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lunes, 21 de septiembre de 2015

PAPA FRANCISCO A LOS JÓVENES DE CUBA EN EL CENTRO CULTURAL PADRE FÉLIX VARELA

SALUDO DEL SANTO PADRE
A LOS JÓVENES DEL CENTRO CULTURAL PADRE FÉLIX VARELA
La Habana
Domingo 20 de septiembre de 2015

Palabras pronunciadas por el Santo Padre
Ustedes están parados y yo estoy sentado. Qué vergüenza. Pero, saben por qué me siento, porque tomé notas de algunas cosas que dijo nuestro compañero y sobre estas les quiero hablar. Una palabra que cayó fuerte: soñar. Un escritor latinoamericano decía que las personas tenemos dos ojos, uno de carne y otro de vidrio. Con el ojo de carne vemos lo que miramos. Con el ojo de vidrio vemos lo que soñamos. Está lindo, ¿eh?.
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En la objetividad de la vida tiene que entrar la capacidad de soñar. Y un joven que no es capaz de soñar, está clausurado en sí mismo, está cerrado en sí mismo. Cada uno a veces sueña cosas que nunca van a suceder, pero soñalas, desealas, busca horizontes, abrite, abrite a cosas grandes. No sé si en Cuba se usa la palabra, pero los argentinos decimos “no te arrugues”, ¿eh? No te arrugues, abrite. Abrite y soñá. Soñá que el mundo con vos puede ser distinto. Soñá que si vos ponés lo mejor de vos, vas a ayudar a que ese mundo sea distinto. No se olviden, sueñen. Por ahí se les va la mano y sueñan demasiado, y la vida les corta el camino. No importa, sueñen. Y cuenten sus sueños. Cuenten, hablen de las cosas grandes que desean, porque cuanto más grande es la capacidad de soñar, y la vida te deja a mitad camino, más camino has recorrido. Así que, primero, soñar.
Vos dijiste ahí una frasecita que yo tenía acá escrita en la intervención de él, pero la subrayé y tomé alguna nota: que sepamos acoger y aceptar al que piensa diferente. Realmente, nosotros, a veces, somos cerrados. Nos metemos en nuestro mundito: “o este es como yo quiero que sea, o no”. Y fuiste más allá todavía: que no nos encerremos en los conventillos de las ideologías o en los conventillos de las religiones. Que podamos crecer ante los individualismos. Cuando una religión se vuelve conventillo, pierde lo mejor que tiene, pierde su realidad de adorar a Dios, de creer en Dios. Es un conventillo. Es un conventillo de palabras, de oraciones, de “yo soy bueno, vos sos malo”, de prescripciones morales. Y cuando yo tengo mi ideología, mi modo de pensar y vos tenés el tuyo, me encierro en ese conventillo de la ideología.
Corazones abiertos, mentes abiertas. Si vos pensás distinto que yo, ¿por qué no vamos a hablar? ¿Por qué siempre nos tiramos la piedra sobre aquello que nos separa, sobre aquello en lo que somos distintos? ¿Por qué no nos damos la mano en aquello que tenemos en común? Animarnos a hablar de lo que tenemos en común. Y después podemos hablar de las cosas que tenemos diferentes o que pensamos. Pero digo hablar. No digo pelearnos. No digo encerrarnos. No digo “conventillar”, como usaste vos la palabra. Pero solamente es posible cuando uno tiene la capacidad de hablar de aquello que tengo en común con el otro, de aquello para lo cual somos capaces de trabajar juntos. En Buenos Aires, estaban –en una parroquia nueva, en una zona muy, muy pobre– estaban construyendo unos salones parroquiales un grupo de jóvenes de la universidad. Y el párroco me dijo: “¿por qué no te venís un sábado y así te los presento?”. Trabajaban los sábados y los domingos en la construcción. Eran chicos y chicas de la universidad. Yo llegué y los vi, y me los fue presentando: “este es el arquitecto –es judío–, este es comunista, este es católico práctico, este es…”. Todos eran distintos, pero todos estaban trabajando en común por el bien común. Eso se llama amistad social, buscar el bien común. La enemistad social destruye. Y una familia se destruye por la enemistad. Un país se destruye por la enemistad. El mundo se destruye por la enemistad. Y la enemistad más grande es la guerra. Y hoy día vemos que el mundo se está destruyendo por la guerra. Porque son incapaces de sentarse y hablar: “bueno, negociemos. ¿Qué podemos hacer en común? ¿En qué cosas no vamos a ceder? Pero no matemos más gente”. Cuando hay división, hay muerte. Hay muerte en el alma, porque estamos matando la capacidad de unir. Estamos matando la amistad social. Y eso es lo que yo les pido a ustedes hoy: sean capaces de crear la amistad social.
