Foto: Pinterest
Educación e historia. Un caso a estudiar
Luis Felipe Alarco (Lima, 1913-2005)
Cuando se diserta sobre educación falta el
tiempo para exponer las razones del acierto o fracaso. Basta una mirada
exploratoria hacia los resultados de la prueba PISA para continuar con ríos de
tinta. Esto implica que la educación es el espacio que mejor refleja el
ecosistema de la vida y forma de vivir especialmente de las personas. El
pensamiento sapiencial, es decir, aquella mentalidad de analizar mediante
causas profundas y asumir actitudes directivas hacia la búsqueda de fines
últimos es clave para encontrar más luces en el camino de cómo educar bien.
El Perú no se entiende sin la educación.
Me gusta la filosofía y debo decir que desconozco autores y aportes que estudiado
en profundidad son trabajos importantes que han quedado en el olvido del tiempo.
En efecto, la filosofía en el Perú, por ejemplo, ha tenido relevancia desde los
inicios de establecimientos de centros de formación a partir del siglo XVI. ¡Cuánto
desconocimiento hay sobre el encuentro de las dos culturas tanto la europea
como la oriunda!
Es fácil caer en actitudes partidistas
para querer olvidar todos los trabajos desde la época de la conquista y período
colonial. Nunca se empieza de cero. La cultura nativa del Perú antiguo tenía
mucho que ofrecer. Sin distorsionar la verdad de los hechos me parece más
interesante, para analizar una cultura, la perspectiva de la simbiosis. Lógicamente
el paso del tiempo implica de por sí continuas mejoras y nuevos aires.
Tal es así que tenemos en el ámbito
académico e intelectual peruano grandes aportes que es bueno rescatar. ¡No es
justo dormirse en los laureles pensando que solo el hoy, de una década o siglo
es lo rescatable! ¡No es justo esa idea! ¡Cuánto se tiene que vitalizar la
memoria histórica! He tenido la fortuna de encontrar la obra de Luis Felipe
Alarco. Me ha parecido realmente impresionante la lucidez de su pensamiento y
aún más podría brindar aportes para entender y hacer que la educación en el
Perú, en este caso, cobre nueva esperanza.
Con frecuencia atribuimos los logros y deficiencias
de nuestra educación peruana a los docentes, es decir, a quienes se dedican al
trabajo educativo como profesión. Es verdad que allí recae también la
responsabilidad personal. Pero esa visión es parcial. Hay que abrir el abanico
de investigar más a fondo los temas, además con una postura sistémica,
integrada, confiada y que comienza por lo concreto.
Volvamos en el discurso a Luis Felipe
Alarco. El filósofo peruano en su obra Lecciones
de filosofía de la educación (1949,
1960 y 1965), nos abre ventanas para obtener bocanadas de respiro y no
desfallecer por la asfixia de las críticas en el intento de mejorar nuestra
educación. A continuación, menciono las siete maneras de entender a los
educadores y, por tanto, la educación, como aquella que configura el perfil, personalidad
y madurez de los educadores.
- Hombres cotidianos. Todo ciudadano de la condición,
cultura, credo que sea.
- Personas anónimas. Aquellos que están detrás de las
pantallas, páginas digitales y nos presentan la realidad en imágenes y pueden
ser los periodistas, escritores, artistas.
- Los profesores. Quienes hacen de la educación una
profesión, cuyo núcleo capital de su vida es educar.
- Los teóricos de la educación. Los diversos pensadores y gestores
del conocimiento, particularmente aquellos dedicados a la investigación.
La búsqueda de unidad e integración de los saberes puede ser la clave para
el desarrollo y es la tarea pendiente.
- Las personalidades de la época. Influyen con su vida; si son
buenas fortalecen la tarea educativa, si son malas dificultan. Por
naturaleza somos imitadores.
- Personalidades de la historia.
Que se rememora en las celebraciones cívicas y religiosas. Es
importante que conozcamos quienes nos precedieron y recordemos sus aportes
a la sociedad.
- Grandes maestros. Particularmente quienes
trascienden el tiempo y la cultura. Ellos son Jesús, Buda, Sócrates.
Evidentemente cuánto más se considera el valor concedido a la razón y su
apertura a lo trascendente del ser humano la ruta maestra trazada es
mejor.
Según la lista son los primeros cinco especialmente
quienes protagonizan en los resultados de nuestra educación, pero hay que mirar
el contexto de ayer y hoy también. Esto significa que si queremos mejorar la
educación que se tome en serio cada uno en la situación que esté. No gastemos
más tiempo en discusiones, lamentos, desolaciones prolongadas. No se escatime
esfuerzos en conocer a fondo, a propósito del bicentenario, los personajes de
diversos ámbitos que hicieron el Perú. Convencernos y persuadir son tareas
pendientes. La manera de educar cambiará cuando cambie yo y cambies tú. Ellos
lo hicieron y podemos seguir sus huellas.
Arnaldo Alvarado
Docente de filosofía SSJ-IESPPSJ
arnaldo.alvar@gmail.com