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jueves, 25 de noviembre de 2021

¿Cuándo será el final de los tiempos?

 

Foto: Religión digital

¿Cuándo será el fin de los tiempos?

Del evangelio según san Lucas 21,29-33

En verdad les digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

El tiempo pasa. Cada día experimentamos realidades unas tras otras pasan, lecturas, actividades, trabajos, retos, metas, amistades pero queda ese deseo de seguir ayudando y conquistar las aspiraciones más profundas del corazón.

La Palabra de Dios que está contenida en la Sagrada Escritura y en la vivencia de la fe que llamamos tradición (Palabra de Dios no escrita sino vivida y celebrada) siempre es actual. No pasa. Puede adaptarse a toda vivencia y dar sentido a lo que se experimenta. Sí, además es una luz y una fuerza que impulsa a seguir adelante.

El universo, la creación es obra de Dios. Funciona según sus leyes y dinamismos. Toca al ser humano hacer de un buen administrador y no de dueño. Pero este mundo llegará a su fin cuando Dios lo disponga. De allí que Jesús advierta sobre el fin de los tiempos.

La Biblia hay que leerla y entenderla en su integridad. Esto es, un pasaje reclama ser iluminado por otros lugares. Asumirla literalmente puede llevar a malentendidos.  Hay que tomarla como una carta que Dios escribe a sus hijos.

De allí que Jesús advierte que no sabemos el día ni la hora en que será el fin del mundo. Sólo Dios Padre lo conoce. Pasarán las personas, pasaremos nosotros, nos llevaremos -con la ayuda de Dios y de los demás claro si nos dejamos ayudar- el honor, el buen recuerdo, las gratitudes por toda la eternidad.

Pero ¿Acaso no sería mejor que Dios fije una fecha y así nos preparamos todos? No. Esa no es la lógica de Dios. El Señor nos ha creado por amor y libertad y espera que nosotros también correspondamos amando y libremente.

¿Cómo podemos vivir este tiempo que Dios nos concede?

·       Con gratitud, dice san Pablo “todo es gracia”. Todo lo hemos recibido como don.

·       Con responsabilidad, hemos recibido mucho y tenemos que dar cuentas a Dios.

·       Con conciencia, darse cuenta que tenemos una voz interior que aprueba las obras buenas y reprocha las malas. Siempre podemos hacer un alto reflexivo y establecer mejoras. La conciencia requiere de paz y encontrarla en el perdón.

·       Con esperanza, puede que haya situaciones personales, familiares, sociales de la vida que te desanimen, déjalo en las manos de Dios. Dios lo puede todo.

·       Sobre todo, con amor y libertad.

Con Teresa de Jesús diremos: Nada te turbe, Nada te espante, Todo se pasa, Dios no se muda, La paciencia Todo lo alcanza; Quien a Dios tiene Nada le falta: Sólo Dios basta.

P. Arnaldo Alvarado

jueves, 18 de noviembre de 2021

Las riquezas de la Iglesia ¿Qué y cómo darle el justo sentido?

 

Foto: ABC

La iglesia, el templo es nuestra casa común de oración y de fe

Del evangelio según san Lucas 19,45-48

En aquel tiempo, Jesús entró en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles:

«Escrito está: “Mi casa será casa de oración”; pero vosotros la han hecho una “cueva de bandidos”». Todos los días enseñaba en el templo.

Jesús se muestra enérgico y sin medias tintas en este relato. Se trata de dejar claro el valor, la dignidad y sentido de las iglesias, tempos, capillas y todo lo relacionado como espacio de fe. Estos lugares son sagrados porque están dedicados exclusivamente para lo referido a Dios y la fe.

¿Cómo valoras los lugares sagrados? con respeto ya que es un lugar común para vivir y expresar la fe. Allí se puede orar de modo particular puesto que está Jesús en la Eucaristía. Recuerda el decoro, el ornato es para Dios y para hacer más grande el espíritu humano. También es un espacio de cultura, esto es, de cultivo en buen estilo.

Has escuchado alguna vez decir ¿Por qué la Iglesia tiene tantos tesoros? ¿Qué escándalo? ¿Acaso no podría privarse de eso para solucionar problemas sociales? Esa mirada necesita corregirse. Es demasiado materialista.

Lo que hay en la Iglesia todo es para Dios y lo hacemos con amor. Además, son actos de generosidad de muchas generaciones, personas, familias que han querido ofrecer para Dios lo que estaba a su alcance. Todo el sentido es para Dios y para la humanidad.

¡Qué diferente es visitar una ciudad y no encontrar Iglesias, espacios que despiertan los sentimientos más profundos del corazón y de trascendencia! Una ciudad, pueblo, aldea sin una Iglesia se nota que algo falta para satisfacer el espíritu humano.

¿Cómo puedes ser partícipe en el cuidado y embellecimiento de la Iglesia, capilla o templo más cercana a tu residencia? Aquí algunas reflexiones:

·       En primer lugar, agradece que tienes un espacio para la fe y lucha para que sea respetada.

·       Participa de modo activo. Siéntete parte de la casa común de la fe. Es tu hogar de fe.