Después salió otra palabra que vos dijiste. La palabra esperanza. Los jóvenes son la esperanza de un pueblo. Eso lo oímos de todos lados. Pero, ¿qué es la esperanza? ¿Es ser optimistas? No. El optimismo es un estado de ánimo. Mañana te levantás con dolor de hígado y no sos optimista, ves todo negro. La esperanza es algo más. La esperanza es sufrida. La esperanza sabe sufrir para llevar adelante un proyecto, sabe sacrificarse. ¿Vos sos capaz de sacrificarte por un futuro o solamente querés vivir el presente y que se arreglen los que vengan? La esperanza es fecunda. La esperanza da vida. ¿Vos sos capaz de dar vida o vas a ser un chico o una chica espiritualmente estéril, sin capacidad de crear vida a los demás, sin capacidad de crear amistad social, sin capacidad de crear patria, sin capacidad de crear grandeza? La esperanza es fecunda. La esperanza se da en el trabajo. Yo aquí me quiero referir a un problema muy grave que se está viviendo en Europa, la cantidad de jóvenes que no tienen trabajo. Hay países en Europa, que jóvenes de veinticinco años hacia abajo viven desocupados en un porcentaje del 40%. Pienso en un país. Otro país, el 47%. Otro país, el 50%. Evidentemente, que un pueblo que no se preocupa por dar trabajo a los jóvenes, un pueblo –y cuando digo pueblo, no digo gobiernos– todo el pueblo, la preocupación de la gente, de que ¿estos jóvenes trabajan?, ese pueblo no tiene futuro. Los jóvenes entran a formar parte de la cultura del descarte. Y todos sabemos que hoy, en este imperio del dios dinero, se descartan las cosas y se descartan las personas. Se descartan los chicos porque no se los quiere o porque se los mata antes de nacer. Se descartan los ancianos –estoy hablando del mundo, en general–, se descartan los ancianos porque ya no producen. En algunos países hay ley de eutanasia, pero en tantos otros hay una eutanasia escondida, encubierta. Se descartan los jóvenes porque no les dan trabajo. Entonces, ¿qué le queda a un joven sin trabajo? Un país que no inventa, un pueblo que no inventa posibilidades laborales para sus jóvenes, a ese joven le queda o las adicciones, o el suicidio, o irse por ahí buscando ejércitos de destrucción para crear guerras. Esta cultura del descarte nos está haciendo mal a todos, nos quita la esperanza. Y es lo que vos pediste para los jóvenes: queremos esperanza. Esperanza que es sufrida, es trabajadora, es fecunda. Nos da trabajo y nos salva de la cultura del descarte. Y esta esperanza que es convocadora, convocadora de todos, porque un pueblo que sabe autoconvocarse para mirar el futuro y construir la amistad social –como dije, aunque piense diferente–, ese pueblo tiene esperanza.
Y si yo me encuentro con un joven sin esperanza, por ahí una vez dije, un joven es jubilado. Hay jóvenes que parece que se jubilan a los veintidós años. Son jóvenes con tristeza existencial. Son jóvenes que han apostado su vida al derrotismo básico. Son jóvenes que se lamentan. Son jóvenes que se fugan de la vida. El camino de la esperanza no es fácil y no se puede recorrer solo. Hay un proverbio africano que dice: “si querés ir de prisa, andá solo, pero si querés llegar lejos, andá acompañado”. Y yo a ustedes, jóvenes cubanos, aunque piensen diferente, aunque tengan su punto de vista diferente, quiero que vayan acompañados, juntos, buscando la esperanza, buscando el futuro y la nobleza de la patria.
Y así, empezamos con la palabra “soñar” y quiero terminar con otra palabra que vos dijiste y que yo la suelo usar bastante: “la cultura del encuentro”. Por favor, no nos desencontremos entre nosotros mismos. Vayamos acompañados, uno. Encontrados, aunque pensemos distinto, aunque sintamos distinto. Pero hay algo que es superior a nosotros, es la grandeza de nuestro pueblo, es la grandeza de nuestra patria, es esa belleza, esa dulce esperanza de la patria, a la que tenemos que llegar. Muchas gracias.
Bueno, me despido deseándoles lo mejor. Deseándoles… todo esto que les dije, se los deseo. Voy a rezar por ustedes. Y les pido que recen por mí. Y si alguno de ustedes no es creyente –y  no puede rezar porque no es creyente–, que al menos me desee cosas buenas. Que Dios los bendiga, los haga caminar en este camino de esperanza hacia la cultura del encuentro, evitando esos conventillos de los cuales habló nuestro compañero. Y que Dios los bendiga a todos.


