Nos inspiramos en el evangelio según san Juan 7, 1-2. 10. 25-30
En aquel tiempo, recorría Jesús la Galilea, pues no quería andar por Judea
porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las
tiendas. Después que sus parientes se marcharon a la fiesta, entonces subió él también,
no abiertamente, sino a escondidas.
Este pasaje en la vida de Jesús nos hace recordar a tantas personas buenas
en las diversas esferas de la sociedad que buscan hacer el bien, trabajar por
la justicia y decir siempre la verdad, pero reciben amenazas incluso de muerte,
extorsiones y persecuciones.
¡Qué bueno es entender la vida a la luz de la fe! Veamos en este relato Jesús
da a conocer la verdad más profunda de su ser y vida como Dios. ¿Cómo podríamos
conocer, tratar y amar a Dios si Jesús no lo hubiera manifestado? El decir la
verdad y su verdad como Hijo de Dios le lleva serios problemas e incluso a la
muerte.
Manifestar la coherencia de tu fe puede llevarte también a serias
complicaciones. Pero es lo mejor que puedes hacer. La vida cristiana se hace frente
a la cultura del relativismo donde todo vale, cada uno tiene y fabrica su
verdad, da lo mismo y no hay una verdad objetiva.
Decir la verdad de tu persona, de tus valores y buscar el bien es como fundar
la casa sobre roca firme. Por otro lado, también puedes convertirte en signo de
contradicción por el hecho de querer hacer el bien y entablar la justicia.
¿Cómo afrontar las persecuciones e incomprensiones a causa de tu fe?
·
Con
sabiduría. Esto es, saber
dirigir tus actos y decisiones en sintonía con la fe.
·
Prudencia. Saber obrar bien en el momento oportuno y
pedir un consejo oportuno.
·
Providencia
divina. Saberse que Dios
cuida de toda la creación pero especialmente a la persona.
·
Fortaleza. Esa capacidad de apoyarte en el Señor y
poner de tu parte la firmeza de ánimo.
·
Serenidad. Con el alma calma puedes encontrar las
mejores formas de salir de esa situación.
Recuerda hacer el bien siempre y actuar en consecuencia es el mejor
acierto. Cuando tu decisión sea buena y encuentres trabas procura actuar con
sabiduría, prudencia, fortaleza, serenidad y acude a la providencia divina. Buen
día.
P, Arnaldo Alvarado