivir; a su vez apreciamos como si una nube gris cubriera el horizonte y esto nos sorprende más. Vivimos momentos tensos a nivel personal y global.

La razón nos dice que debe existir el autor del bien y que debe ser sólo del bien no del mal; y además que debe ser un solo principio. Existe el bien pero también convivimos con el mal. Entonces ¿cuál es el origen del mal? El mal nace de la ausencia de bien; es privación. Su existencia está en relación al bien ausente. Porque el mal como cosa en sí –ontológico- no puede darse.

Intentemos decir algo sobre el mal. Ahora bien el mal puede ser debido a distintas causas: desastres naturales y los causados por la libertad humana. Con respecto a lo primero nos llama la atención los terremotos, virus, malarias, inundaciones, etc. Esto podríamos entenderlo a primera vista en cuanto que la naturaleza tiene un orden y salir de ese ámbito siempre será desastroso para el hombre. Esos males no lo buscamos ni lo elegimos; pero tal vez sí lo provocamos.

El mal causado por la libertad del hombre siempre dejará explicaciones pendientes ¿por qué?. Para percatarnos de esta realidad basta revisar los medios de comunicación que fácilmente se presentan como canales de difusión de estas noticias. Notamos cómo la cultura del mal (de la muerte) se convierte en un imperio que conquista nuevas tierras. Cada vez el viral del mal como si multiplicara sus versiones en distintos ámbitos. La causa de todo esto es el mismo hombre.

Si en los inicios de todo el universo salió bueno y perfecto entonces algo ocurrió en el tiempo. El mal sólo puede aparecer en el tiempo. Tenemos que acudir a la teología que tiene más autoridad a este nivel. Con razón la teología habla de la causa del mal en el pecado original que consistió en el rechazo al plan de Dios sobre la creación y el mismo hombre especialmente. Esa nueva condición de quiebra supone una ruptura en cuatro ámbitos: personal, social (con los demás), con la creación y con Dios mismo. Se perdió la armonía y la belleza original. Esta realidad nos explica la situación del hombre que está propenso a administrar mal su libertad. Si no hace actos de virtud puede errar y fallar.

Después de todo siempre hay una esperanza en un mundo mejor sin desentendernos del presente. Lo que queda es pues ahogar el mal en abundancia de bien entonces. La presencia del redentor y salvador hace falta necesariamente para que la esperanza se cumpla. Tal debe ser una persona humana y divina y no puede ser otra realidad. Entonces sí el bien debe triunfar, la creación debe llegar a un orden nuevo después de la historia.

P. Arnaldo Alvarado

Jr. Unanue 300 – Cañete.

lunes, 11 de mayo de 2015

Biografía del Beato Álvaro del Portillo

Álvaro del Portillo nació en Madrid (España) el 11 de marzo de 1914, tercero de ocho hermanos, en una familia cristiana. Era Doctor Ingeniero de Caminos y Doctor en Filosofía y en Derecho Canónico. Su fiesta se celebra el 12 de mayo.
NOTICIAS
Opus Dei - Biografía del beato Álvaro del PortilloÁlvaro del Portillo
En 1935 se incorporó al Opus Dei, fundado por san Josemaría Escrivá de Balaguer el 2 de octubre de 1928. Vivió con fidelidad plena la vocación al Opus Dei, mediante la santificación del trabajo profesional y el cumplimiento de los deberes ordinarios, y desarrolló una amplísima actividad apostólica entre sus compañeros de estudio y con los colegas de trabajo.
Muy pronto se convirtió en la ayuda más firme de San Josemaría, y permaneció a su lado durante casi cuarenta años, como su colaborador más próximo.
El 25 de junio de 1944 fue ordenado sacerdote. Desde entonces se dedicó enteramente al ministerio pastoral, en servicio de los miembros del Opus Dei y de todas las almas.
En 1946 fijó su residencia en Roma, junto a San Josemaría. Su servicio infatigable a la Iglesia se manifestó, además, en la dedicación a los encargos que le confirió la Santa Sede como consultor de varios Dicasterios de la Curia Romana y, especialmente, mediante su activa participación en los trabajos del Concilio Vaticano II.
Primer sucesor de san Josemaría
El 15 de septiembre de 1975 fue elegido primer sucesor de San Josemaría. El 28 de noviembre de 1982, al erigir la Obra en Prelatura Personal, el Santo Padre Juan Pablo II le nombró Prelado del Opus Dei, y el 6 de enero de 1991 le confirió la ordenación episcopal.
Toda la labor de gobierno del Siervo de Dios se caracterizó por la fidelidad al Fundador y su mensaje, en un trabajo pastoral incansable para extender los apostolados de la Prelatura, en servicio de la Iglesia.
Su entrega al cumplimiento de la misión recibida, siguiendo las enseñanzas de San Josemaría, hundía sus raíces en un hondo sentido de la filiación divina, fruto de la acción del Espíritu Santo, que le llevaba a buscar la identificación con Cristo en un abandono confiado a la voluntad de Dios Padre, constantemente alimentado por la oración, la Eucaristía y una tierna devoción a la Santísima Virgen.
Su amor a la Iglesia se manifestaba por su profunda comunión con el Papa y los Obispos. Su caridad con todos, la solicitud infatigable por sus hijas e hijos en el Opus Dei, la humildad, la prudencia y la fortaleza, la alegría y la sencillez, el olvido de sí y el ardiente afán de ganar almas para Cristo, reflejado también en el lema episcopal —Regnare Christum volumus!—, junto con la bondad, la serenidad y el buen humor que irradiaba su persona, son rasgos que componen el retrato de su alma.
En la madrugada del 23 de marzo de 1994, pocas horas después de regresar de una peregrinación a Tierra Santa, donde había seguido con intensa piedad los pasos terrenos de Jesús, desde Nazaret al Santo Sepulcro, el Señor llamó a Sí a este siervo suyo bueno y fiel. La mañana precedente había celebrado su última Misa en el Cenáculo de Jerusalén.
El mismo día 23 de marzo, el Santo Padre Juan Pablo II acudió a rezar ante sus restos mortales, que ahora reposan en la Cripta de la Iglesia Prelaticia de Santa María de la Paz —viale Bruno Buozzi, 75, Roma—, continuamente acompañados por la oración y el cariño de los fieles del Opus Dei y de millares de personas.
Fue beatificado en Madrid el 27 de septiembre de 2014. Su fiesta se celebra el 12 de mayo.
Fuente: http://www.opusdei.org/es-es/article/biografia-de-don-alvaro-del-portillo/
P. Arnaldo Alvarado