Queridos amigos:
Siento una gran alegría de poder estar con ustedes precisamente aquí en este Centro cultural, tan significativo para la historia de Cuba. Doy gracias a Dios por haberme concedido la oportunidad de tener este encuentro con tantos jóvenes que, con su trabajo, estudio y preparación, están soñando y también haciendo ya realidad el mañana de Cuba.
Agradezco a Leonardo sus palabras de saludo, y especialmente porque, pudiendo haber hablado de muchas otras cosas, ciertamente importantes y concretas, como las dificultades, los miedos, las dudas –tan reales y humanas–, nos ha hablado de esperanza, de esos sueños e ilusiones que anidan con fuerza en el corazón de los jóvenes cubanos, más allá de sus diferencias de formación, de cultura, de creencias o de ideas. Gracias, Leonardo, porque yo también, cuando los miro a ustedes, la primera cosa que me viene a la mente y al corazón es la palabra esperanza. No puedo concebir a un joven que no se mueva, que esté paralizado, que no tenga sueños ni ideales, que no aspire a algo más.
Pero, ¿cuál es la esperanza de un joven cubano en esta época de la historia? Ni más ni menos que la de cualquier otro joven de cualquier parte del mundo. Porque la esperanza nos habla de una realidad que está enraizada en lo profundo del ser humano, independientemente de las circunstancias concretas y los condicionamientos históricos en que vive. Nos habla de una sed, de una aspiración, de un anhelo de plenitud, de vida lograda, de un querer tocar lo grande, lo que llena el corazón y eleva el espíritu hacia cosas grandes, como la verdad, la bondad y la belleza, la justicia y el amor. Sin embargo, eso comporta un riesgo. Requiere estar dispuestos a no dejarse seducir por lo pasajero y caduco, por falsas promesas de felicidad vacía, de placer inmediato y egoísta, de una vida mediocre, centrada en uno mismo, y que sólo deja tras de sí tristeza y amargura en el corazón. No, la esperanza es audaz, sabe mirar más allá de la comodidad personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna. Yo le preguntaría a cada uno de ustedes: ¿Qué es lo que mueve tu vida? ¿Qué hay en tu corazón, dónde están tus aspiraciones? ¿Estás dispuesto a arriesgarte siempre por algo más grande?
Tal vez me pueden decir: «Sí, Padre, la atracción de esos ideales es grande. Yo siento su llamado, su belleza, el brillo de su luz en mi alma. Pero, al mismo tiempo, la realidad de mi debilidad y de mis pocas fuerzas es muy fuerte para decidirme a recorrer el camino de la esperanza. La meta es muy alta y mis fuerzas son pocas. Mejor conformarse con poco, con cosas tal vez menos grandes pero más realistas, más al alcance de mis posibilidades». Yo comprendo esta reacción, es normal sentir el peso de lo arduo y difícil, sin embargo, cuidado con caer en la tentación de la desilusión, que paraliza la inteligencia y la voluntad, ni dejarnos llevar por la resignación, que es un pesimismo radical frente a toda posibilidad de alcanzar lo soñado. Estas actitudes al final acaban o en una huida de la realidad hacia paraísos artificiales o en un encerrarse en el egoísmo personal, en una especie de cinismo, que no quiere escuchar el grito de justicia, de verdad y de humanidad que se alza a nuestro alrededor y en nuestro interior.
Pero, ¿qué hacer? ¿Cómo hallar caminos de esperanza en la situación en que vivimos? ¿Cómo hacer para que esos sueños de plenitud, de vida auténtica, de justicia y verdad, sean una realidad en nuestra vida personal, en nuestro país y en el mundo? Pienso que hay tres ideas que pueden ser útiles para mantener viva la esperanza.
La esperanza, un camino hecho de memoria y discernimiento. La esperanza es la virtud del que está en camino y se dirige a alguna parte. No es, por tanto, un simple caminar por el gusto de caminar, sino que tiene un fin, una meta, que es la que da sentido e ilumina el sendero. Al mismo tiempo, la esperanza se alimenta de la memoria, abarca con su mirada no sólo el futuro sino el pasado y el presente. Para caminar en la vida, además de saber a dónde queremos ir es importante saber también quiénes somos y de dónde venimos. Una persona o un pueblo que no tiene memoria y borra su pasado corre el riesgo de perder su identidad y arruinar su futuro. Se necesita por tanto la memoria de lo que somos, de lo que forma nuestro patrimonio espiritual y moral. Creo que esa es la experiencia y la enseñanza de ese gran cubano que fue el Padre Félix Varela. Y se necesita también el discernimiento, porque es esencial abrirse a la realidad y saber leerla sin miedos ni prejuicios. No sirven las lecturas parciales o ideológicas, que deforman la realidad para que entre en nuestros pequeños esquemas preconcebidos, provocando siempre desilusión y desesperanza. Discernimiento y memoria, porque el discernimiento no es ciego, sino que se realiza sobre la base de sólidos criterios éticos, morales, que ayudan a discernir lo que es bueno y justo.
La esperanza, un camino acompañado. Dice un proverbio africano: «Si quieres ir deprisa, ve solo; si quieres ir lejos, ve acompañado». El aislamiento o la clausura en uno mismo nunca generan esperanza, en cambio, la cercanía y el encuentro con el otro, sí. Solos no llegamos a ninguna parte. Tampoco con la exclusión se construye un futuro para nadie, ni siquiera para uno mismo. Un camino de esperanza requiere una cultura del encuentro, del diálogo, que supere los contrastes y el enfrentamiento estéril. Para ello, es fundamental considerar las diferencias en el modo de pensar no como un riesgo, sino como una riqueza y un factor de crecimiento. El mundo necesita esta cultura del encuentro, necesita de jóvenes que quieran conocerse, que quieran amarse, que quieran caminar juntos y construir un país como lo soñaba José Martí: «Con todos y para el bien de todos».
La esperanza, un camino solidario. La cultura del encuentro debe conducir naturalmente a una cultura de la solidaridad. Aprecio mucho lo que ha dicho Leonardo al comienzo cuando ha hablado de la solidaridad como fuerza que ayuda a superar cualquier obstáculo. Efectivamente, si no hay solidaridad no hay futuro para ningún país. Por encima de cualquier otra consideración o interés, tiene que estar la preocupación concreta y real por el ser humano, que puede ser mi amigo, mi compañero, o también alguien que piensa distinto, que tiene sus ideas, pero que es tan ser humano y tan cubano como yo mismo. No basta la simple tolerancia, hay que ir más allá y pasar de una actitud recelosa y defensiva a otra de acogida, de colaboración, de servicio concreto y ayuda eficaz. No tengan miedo a la solidaridad, al servicio, al dar la mano al otro para que nadie se quede fuera del camino.
Este camino de la vida está iluminado por una esperanza más alta: la que nos viene de la fe en Cristo. Él se ha hecho nuestro compañero de viaje, y no sólo nos alienta sino que nos acompaña, está a nuestro lado y nos tiende su mano de amigo. Él, el Hijo de Dios, ha querido hacerse uno como nosotros, para recorrer también nuestro camino. La fe en su presencia, su amor y su amistad, encienden e iluminan todas nuestras esperanzas e ilusiones. Con Él, aprendemos a discernir la realidad, a vivir el encuentro, a servir a los demás y a caminar en la solidaridad.
Queridos jóvenes cubanos, si Dios mismo ha entrado en nuestra historia y se ha hecho hombre en Jesús, si ha cargado en sus hombros con nuestra debilidad y pecado, no tengan miedo a la esperanza, no tengan miedo al futuro, porque Dios apuesta por ustedes, cree en ustedes, espera en ustedes.
Queridos amigos, gracias por este encuentro. Que la esperanza en Cristo su amigo les guíe siempre en su vida. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí. Que el Señor los bendiga.
Fuente:
https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2015/september/documents/papa-francesco_20150920_cuba-giovani.html

