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jueves, 24 de junio de 2021

¿Cómo superar las heridas del pasado?

 


Foto: Liturgia Jesuitas del Perú

Del evangelio según san Mateo

Al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme». Extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero, queda limpio».

Y en seguida quedó limpio de la lepra.

Mucha gente sigue a Jesús. Allí aparece un leproso. Te imaginas esa vida. Era una situación realmente denigrante. Tenían que vivir apartados de su familia, amigos y sociedad. Por nada del mundo podían acercarse a las personas. Vivían descuidados, en cuevas y montañas solos como podían.

En la biblia la lepra es figura del pecado. Pues así está el hombre cuando se aparta de la amistad con Dios. Pierde la alegría de vivir. Volvamos al evangelio. Allí está Jesús. No tiene miedo en acercarse al leproso. Es más, lo toca. Es decir, Jesús quiere curar las heridas del pecado por la vida de paz de su perdón en el sacramento de la confesión.

Este pasaje nos enseña la fe del leproso y la misericordia de Jesús. Cada uno de nosotros llevamos algo de heridas. Hoy fácilmente se quiere ocultar las dolencias y sufrimientos profundos. Se acalla el grito de liberación. Jesús con este gesto nos enseña a no despreciar a nadie, ni rechazarlo.

Este leproso es valiente. Se enfrentó consigo mismo. Se venció, se olvidó de las opiniones y costumbres que le hacían vivir apartado. Ahora lo único que busca es su salud espiritual y corporal.

Cuando ves los errores y pecados personales ¿Qué actitud asumes? ¿Lo dejas para otro momento? ¿Buscas acallar ese grito de liberación de cualquier manera? Ten la valentía de quitarte ese peso. Acepta lo que te pasa y acude a quien te puede ayudar de verdad (personas, medios adecuados). Dios siempre quiere ayudarte.

¿Qué se gana al confesarse? paz, libertad, amistad con Dios y la familia de fe, autoestima grande y mucho deseo de seguir adelante.  

P. Arnaldo Alvarado

viernes, 11 de junio de 2021

El Sagrado corazón de Jesús: el agobio y el consuelo

 

Foto: Freepik


Del evangelio según san Mateo (11,25-30): “Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo les aliviaré”.

Estas palabras son como brisa en el desierto. Pues ahora mismo los agobios, tristezas, rabias, decepciones, injusticias, temores como que se presentan de diversas formas. ¿Cómo superarlos?

La clave mirar a quien representa la síntesis de todas las aspiraciones del corazón humano. Celebramos hoy al Sagrado Corazón de Jesús. Una devoción entrañable en la fe, la vida de la Iglesia y las familias. Tuvo origen en el Calvario, lugar dónde Jesús murió en la cruz y de cuyo costado abierto manó sangre y agua.

¿Tienes en casa la imagen del Sagrado Corazón de Jesús? ¿Qué destacas? Un corazón en llamas de amor coronado de espinas. En efecto, es el signo exacto del amor de Dios. Un amor hasta el extremo, ardiente. No hay amor si no hay sacrificio.

Es un buen estilo que los hogares tengan en sus casas el cuadro del Sagrado Corazón de Jesús. ¿Lo tienes? ¿Diriges tu mirada hacia a la imagen y encuentras un mensaje de paz? Pues las bondades y sufrimientos de la vida compártelo con el Señor. Él también quiere ser parte de esa vivencia.

Estos días, en el Perú, por las circunstancias del proceso electoral tenemos una responsabilidad como ciudadanos y cristianos con la historia de nuestra nación. ¿Qué puedes hacer? Orar, respetar las personas, crear puentes, aprobar la honestidad, conservar el orden, evitar la violencia, no transmitas miedos y amenazas ni te hagas parte. 

El Sagrado Corazón de Jesús nos introduzca en la llama de amor para disipar las dudas, incertidumbres, pecados, injusticias y duelos. Acércate con sinceridad, compromiso firme de amar, ser amado y confianza para encontrar paz y sosiego. ¡Sagrado corazón de Jesús en ti confío!

P. Arnaldo Alvarado

jueves, 10 de junio de 2021

Tesoros en vasijas de barro

 


Foto: InfoCatólica

JORNADA DE ORACIÓN POR LA SANTIFICACIÓN DE LOS SACERDOTES

Recuerdo con gran emoción un suceso, en mi vida personal, apenas ordenado sacerdote. Me encomendaron la atención pastoral de un pueblo pequeño de la periferia. De esos que no aparecen en los medios y las redes sociales pero que sí los debería porque allí azota la drogadicción, las violencias familiares, delincuencias. Generalmente sufren en silencio.

Un día pactamos con los chicos del barrio para jugar un partido de  football. El desafío del partido fue sorprendente porque no esperaban semejante reto. Al bajar de la mototaxi -medio de transporte- con los implementos deportivos nadie se acercó a saludarme como habitualmente lo hacían. Lo que pasaba es que ellos jamás imaginaban que el sacerdote vendría deportivo y era difícil reconocerlo. En efecto antes no había ocurrido una cosa así porque no había atención sacerdotal allí.

