¡Cristo ha resucitado!
Lucas nos dice: ¿Por qué buscan entre
los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado (Lc 24, 5-6). Nos gusta la
vida. Es cristianismo es vida. Incluso en la muerte de cristo en la Cruz, su
alma estuvo unida a la Persona divina. El Domingo que anuncia la Vida es el
domingo de la resurrección de Cristo. Es el día en que la iglesia se reviste de
sus mejores galas, ornamentos, es la cima del año litúrgico. Es el triunfo de
Cristo sobre la muerte.
Por esta razón se llama al domingo el
día del Señor. Cristo ha resucitado; es el acontecimiento más importante de la
humanidad: la redención y liberación del pecado de la humanidad por el Hijo de
Dios. Estamos ya en la pascua, que significa paso, cambio, novedad, recreación.
Pascua es victoria, es el hombre llamado
a su dignidad más grande. Este es el día de la esperanza universal. El día en que, en torno al resucitado, se
unen y se asocian todos los sufrimientos humanos, las desilusiones, las
humillaciones, las traiciones, la dignidad humana atropellada, la corrupción encuentra
respuesta con la medicina de la verdad y responsabilidad.
La Resurrección nos descubre nuestra vocación cristiana
y nuestra misión: presentar a todos los hombres el Evangelio que es Cristo
mismo. El hombre no puede perder jamás la esperanza en la victoria del bien
sobre el mal. Entonces ¿Creo en la Resurrección?, ¿la proclamo?; ¿creo en mi
vocación y misión cristiana?, ¿la vivo?; ¿creo en la resurrección futura?, ¿me
alienta en esta vida?
El mensaje redentor de la Pascua no es
otra cosa que la purificación total del hombre, la liberación de sus egoísmos,
de su sensualidad, de sus complejos. Esto implica una fase de limpieza y
saneamiento interior, sin embargo, se necesita de la libertad como correspondencia
a los dones de lo alto. Este Domingo de resurrección, día del Señor, crea los
otros domingos.
P. Arnaldo Alvarado
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