sábado, 29 de agosto de 2015

Himno Oficial a Santa Rosa de Lima

Para escuchar el himno sirvase ir aquí:
https://www.youtube.com/watch?v=15sH0yqKQAY

Biografía

Nació en Lima (Perú) el año 1586; cuando vivía en su casa, se dedicó ya a una vida de piedad y de virtud, y, cuando vistió el hábito de la tercera Orden de santo Domingo, hizo grandes progresos en el camino de la penitencia y de la contemplación mística. Murió el día 24 de agosto del año 1617.

viernes, 21 de agosto de 2015

Consejos a la juventud (Valores)

CONSEJOS DE AGUSTÍN DE HIPONA A LA JUVENTUD DEL SIGLO IV

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Adaptación del libro "El Orden" (II, 8, 25)

Real Centro Universitario Escorial—María Cristina

— Si te dedicas al estudio, mantén limpio tu cuerpo y tu espíritu. Aliméntate de comida sana, vístete con sencillez y no gastes lo innecesario.
— A la sobriedad en las costrumbres, le debe corresponder la moderación en las actitudes, la tolerancia en el trato, la honradez en el comportamiento y la exigencia para contigo mismo.
— Ten siempre presente que la obsesión por el dinero mata toda esperanza.
— No actúes con debilidad, ni tampoco con atrevimiento.
— Aleja de ti toda ira, o trata de controlarla, cuando corrijas las faltas de los demás.
— Sé el centinela de ti mismo. Vigila tu sentimientos y tus deseos para que no te traicionen.
— Reconoce tus defectos y procura corregirlos.
— No seas excesivo en el castigo ni poco generoso en el perdón.
— No insistas ni molestes a los que no quieren corregirse.
— Evita las enemistades, sopórtalas serenamente, termínalas cuanto antes.
— No busques puestos de mando si no estás dispuesto a servir.
— Procura progresar siempre, no importa la edad y las circunstancias en las que te encuentres.
— Durante toda la vida, en todo tiempo y lugar, ten amigos de verdad o búscalos.
— Da honor a quien se lo merece, aunque él no lo desee.
— Vive con dignidad y en armonía con todo y con todos.
— Busca a Dios. Que su conocimiento llene tu existencia y su amor colme tu corazón.
— Desea la tranquilidad y el orden para poder estudiar tú y tus compañeros.
— Pide para ti y para todos, una mente sana, un espíritu sosegado y una vida llena de paz.

Extraídas de: http://www.augustinus.it/spagnolo/index2.htm


viernes, 14 de agosto de 2015

Estética: cautivados por lo bello

ESTÉTICA. FILOSOFIA
Alfonso    LÓPEZ QUINTÁSGran Enciclopedia Rialp

1. Delimitación del concepto. Estética, en el aspecto filosófico, es la disciplina que trata de lo bello (entendido en el sentido amplio que abarca lo artístico, las diferentes categorías estéticas -sublime, gracioso, lindo, ridículo, trágico, etc.-, lo bello natural, moral y cultural) y los diferentes modos de aprehensión y creación de las realidades bellas. Si se entiende por estético aquello que despierta en el hombre una sensación peculiar de agrado, potenciación expresiva y distensión adherente hacia el entorno, puede definirse la Estética como la ciencia de lo estéticamente relevante, a fin de evitar el riesgo de entender lo bello de modo en exceso restringido. Los términos bello y estético no hacen aquí sino remitir a un campo de realidades que la Estética debe cuidadosamente precisar. No constituye, por tanto, un círculo vicioso el uso del calificativo estético en la definición de la e., pues en principio tal vocablo no se utiliza en un sentido técnico riguroso, sino en cuanto que alude, de modo elemental y primario, a un determinado género de objetos y experiencias.
     