lunes, 4 de mayo de 2015

Día de las madres. La condición femenina

La condición femenina: la alegría de las madres son los hijos felices


Pocos días del año son aquellos que reúnen a toda la familia. Nos gustaría que sean más pero las diversas circunstancias no lo permiten. Uno de éstos es el día de la madre. En efecto, en muchas partes del mundo el segundo domingo de mayo está dedicado a las madres.  Tenemos mucha razón en dedicar a nuestras mamás –sin minusvalorar la figura paterna- al menos un día, mas no solo uno sino siempre; pues ellas nos dedican sus días. 
Nuestras madres juntamente con nuestros padres se merecen todo respeto, aprecio y estima.  Ellos son el núcleo de la familia; nos han dado la vida. Nos han entregado lo mejor de sus alcances; nos han cuidado cuando éramos precarios. Si algunos han tenido errores voluntarios exige el perdón.

La mamá es prototipo de generosidad y bondad. Tanto es así que cuando una persona es buena la llamamos “es como una madre”. Nuestras madres han recibido de Dios cualidades tan especiales que las convierten en un mosaico fino. Tienen muchos talentos. Las mamás aman y quieren ser amadas. Su deseo es que los hijos estemos contentos y felices. La alegría de la mamá es la felicidad de sus hijos. Siempre están al cuidado de los hijos. Para ella los hijos son buenos y los mejores del mundo más allá de sus defectos.
Los padres desempeñan un papel muy importante en la formación de los hijos. La presencia de ambos es de suma importancia para la vida afectiva-emocional, educativa, social, lúdica, psíquica.
Los seres humanos hacemos la historia. El papel de la mujer en la historia ha sido realmente importante. Tal vez no es muy conocido, pero la historia habla de ellas. En toda la historia encontramos la huella de la mujer.
La condición humana se da como varón y mujer que tienen igual dignidad. Es cierto que hay diferencias y diversidad de funciones, pero también se da la complementariedad física, psíquica, biológica y social. No obstante, la condición humana es la misma. Encontrar la armonía en la diferencia es lo más humano que podemos hacer. La diferencia es  motivo de trabajar en equipo; ocasión de poner lo mejor de nuestra parte para evitar todo tipo de arbitrariedad.
Aún hay mucho que hacer por la sana antropología de la diferencia y complementariedad. Para tener en cuenta la dignidad de la mujer es necesaria una sana visión de la persona. Tenemos que trabajar por la igualdad de trato evitando excesos.  El respeto a la mujer es clave.
Ahora nuestro pensamiento va hacia las madres que padecen atropellos a su dignidad y distintos tipos de esclavitudes. Es tarea de todos trabajar especialmente para evitar la trata y comercio de la mujer en sus diversas formas: prostitución, aborto, uso comercial de su condición femenina. Estos no son ninguna solución para nada; al contrario, es un problema que ponemos sobre las vidas de las mujeres especialmente. Ofrezcamos soluciones y no complicaciones.
Existen ¡Cuántas mujeres manipuladas! incluso por la ciencia con pocos valores éticos. Los humanos con criterios éticos podemos elaborar una ciencia al servicio de la humanidad. Por lo contrario la carencia de principios puede destruir una persona y su civilización por someter nuestros objetivos y métodos a intereses personales o de grupos. Es permitido aquello que fomenta la dignidad, no aquello que la denigra. Hay que estar atentos a las ideologías que quieren desnaturalizar a la mujer y su rol. Estas propuestas ofrecen la “liberación” pero las esclavizan al sufrimiento silencioso y duro. El lema de este procedimiento para con los demás es: “sí, pero a mí no”. Seamos honestos.
Desde aquí nuestro agradecimiento profundo a quienes nos han traído al mundo desde el primer momento de nuestra concepción. Gracias por su sacrificio escondido, oculto, abnegado y poco agradecido. Que Dios bendiga y proteja a nuestras madres.

P. Arnaldo Alvarado
Docente de filosofía
Jr. Unanue 300


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