El confort, cuando la abundancia sofoca
El DRAE define la palabra confort como
“bienestar o comodidad material”. Por naturaleza somos seres posesivos de cosas
materiales y espirituales. Las primeras tienen razón de ser de medios y
satisfacen bien en cuanto están ordenadas por la segunda. Ambas son necesarias
para la subsistencia plena de la persona. El fin de todo siempre es la persona, es
decir, yo mismo. Y no hay más que una sola personalidad cuando se trata del
hombre.
El problema está en invertir los
factores. Por ejemplo, si en el campo económico peruano el BCR informa nuestra
decadencia de crecimiento para este año del 3.5% al 2.8%; ese índice de
descenso no puede influir negativamente la búsqueda de nuevos desarrollos,
ganas de superación ante todo fenómeno de cataclismo.
Eh aquí la cuestión de la pobreza. Más
que una cuestión material es una cuestión de mentalidad. No solo me refiero a
lo económico, a lo material, sino también lo humano y espiritual. Me parece que,
si estamos pobres de ideas, amistades, buenos sentimientos, afectos, de valores
trascendentes, metas humanas y más allá de lo terreno, nuestro sendero es corto
y se asoma el fracaso.
Esta razón explica por qué las cosas de
nuestra casa, la ciudad, está como tal. Aún lo más irónico es que somos
nosotros mismos quienes nos quejamos de cómo está nuestra situación. Nos
habíamos acostumbrado a lo fácil. El confort por el confort ya es un peso
enorme. Mira las veredas, las calles después de una jornada ordinaria, es la víctima
de nuestro confort.
Estar en la zona de mi confort, es tan
fácil y a la vez tan deprimente porque nos morimos en vida sin darnos cuenta. Esto
será aún más cuando no hay razones que esperar más que los materiales.
El confort quita alas de creatividad,
imaginación, superación y solidaridad. Hoy es el día para decir “no más al
confort”. Proponte hacer algo distinto de todos los días; por más pequeño que
sea hazlo. No importa el lugar donde estés para hacer algo nuevo. Si estudias juega
el todo por el todo como si de eso dependiera tu graduación; si trabajas hazlo
como el primer día; si estas con tu familia diles que los quieres como si fuera
el ultimo día que estés con ellos; si estas con tus amigos aconseja, escucha, ríe,
y has de ese momento el mejor; si vas a la iglesia hazlo con amor; si estás
pasando por un mal momento busca solución y supéralo.
P. Arnaldo Alvarado
arnaldo.alvar@gmail.com
Jr. Unanue,
300
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