      Este uso general e indeterminado de los términos bello y estético permite desbordar radicalmente la precariedad de las definiciones que restringen con exceso el objeto de la e., reduciéndola a filosofía del arte, filosofía del sentimiento, teoría del gusto, teoría de la expresión y del lenguaje, ciencia de los objetos que agradan a su sola aprehensión, etc. Estas determinaciones subrayan diversas vertientes de la actividad Estética que deben ser ágilmente integradas en una visión de conjunto.
     
      Visto a la luz de su etimología (de aistanomai, sentir) y del uso que se hizo históricamente del mismo, el término Estética no intenta sino destacar uno de los momentos constitutivos de la experiencia humana de lo bello, a saber, el papel ineludible, aunque no exclusivo, que juega en ella la intuición sensible. Es muy expresivo que haya predominado el término e., utilizado por A. G. Baumgarte en el precario sentido de cognitio sensitiva o gnoseología inferior, y no la denominación de Kalologia y Hedonica, propuestas, respectivamente, por Hegel y Fechner. Kant vincula el sentido de e., como análisis de la capacidad intuitiva sensible o ciencia de lo aprehensible de modo puramente intuitivo (cfr. el capítulo sobre Estética trascendental en la Crítica de la Razón pura), con el de la misma en cuanto análisis de lo bello y lo sublime en la Naturaleza y el Arte o ciencia de aquello que, sobre la base de la mera intuición, sin mediación del conocimiento conceptual, agrada o desagrada inmediatamente (cfr. Crítica del juicio). Más tarde, al hilo de la historia se fue destacando el carácter sentimental, contemplativo, intuitivo (en un sentido más amplio y de mayor alcance que la mera intuición sensorial) y rigurosamente creador de la experiencia estética, pero la atenencia de ésta a la intuición sensible permanecerá hasta el día de hoy como una de sus características originarias e inmóviles.
     
      2. Problemática estética. A medida que se descubrió la interna riqueza de la experiencia e., que moviliza y tensa el ser integral del hombre, el anclaje de la misma en la intuición sensorial dio lugar a una grave y amplia problemática al ponerse de manifiesto' la diversidad de planos entitativos que se dan en la actividad y en el objeto estéticos. En éste deben distinguirse y armonizarse debidamente el plano sensible y el inteligible (el superficial-expresivo y el profundo-expresante), la figura y el tema o argumento, la forma y la materia, etc. La experiencia e., por su parte, debe moverse en diferentes niveles: metasensibles y sensibles, teóricos y prácticos (en sentido de configuradores), formales y materiales, comprometidos y desinteresados, sentimentales e intuitivos, creadores y receptivos, etc.
     
      Por falta de un riguroso análisis de los conceptos fundamentales que deciden la reflexión filosófica, al hacer crisis, en la Edad Moderna, la confianza en el rigor objetivo de la percepción sensible, el conocimiento sensorial cobró un peligroso matiz subjetivista que contribuyó a escindir insalvablemente lo interior y lo exterior, lo subjetivo y lo objetivo, lo formal, como puesto por el sujeto, y lo material, en cuanto receptivo de la forma. De ahí la carrera de escisiones que desgarraron paulatinamente el pensamiento moderno, incapaz de captar la profunda vinculación entre el sentir sensible, los sentidos sensoriales, el sentimiento (en sus diversas modalidades) y el sentido inteligible, unidad de amplio aliento que revela la condición que ostenta lo sensible humano (como específicamente distinto a lo sensible animal) de ventana abierta a lo rnetasensible y vehículo expresivo nato del mismo.
     
      3. Diversidad de tendencias estéticas. La consideración unilateral de un fenómeno tan complejo como es la experiencia e., vista en toda su integralidad, difracta el análisis filosófico en multitud de corrientes, perspectivas y métodos, fecundos en cuanto a la visión del hecho estético que facilitan, pero insuficientes por la exclusividad con que son propugnados. Su estudio global constituye todo un programa de ciencia Estética verdaderamente comprehensiva y fiel a las exigencias de la realidad.
     
      Por el hecho de hallarse lo bello, entendido en el sentido amplio indicado anteriormente, concretado y realizado en entidades individuales sin reducir su alcance a cada una de ellas, vistas como entidades autónomas y aisladas, cabe abordar el hecho estético de modo empírico-científico y de modo filosófico. G. T. Fechner distinguió una «Estética desde arriba» (filosófica, deductiva) y una «Estética desde abajo» (empírica inductiva). Casi todos los autores presienten que esta división debe ser aceptada más con carácter complementario que dilemático. De hecho, sin embargo, suelen inclinarse con marcada preferencia, si no con patente exclusividad, hacia uno de sus extremos.
     
      a) Método empírico-científico. Tendencia psicológica, objetivista, etnológica, sociológica, geomorfológica, evolucionista, tecnológica, histórico-cultural, etc.
     
      b) Método filosófico. Aun siendo inaceptable la equiparación del método deductivo y el filosófico, ciertas corrientes filosóficas tendieron a elaborar sus teorías Estética a partir de principios generales y sobre una base experiencial precaria. Ello ha provocado fuertes reacciones, un tanto extremistas, de carácter antiespeculativo, como puede verse en los esquemas siguientes relativos a la diversificación interna del método filosófico.
     