El sacerdote se dedica especialmente a las cosas de Dios: sacramentos, evangelio y caridad. Pero también se dedica a las cosas humanas sanas: música, deporte, excursión, etc. Y trabaja también en el lado humano de la gente. Trata de elevar el nivel de calidad de vida en todos los aspectos.

Ese trabajo es fatigoso pero muy esperanzador. Hay un detalle para tomar conciencia; y, es que el sacerdote pertenece a su tiempo en que vive, con este motivo, la Iglesia dedica este día del Sagrado Corazón de Jesús especialmente para rezar por sus sacerdotes.

Los sacerdotes son hombres elegidos de entre los hombres puestos al servicio de sus hermanos. Llevan tesoros divinos en vasijas de barro. Esas manos son frágiles como la de los demás. De allí que tenemos que apoyar a nuestros sacerdotes. Sostener a un sacerdote con la oración es sostener a miles de personas. Es ganancia para todos.

Veamos lo que significa el sacerdote: “Si tuviera que ver a un Ángel del Paraíso y a un Sacerdote, antes doblaría mi rodilla ante el Sacerdote, luego ante el Ángel” (san Francisco de Asís) ¿Por qué?  El sacerdote hace las cosas en nombre de Dios. Es humano y tiene la misma naturaleza humana de todos y le afectan las enfermedades, el cansancio y el pecado como a cualquier otro ser humano.

Generalmente pedimos al sacerdote que rece por tantos asuntos pero nos olvidamos que también ellos necesitan nuestras oraciones y sacrificios. Qué bueno es rezar por el sacerdote y ayudarle de distintas formas especialmente con la corrección fraterna, el testimonio de la fe, pues él también necesita ver y sentir la misma fe.

Recemos y hagamos rezar por nuestros sacerdotes: ¡Danos Señor sacerdotes santos!.

 

P. Arnaldo Alvarado

SSJ-IESPPSJ

miércoles, 2 de junio de 2021

Tú decides, vota bien

 



Foto: Meganoticias

Los peruanos el día 6 de junio del presente año tendremos que elegir a quien nos gobierne en el período establecido. Es necesario recordar que el voto del ciudadano es fundamental en la toma de decisiones para el futuro del país. El tema es serio. Aquí algunos criterios que busca dar luces para elegir bien.

1. Vota a conciencia. Como ciudadano tienes obligación de votar. Al elegir a quien gobernará le estás delegando poderes. Además, recuerda que emites tu aprobación a quien hace candidatura y al partido. La persona lleva detrás ideas y propuestas de un partido. No va de modo individual. Vota considerando en el bien tuyo, tu familia y la ciudadanía.

2. Libre y responsable. Vota en base a la verdad y el bien que es la clave de la libertad. La emoción, rabia, decepción, ira y resentimiento pueden desviar tu buena intención. De allí la necesidad de tener ideas claras sobre las propuestas. Estar bien informado y hacer una buena elección. Considera la objetividad y el plan. No se puede proceder con duda y dejar a la improvisación en la dirección del país.

3. Considera los valores. Hay valores que son innegociables para una decisión. Asegúrate que se tenga garantizado: las libertades, la dignidad de la persona, la vida, la familia, las instituciones, respeto a la propiedad, el respeto al derecho y la constitucionalidad, democracia, estabilidad y orden social.

4. Se coherente. Reafirma los grandes valores éticos, morales y religiosos que sustentan nuestra nación. El Perú cuenta más allá del bicentenario. Estas cualidades dan soporte a nuestro país, a la riqueza espiritual, cultural y solidaridad de nuestra gente. Si eres creyente y cristiano aquí se manifiesta lo que realmente valoras: “Si Dios no existe, todo está permitido” (Dostoyevski). La fe tiene también un impacto social y es para ponerla en práctica.

5. Se patriota. Rechaza toda forma de propuestas del comunismo, marxismo y terrorismo que atenta a la dignidad de la persona y su entorno. Esto genera el caos, atropellos, violencias, luchas de clases, privaciones. En la historia se ha demostrado que esta forma de gobernar -socialismo o populismo radical- no ha funcionado.

6. Razona y emplea la buena educación. En los diálogos y debates que prime la verdad. Invoca al respeto. Rechaza el miedo, la amenaza, la violencia y el temor. Estos métodos son infrahumanos y pueden hacerte perder la lucidez para tu decisión. Lo que tú decidas llevará como consecuencia para todos. Actúa con valentía.  Hay que saber ganar y perder.

P. Arnaldo Alvarado

 

 

 

Inspirado en:

Pontificio Consejo Justicia y paz, Compendio de la doctrina social de la Iglesia

Comunicado de los Obispos del Perú, 25 mayo 2021.

Aristóteles, Ética a Nicómaco y La Política.

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