“Bendito el que viene
en nombre del Señor”
Ya estamos inmersos en la semana
santa. Con este día del domingo de Ramos y de la pasión del Señor se inicia la
gran semana del año cristiano. Este día conmemora y actualiza la entrada
triunfal de Jesús en Jerusalén y el anuncio de su pasión y muerte. ¿Valoras la
pasión y muerte del Señor que todo lo ha hecho por ti y por todos?
En efecto, la celebración
litúrgica de hoy tiene dos grandes partes. En la primera se conmemora Jesús
sube de Galilea a Jerusalén. Él es bien recibido por la multitud de peregrinos.
De allí que bendecimos los ramos. Y en
la segunda parte de la misa de hoy se lee el relato de la pasión y muerte del
Señor según san Mateo 26, 14-27,66.
En la lectura bíblica se destacan
los hechos y dichos de Jesús y quienes le acompañaron en sus últimas horas como
acontecimiento de salvación por todos. Por su muerte nos liberó. Ahora nos toca
acoger y hacer que todo el amor de Dios rinda sus frutos en nuestra vida. Ante el misterio del mal, el dolor, la enfermedad y la traición la pasión de Cristo es la mejor respuesta.
Hay que notar que los ritos y
palabras de la liturgia expresan lo más profundo del acontecimiento. Así como Jesús
subió a Jerusalén para celebrar la pascua cuya meta es la cruz. Allí va con
prontitud. También nosotros emprendamos un camino interior. Jesús se dirige al
templo que es el signo de la presencia de Dios.
Nada ni nadie puede contener a
Dios, pero lo importante es que Él se nos da. En realidad, el lugar definitivo
de la presencia de Dios está en el corazón humano, lugar de contacto entre Dios
y el hombre. Para acceder a esa sala hay que pasar por la puerta cuyas llaves
son la humildad, la fe y la apertura.
Un detalle. Jesús al llegar al
templo encuentra a los cambistas y vendedores de palomas. Dado que en el templo
no podía existir monedas puesto que llevaba la imagen del César, contrapuesto
al templo, y por tanto se incurría en idolatría. Únicamente podía hacerse ese
tipo de intercambio. No se puede juntar a Dios con la mentalidad pagana.
Toda esa actividad debía hacerse
en el atrio de los gentiles (también llamados paganos, esto es, aquellos que no
tienen la fe y no conocen más que la razón). Aunque los paganos no entraban sí
podían unirse a la oración en el atrio de la fe. Esto nos indica que Dios
siempre espera su búsqueda, oración e invocación. Jesús defiende el orden
verdadero.
¿Nuestra fe es suficientemente
pura, abierta, acogedora y coherente para que los demás puedan ver el orden
divino? Entonces Jesús instaura el verdadero culto “en espíritu y verdad”.
Adorar con aquél que es la verdad. Atención que hayamos convertido nuestro corazón
en “cueva de bandidos”. Es hora de acudir a la bondad sanadora de Jesús, puesto
que Él tiene la vocación de curar, servir. La bondad sana.
En este día has el propósito de
iniciar ya tu camino interior para celebrar la pascua con Jesús. Lee, medita y
comparte las escrituras (evangelios) en sus últimos capítulos. Seguramente estás
orando, pero no es suficiente. Has el compromiso de cambiar ya en algo y sólo
así haces una verdadera pascua (paso, cambio, conversión). Las circunstancias
son distintas, pero la intensidad tiene que ser generosa, recogida, decidida y
propositiva.
Una grandiosa semana santa en
familia. Celébralo esta vez desde casa.
Inspirado en las homilías del Papa Benedicto XVI 2008 y 2011.
Inspirado en las homilías del Papa Benedicto XVI 2008 y 2011.