      Según la importancia que conceden los estetas a la especulación sistemática puede distinguirse: a) una Estética metafísica, al modo de Hegel y sus seguidores (Schelling, Schopenhauer, H. Glockner, M. Beck, P. Háberlin, 1. Volkelt, T. Ziehen, cte.), y b) una Estética antimetafísica, como la propugnada por Comte, Spencer y casi todos los estetas desde 1860 a 1910, fecha en que realiza Volkelt un ensayo de conciliación.
     
      La peculiar orientación metafísica de cada esteta, es decir, su concepción de lo real en cuanto tal y la consiguiente selección, en calidad de modélico, de un determinado estrato de la realidad, divide a la Estética en: a) Idealista (Platón, Plotino, Hegel, Schelling, Schopenhauer, Schleiermacher, Solger, Bosanquet). La belleza se funda en la mayor o menor participación en las esencias por parte de los objetos considerados como bellos. En lo bello transparece lo divino (Plotino), la Idea (Hegel). Según Schelling, lo bello es la representación de lo infinito en lo finito, y muestra en sensible encarnación la unidad de lo ideal y lo real, lo teórico y lo práctico, lo subjetivo y lo objetivo. b) Realista (Herbart, 1. ven Kirchmann). c) Social-objetivista (G. Lukács, realismo crítico soviético).
     
      Por lo que toca al método de acceso a lo real, la Estética ofrece un carácter: a) racionalista (de Descartes a Leibniz, Wolff, Baumgarten); b) empirista (Burke, Home, Hutcheson, Reid, Stewart).
     
      La actitud criteriológica decide una triple orientación e.: a) Dogmática. Muy extendida, debido a la escasa influencia del criticismo de Hume y Kant sobre la investigación Estética b) Escéptica. Ante la esencial ambigüedad y difusividad de la experiencia Estética se reacciona, en casos, con una cautelosa suspensión de todo juicio definitivo (M. Dessoir). c) Criticista (de Schiller a los neokantianos). La escuela neokantiana de Marburgo (Cohen, Natorp) tiende a justificar críticamente el juicio de valor estético, fundamentándolo apriorísticamente en las condiciones superiores de la conciencia (cfr. la obra de Cohen, Estética del sentimiento puro). La escuela neokantiana de Friburgo se muestra más fecunda estéticamente. 1. Cohen pone en juego un método deductivo, pero los principios de tal deducción intenta hallarlos en el ámbito estético mismo.
     
      De la diferente valoración de los juicios estéticos se siguen dos formas diversas de e.: a) normativa o absolutista: admite normas y criterios como módulos del gusto individual; b) descriptiva o relativista: el juicio estético queda a merced del gusto cambiante.
     
      Según el número de principios fundamentales admitidos, la Estética se orienta de un modo: a) Singularista. Sólo se admite una categoría Estética fundamental. Volkelt y Lipps se deciden por la endopatía (Einfühlung, fusión de visión y sentimiento que tiene lugar al proyectar el sujeto sus sentimientos sobre el objeto intuido). Lo decisivo es la vida humana que se expresa en las formas y se capta a través de un proceso endopático. La forma sensorial es sólo expresión y símbolo de la personalidad humana que en ella vibra por vía de inmersión. El estudio de este simbolismo, desde diversas posiciones metodológicas, influidas por el hegelianismo, el psicologismo, el panteísmo romántico, cte., da lugar a una de las corrientes Estética más fecundas: la teoría de la Einfühlung o endopatía (1. 
G. Herder, Novalis, luan Pablo Richter, Lotze, F. T. Vischer, R. Vischer, H. Siebeck, P. Stern, Vernon Lee, T. Lipps, K. Groos, V. Bash, 1. Volkelt). b) Dualista. Se reconoce la existencia de dos principios fundamentales: forma y contenido. Para T. A. Meyer la belleza es la plenitud vital hecha forma. La belleza agrada por su contenido y por la adaptabilidad de la forma para conferirle un cuerpo expresivo adecuado. La belleza en su máxima configuración une la belleza formal y la material. c) Pluralista. Se propugna la existencia de diversos principios, frente a la tendencia reduccionista de los pensadores «sistemáticos».
     
      Al polarizarse la atención del filósofo en uno de los dos elementos que integran la experiencia de lo bello (el sujeto y el objeto), la Estética se divide en:
     
      a) Subjetivista. Analiza preferentemente la reacción del sujeto ante el objeto; las características internas del acto estético de creación, ejecución o contemplación; la fenomenología de la experiencia estética, etc. La teoría psicoanalítica (S. Freud, Baudouin, O. Rank) reduce el secreto del arte a una función liberadora de ciertos deseos reprimidos. Para la teoría del placer (H. R. Marshall, M. Porena, G. Santayana, J. M. Guyau), la belleza es lo que agrada a la mente en calidad de valor objetivo. La tendencia expresionista (Croce, ESTÉTICA F. Carrit, R. G. Collingwood) ve en la expresión el hecho estético fundamental, y, dado que el lenguaje es la forma expresiva originaria y radical, la Estética se convierte en filosofía del lenguajEstética La teoría de la Einfühlung responde en general a una tendencia subjetivista, pero algunos de sus autores (Volkelt, sobre todo) se preocupan de subrayar el carácter objetivo de los sentimientos estéticos. El desplazamiento de la atención hacia el sujeto responde más al afán de precisar ciertas vertientes decisivas del acto estético que al desconocimiento de que la belleza es un atributo rigurosamente propio del objeto denominado bello.
     
