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sábado, 15 de abril de 2017

La resurrección de Cristo, preguntas más frecuentes



PREGUNTAS MÁS FRECUENTES
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1.     ¿Cuál es el dogma fundamental de nuestra fe en Cristo?
La Resurrección de Jesucristo es el dogma fundamental de nuestra fe en Cristo, ya que Jesús vence a la muerte por su propio poder y sin ayuda de nadie.
2.     ¿Cuándo resucitó Jesucristo?
Jesucristo resucitó, por su propio poder, al tercer día de su muerte, tal como había anunciado. Pero puede afirmarse que la Resurrección de Jesús es obra de la Santísima Trinidad.
3.     ¿Cómo resucitó Jesucristo?
Jesucristo resucitó uniendo de nuevo su alma al cuerpo, y saliendo vivo y glorioso del sepulcro para nunca más morir.
4.     ¿Quiénes son los principales testigos de la Resurrección?
Los principales testigos de la Resurrección de Cristo son ante todo los Doce Apóstoles, pero no sólo ellos: Pablo habla de la aparición de Jesús incluso a más de quinientas personas a la vez, además de las apariciones a Pedro, a Santiago y a los Apóstoles.
5.     ¿La fe es “producto” de la credulidad de los Apóstoles?
No. Su fe en la Resurrección nació, por el contrario -bajo la acción de la gracia divina-, de la experiencia directa de la realidad de Cristo resucitado. Es una convicción basada en un hecho, en un acontecimiento real, y no en un mito o una “concepción”, una idea inventada por los Apóstoles.
6.     ¿El cuerpo de Cristo resucitado posee nuevas propiedades?
Sí. Ese cuerpo posee propiedades nuevas: se ha hecho espiritual y glorificado y por lo tanto ya no está sometido a las limitaciones habituales de los seres materiales y por ello a un cuerpo humano.
7.     Pero, ¿ese cuerpo es auténtico y real?
El cuerpo de Cristo es al mismo tiempo auténtico y real. En su identidad material está la demostración de la Resurrección de Cristo.
8.     ¿Cuáles son las consecuencias de la Resurrección de Jesús?
Las consecuencias de la Resurrección podemos resumirla de esta manera: que Jesús vive; que la doctrina cristiana es verdadera; que el mundo ha sido redimido y está salvado y que el hombre resucitará.
9.     ¿Cuál es el fundamento de la fe cristiana y de la predicación de la Iglesia?
La fe cristiana y la predicación de la Iglesia tienen su fundamento en la Resurrección de Cristo, por ser ésta la confirmación definitiva y la plenitud de la revelación.
10.  ¿Cuál es el objeto de nuestra fe en la Resurrección?
La fe en la Resurrección tiene por objeto un acontecimiento a la vez históricamente atestiguado por los discípulos que se encontraron realmente con el Resucitado, y misteriosamente trascendente en cuanto entrada de la humanidad de Cristo en la gloria de Dios.
11.  ¿Qué significan el Sepulcro vacío y las vendas en el suelo?
El Sepulcro vacío y las vendas en el suelo significan por sí mismas que el cuerpo de Cristo ha escapado por el poder de Dios de las ataduras de la muerte y de la corrupción.
12.  ¿Por qué dice San Pablo que “si Cristo no resucitó nuestra fe es vana”?
Porque Jesucristo afirmó como señal máxima de su divinidad que Él resucitaría después de morir.
13.  ¿Cuándo celebramos los cristianos la Resurrección de Jesús?
Los cristianos celebramos la Resurrección de Jesús el domingo de Pascua y todos los domingos del año.


¿Qué significa para mí la resurrección de Cristo?



