Lo que debes saber para
vivir la semana santa: días de reflexión y misericordia
La semana santa es el tiempo en la Iglesia que inicia con el
domingo de Ramos y concluye el domingo de resurrección. Es toda una semana
dedicada a celebrar las acciones de Dios por nuestra salvación. Cada día se conmemora
algo especial de la vida de Cristo. El triduo pascual ocupa el centro de la
semana santa; está formado por los días: viernes santo, sábado santo y domingo
de resurrección.
La semana santa pero especialmente el Triduo santo pascual siempre
ha ocupado un lugar central en todo el año cristiano. En estos días vemos todo
lo que hizo Dios por nosotros: institución de la Eucaristía, el sacerdocio, la
caridad, muerte, sepultura y la Resurrección de Cristo. Veamos día por día.
El domingo de Ramos celebramos la entrada triunfal de Cristo
en Jerusalén y el anuncio de su pasión. El lunes, martes y miércoles santo
hacemos memoria respectivamente de la unción en Betania, del anuncio de la
traición de Judas y del hecho mismo de la traición.
El jueves santo conmemoramos la institución de la Eucaristía,
el sacerdocio y el mandato de la caridad. Jesús instituye todo esto en la
última cena.
El viernes santo es un día de ayuno y abstinencia. La Iglesia
conmemora la pasión y muerte del Señor. Además recuerda que ella nace del
costado de Cristo muerto en la cruz. También es un día especial porque hacemos
la oración por todos y por todas las necesidades.
El sábado santo es el día del silencio ante la sepultura del
Señor. La iglesia medita la muerte de su Señor. Es el día de la esperanza.
Con la vigilia pascual y el domingo celebramos la
resurrección del Señor. Cristo ha resucitado y vive con nosotros. Como
cristianos estamos obligados a celebrar la Pascua con el Señor. ¿Qué significa celebrar
la pascua? Significa paso, cambio para cosas buenas. Por ejemplo si yo no voy a
Misa los domingos ahora me propongo asistir. Sin no me gusta ayudar en casa o a
los amigos, ahora me esfuerzo por pensar en los demás. Si no quiero perdonar,
ahora perdono y rezo por los que me han hecho el mal. Si estoy en pecado, ahora
recupero la gracia. Son días de descanso pero en el Señor. Para Dios no hay
vacaciones.
El mejor modo de celebrar la pascua es asistiendo a las
celebraciones litúrgicas y haciendo una buena confesión y un buen propósito.
Dios nos ama con locura y por eso da su vida en la cruz. Dice san Pablo,
“Cristo se entregó por mí, murió por mí”. Entonces ¿qué puedo hacer por Él?.
Hagamos una buena confesión, pidamos perdón a Dios. Él nos perdona porque nos
ama. Si no estás tranquilo y con paz es que te falta el perdón y reconciliación.
Conviértete y vive feliz.
P. Arnaldo Alvarado
Seminario Mayor de
Cañete - IESPPSJ
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