      b) Objetivista. Concede prevalencia al estudio del objeto estético y sus diferentes planos entitativos. La «Ciencia general del Arte» (Allgemeine Kunstwissenschaf t) entiende la investigación rigurosa de los fenómenos estéticos como filosofía del arte y la orienta al estudio concreto de los elementos que integran el hecho artístico y su elaboración (H. Taine, G. Semper, K. Fiedler, A. Schmarsow, ESTÉTICA Grosse, B. Christiansen, G. L. Raymond, H. Wolfflin, W. Worringer, ESTÉTICA d'Ors, ESTÉTICA Utitz, M. Dessoir). En su obra póstuma, Aesthetik (1953), N. Hartmann subraya la necesidad de fomentar el análisis del objeto (Gegenstandsanalyse) frente a la proliferación del análisis del acto (Aktanalyse).
     
      Según la función que se juzga decisiva en el acto subjetivo estético, la Estética subjetivista se subdivide en: a) Emocional. Para K. S. Lausila lo decisivo en la experiencia Estética radica en el influjo que ejerce el objeto bello sobre la vida sentimental y humana. b) Intelectualista. La vivencia Estética constituye esencialmente un acto de intuición o representación de carácter intencional objetivo. Para Schopenhauer, la conducta Estética no es fundamentalmente cosa del sentimiento, sino del entendimiento puro y la intuición intelectual, en cuanto aprehende la esencia pura de los seres de modo desinteresado y contemplativo, con plena independencia de cualquier fin extraño propuesto por la voluntad. De ahí el carácter purificador del arte.
     
      Dada la inevitable dualidad de planos entitativos que convergen en el objeto estético, la Estética objetivista se escinde a menudo en dos modalidades: a) Contenidista (o contenutista). La vertiente fundamental de la experiencia Estética viene dada por el contenido vital del objeto estético: las ideas encarnadas en la forma sensible expresiva. La Estética contenidista de carácter idealista está representada por las teorías especulativas, de orientación marcadamente deductiva, de Hegel, Schelling, Solger, Schleiermacher, F. T. Vischer. La belleza radica en el contenido espiritual y su expresión. ESTÉTICA von Hartmann y P. Moos elaboraron una Estética del contenido musical de carácter concreto idealista. La música es expresión de sentimientos espirituales y estados de ánimo (v. II). b) Formalista. Lo eficientemente estético es el orden o configuración formal de la apariencia sensiblEstética El agrado característico de la experiencia Estética viene producido por la relación de armonía entre las partes de una diversidad. La belleza radica en el buen orden de las partes y en su armonía mutua, según medida, proporción, número y ritmo, condiciones que hacen posible una fácil, agradable y gozosa captación del objeto. Las características de tal relación armónica fueron objeto de muy detenidos estudios por parte de los estetas antiguos y medievales. Modernamente, Herbart y R. Zimmermann consagraron a este tema amplios análisis. ESTÉTICA Hanslick defiende un formalismo extremo; la música no es, a su juicio, sino una forma tonalmente dinámica.
     
      4. Orientación actual de la estética. Dentro de la inevitable diversidad de orientaciones e., se advierte actualmente una voluntad decidida de integralidad y precisión. Sobre esta actitud de fecunda apertura al fenómeno estético en toda su riqueza y alcance, gravita la influencia complementaria de varias orientaciones filosóficas recientes: la axiología (Rickert), la fenomenología (Husserl, M. Geiger), la teoría de la expresión (Scheler, Cassirer), la filosofía de la vida (Dilthey, R. Müller-Freienfels), el personalismo existencial (Ebner, Buber, Marcel, ESTÉTICA Brunner), el movimiento existencial (Heidegger, Jaspers). El mensaje global de estas corrientes podría caracterizarse como el empeño de elaborar una teoría bien diferenciada de la categoría de objetividad, que permita hacer la debida justicia a los objetos-de-conocimiento que, por no reducirse a meros objetos, ofrecen un carácter constitutivamente ambiguo, en el sentido más positivo del vocablo, atmosférico y complejo. De ahí la tendencia general de la Estética contemporánea a tensar sus recuerdos gnoseológicos para dar alcance, en su irreductible complejidad, a los fenómenos inquebrantablemente bipolares de la e., evitando toda violenta reducción de los mismos a sus elementos integrantes. Por eso consagra especial atención al estudio de los temas siguientes:
     
      1) La sensibilidad humana, su relativa autonomía en el campo estético y su constitutiva versión a la inteligencia y, con ello, al ámbito de las realidades metasensibles.
     
      2) La intuición creadora en su condición sensible-intelectual, supraempírica y discursiva, teórica y práctica, especulativa y experiencial.
     
