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No temas María, porque has encontrado
gracia
En
aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la
estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su
presencia, dijo: No temas María, porque has encontrado gracia ante Dios.
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús…
(Lc 1, 26-38).
Hoy
es una celebración especial en la fe. Se trata de la anunciación por parte del ángel
a María para ser la madre de Dios. Hay un solo Dios en tres personas distintas:
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Pero el Dios de la fe sale a buscar al
hombre.
Mediante
la aceptación de María para ser la madre de Dios se realiza la encarnación. Esto
significa, que el Hijo de Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad
asume la naturaleza humana para nuestra salvación. Solamente Dios puede
salvarnos del mal, del pecado, de la muerte. Salvar quiere decir también entender
que el misterio del mal tiene sentido.
¿Cómo
fue posible? La Encarnación del Hijo de Dios se realizó formando el Espíritu Santo,
de las purísimas entrañas de la Virgen María, un cuerpo perfectísimo y creando
un alma nobilísima que unió a aquel cuerpo; en el mismo instante a este cuerpo y
alma se unió el Hijo de Dios; y de esta forma, el que antes era sólo Dios, sin
dejar de serlo, quedó hecho hombre (CPY, 129).
¿Asumes
que tu salvación está en Cristo y en tu correspondencia al amor de Dios? En estos
días particulares donde se asoma el miedo, la inseguridad, la carencia incluso
de lo más básico para tu subsistencia, la soledad recuerda que Cristo te ha
precedido ya en esas vivencias.
¿Cuál
puede ser tu respuesta ante esta situación? Encontrar sentido a todo esto,
adhesión al plan de Dios con fe, confianza en la providencia divina, solidaridad
y conversión de nuestros malos pasos.
P.
Arnaldo Alvarado
25 marzo
2020