¡Cristo ha resucitado!
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Lucas nos dice: ¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado (Lc 24, 5-6). Nos gusta la vida. Es cristianismo es vida. Incluso en la muerte de cristo en la Cruz, su alma estuvo unida a la Persona divina. El Domingo que anuncia la Vida es el domingo de la resurrección de Cristo. Es el día en que la iglesia se reviste de sus mejores galas, ornamentos, es la cima del año litúrgico. Es el triunfo de Cristo sobre la muerte.
Por esta razón se llama al domingo el día del Señor. Cristo ha resucitado; es el acontecimiento más importante de la humanidad: la redención y liberación del pecado de la humanidad por el Hijo de Dios. Estamos ya en la pascua, que significa paso, cambio, novedad, recreación.
Pascua es victoria, es el hombre llamado a su dignidad más grande. Este es el día de la esperanza universal.  El día en que, en torno al resucitado, se unen y se asocian todos los sufrimientos humanos, las desilusiones, las humillaciones, las traiciones, la dignidad humana atropellada, la corrupción encuentra respuesta con la medicina de la verdad y responsabilidad.
La Resurrección nos descubre nuestra vocación cristiana y nuestra misión: presentar a todos los hombres el Evangelio que es Cristo mismo. El hombre no puede perder jamás la esperanza en la victoria del bien sobre el mal. Entonces ¿Creo en la Resurrección?, ¿la proclamo?; ¿creo en mi vocación y misión cristiana?, ¿la vivo?; ¿creo en la resurrección futura?, ¿me alienta en esta vida?
El mensaje redentor de la Pascua no es otra cosa que la purificación total del hombre, la liberación de sus egoísmos, de su sensualidad, de sus complejos. Esto implica una fase de limpieza y saneamiento interior, sin embargo, se necesita de la libertad como correspondencia a los dones de lo alto. Este Domingo de resurrección, día del Señor, crea los otros domingos.

P. Arnaldo Alvarado

Sábado santo: día de silencio y espera



Silencio y espera

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El sábado es el gran día del silencio y consuelo. Dos temas subrayamos de este día: dolor y esperanza. "Durante el sábado santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y su muerte, su descenso a los infiernos y esperando en oración y ayuno su resurrección”.
Es el día del silencio: la comunidad cristiana vela junto al sepulcro. Callan las campanas y los instrumentos. Se ensaya el aleluya, pero en voz baja. Es día para profundizar. Para contemplar. El altar está despojado. El sagrario, abierto y vacío.
La Cruz sigue entronizada desde ayer. Central, iluminada, con un paño rojo, con un laurel de victoria. Dios ha muerto. Ha querido vencer con su propio dolor el mal de la humanidad.
Es el día de la ausencia. Día de dolor, de reposo, de esperanza, de soledad. El mismo Cristo está callado. Él, que es el Verbo, la Palabra, está callado. Después de su último grito de la cruz "¿por qué me has abandonado"?- ahora él calla en el sepulcro. Descansa: "consummatum est", "todo se ha cumplido".
Pero este silencio se puede llamar plenitud de la palabra. El anonadamiento, es elocuente. "Fulget crucis mysterium": "resplandece el misterio de la Cruz."
El sábado es el día en que experimentamos el vacío. Si la fe, ungida de esperanza, no viera el horizonte último de esta realidad, caeríamos en el desaliento: "nosotros esperábamos... ", decían los discípulos de Emaús.
Eso sí, no es un día vacío en el que "no pasa nada". Ni un duplicado del Viernes. La gran lección es ésta: Cristo está en el sepulcro, ha bajado al lugar de los muertos, a lo más profundo a donde puede bajar una persona. Cristo bajo al lugar de los muertos “infierno, hades” para dar esperanza a los justos y no para liberar a los condenados ni destruir el infierno. Y junto a Él, como su Madre María, está la Iglesia, la esposa. Callada, como él.
El Sábado está en el corazón mismo del Triduo Pascual. Entre la muerte del Viernes y la resurrección del Domingo nos detenemos en el sepulcro. Un día puente, pero con personalidad. Son tres aspectos - no tanto momentos cronológicos - de un mismo y único misterio, el misterio de la Pascua de Jesús: muerto, sepultado, resucitado (Aciprensa).
P. Arnaldo Alvarado

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