·       Recuerda que todo lo que hagas es por amor a Dios y para hacer grande la cultura y el espíritu humano.

·       Dios te recompensa. De algo soy testigo: Tu contribuyes con algo y Dios es muy generoso contigo.

·       Involúcrate en proyectos de caridad, formación de la fe y creación de cultura.

·       Siente el dolor cuando dañan, deterioran, destruyen iglesias, lugares de fe. Asimismo, participa en el cuidado de los edificios históricos y públicos.

·       Cuando vayas a la Iglesia acude con decoro por la dignidad del espacio.

Que el amor de Jesús por la dignidad y el cuidado de los espacios dedicados para Dios también te muevan a involucrarte, agradecer, participar y hacerlo tuyo.

Buen día.

P. Arnaldo Alvarado

jueves, 11 de noviembre de 2021

¿Cómo aprovechar el tiempo?


Foto: Más personas consultora de recursos humanos

Del evangelio según san Lucas 17,26-37

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

“Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos”.

Jesús nos advierte tener los pies bien puestos en la tierra y dar sentido a la vida, esto es, todo lo que hagas o experimentes sean para bien. Dios es Señor del tiempo y las oportunidades. Todo es para bien y puede convertirse en una gracia Divina para vivirlo a cien por ciento.

El peligro es perderse en la vida por confusiones, decisiones equivocadas, vicios, malos consejos y juntas, adicciones, placeres egoístas. Al parecer estas realidades nos hacen sentir en éxtasis, como si fueran lo máximo, pero una vez que pasa solo queda el vacío interior, la angustia, la esclavitud y drama de haber perdido lo más valioso.

Una carta del siglo cuarto dice: “Los cristianos son en el mundo lo que el alma es en el cuerpo. El alma, en efecto, se halla esparcida por todos los miembros del cuerpo; así también los cristianos se encuentran dispersos por todas las ciudades del mundo. El alma habita en el cuerpo, pero no procede del cuerpo; los cristianos viven en el mundo, pero no son del mundo”.

¿Cómo aprovechar el tiempo?

·       Acepta la realidad que te toca vivir con la conciencia que allí harás mucho bien.

·       Fructifica los dones y talentos que hayas recibido. Ayuda a los demás con ese afán.

·       Utiliza bien el tiempo. Recuerda que la ociosidad es la madre de todos los vicios.

·       Entiende que la vida no termina con esta, sino que se prolonga. Todo lo bueno y malo que hagas tendrá su recompensa ahora y en el día del juicio particular y final.

·       Rectifica si tus pasos se desvían del camino hacia Dios y la paz interior has mejoras concretas ya.

·       Espera que en esta vida hay cosas que suceden y que no lo comprendes, pero en el juicio final, al fin del tiempo, lo veremos públicamente.

Algo importante, dicen que el tiempo es oro, pero para los cristianos es más todavía, el tiempo es cielo, gloria.

Buen día.

P. Arnaldo Alvarado


jueves, 4 de noviembre de 2021

¿Cómo administrar los bienes recibidos?

 

 


Foto: Opusdei

Del Evangelio según san Lucas 16,1-8

En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos:

«Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes.

Entonces lo llamó y le dijo:

“¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando”.

El administrador es aquél que ha recibido la confianza del dueño para llevar la gestión de sus bienes. Debe recordar que es un encargo temporal. Su actitud frente a los bienes es de responsabilidad. Siempre tiene que dar cuenta de su gestión al dueño.

¿Reconoces que has recibido muchas bendiciones? Sí, incluso aquello que jamás esperábamos recibirlo o porque es algo grandioso o porque representa una prueba de la vida. En ambos casos nos toca gestionarlo para sacar muchos bienes espirituales y humanos.

¿Cómo está tu respuesta y correspondencia ante todo lo que has recibido? ¿Agradeces? ¿Te pones a fructificarlo? Tienes tanto que agradecer a Dios y a quienes te brindan el apoyo necesario. El mayor peligro del administrador es someter las cosas a su arbitrio, capricho o interés individualista.

¿Cómo podrías ser un buen administrador de todos los bienes recibidos: trabajo, familia, oportunidades, bienes?

·       Agradece. Esto implica reconocer que la fuente de todos los bienes es el Señor. Esta actitud refleja un espíritu noble.

·       Confía. Si el Señor te ha confiado mucho -cosas bonitas y duras- será porque puedes llevarlo con su ayuda. Confía más en el Señor. Él sabe lo que llevas.

·       Asume una actitud valiente y responsable para estar a la altura de lo tienes como misión.

·       Comprométete de hacer tu tarea de cara a Dios. Él te dará la recompensa.

·       Rinde cuentas. Esta es la conciencia de que no eres dueño de tu vida, de los demás. Es una buena actitud examinarse en la conciencia al finalizar el día ¿Qué hice bien? ¿Qué dejé de hacer? ¿Qué hice mal? ¿En qué puedo mejorar?

Recuerda que eres administrador y si Dios ha permitido que estés llevando la situación que tienes, mucho bien harás si pides su ayuda, eres noble y le das sentido positivo a todo.

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