      3) El proceso genético de creación, ejecución y contemplación artísticas (fenomenología de la experiencia estética, de la formatividad, Estética operatoria).
     
      4) El objeto estético en toda su variedad y complejidad. Se procura evitar el objetivismo empirista mediante la puesta en juego de un modo tenso de pensamiento que estudie el objeto en su relación viva con el sujeto y a la luz de la idea general de lo bello. (En esta línea metodológica se hallan gran parte de los análisis actuales sobre el objeto estético y sus diversos planos, la obra de arte, su origen y dialéctica interna, las categorías estéticas, el ritmo musical, la apertura a lo sacro por parte de las artes plásticas, las «leyes» que rigen las interrelaciones de las formas, etc.).
     
      5) El carácter «envolvente» de los objetos de conocimiento que, más que cosas, son ámbitos que plenifican al sujeto que se inmerge en su campo de influencia con la disposición debida (Estética personalista, Estética analéctica).
     
      6) Lo que «acontece» en el encuentro de un sujeto creador, ejecutante o contemplador y un objeto estético (Estética del acontecer de lo bello).
     
      7) El sentido y alcance del fenómeno de integración de los elementos que constituyen la experiencia Estética y la relación de esta forma singular de unidad con la fundación de belleza (Estética fenomenológica existencial).
     
      8) La vinculación profunda que media entre la autoconstitución expresiva y la eclosión de belleza (Estética del lenguaje), el compromiso con las grandes realidades del entorno y la autonomía creadora (estudios sobre la relación de arte y e., la socialidad del arte, el impersonalismo artístico, el realismo crítico, la deshumanización del arte en aras de un proceso de objetivización hostil a las formas eminentes de objetividad, etc.).
     
      9) El estatuto ontológico del objeto estético. El estudio de la historia de la Estética deja en claro que sólo el análisis preciso y profundo de los diversos modos de realidad y, por tanto, de objetividad, permite salvar los escollos opuestos, pero igualmente nefastos, del objetivismo y el subjetivismo que no han podido evitar ciertas corrientes, en sí fecundas, de la Estética moderna.
     
      El estudio global de las copiosas y hondas aportaciones de la Estética contemporánea a la luz de una metodología severa de las realidades suprasensibles, basada en un análisis bien matizado de la categoría de objetividad y de la intuición intelectual inmediata-indirecta, está mostrándose en la actualidad singularmente fecundo en orden a resolver por vía de elevación, con un método robusto, los grandes problemas quEstética suscita la experiencia e.
     
              
BIBL.: M. BENSE, Estética, Buenos Aires 1907; J. SEGOND, Traité d'Esthétique, París 1947; P. SERVIEN, EsthétiquEstética Musique, peinture, poésie, science, París 1953; M. DUFRENNE, Phénoménologie de l'expérience esthétique, París 1953; N. HARTMANN, Aesthetik, Berlín 1953; L. PAREYSON, Estetica. Teoría della formativitá, Bolonia 1960; L. ESTEFANINi, Trattato di Estetica, Brescia 1960M. NÉDONCELLE, lntroduction á I'Esthétique, París 1963; A. PULIDO SILVA, Estética, México 1966; F. LARROYO y ESTÉTICA ESCOBAR, Sistema de la Estética, México 1966; A. ÁLVAREZ VILLAR, Filosofía del arte, Madrid 1968; A. LÓPEZ QUINTÁS, Hacia un estilo integral de pensar, 1, Madrid 1967; R. GUARDINI, La esencia de la obra de arte, Madrid 1969; ESTÉTICA GILSON, Pintura y realidad, Madrid 1961; J. MARITAIN, La poesía y el arte, Buenos Aires 1955; J. L. BUCHON, Hombre, belleza y Dios, Madrid 1969; R. HUYGHE, Los poderes de la imagen, Barcelona 1971; R. BAYER, Historia de la estética, México 1965; A. DEMPF, La expresión artística de las culturas, Madrid 1962; M. MENÉNDEZ PELAYo, Historia de las ideas estéticas en España, ed. ESTÉTICA Sánchez Reyes (C.S.I.C.), MadridSantander 1946-47.-Revistas de Estética se publican en diversos idiomas; en España, el Instituto «Diego Velázquez», del C.S.I.C., publica, desde 1943 y trimestralmente, la «Revista de Ideas Estéticas» (Madrid).

A.    LÓPEZ QUINTÁS.
B.     
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991 
Fuente: http://arvo.net/estetica/3-estetica-filosofia/gmx-niv593-con17551.htm

sábado, 8 de agosto de 2015

CURSO TALLER: Formación de instructores de Paternidad responsable y reconocimiento natural de la fertilidad (MOB)


Nos grato dirigirnos a usted, para manifestarle que el Instituto de Educación  Superior Pedagógico Privado San José de Cañete en convenio con CEPROFARENA (Centro de Promoción Familiar y Regulación Natural de la Fertilidad) invita a usted, a sus estudiantes y al personal que labora en su prestigiosa institución a participar de nuestro programa.

  El curso Taller se realizará por seis sábados y tiene las siguientes fechas: 22 y 29 ago., 12 y 26 sept., 24 y 31 oct. en el horario de 8:30 am a 1:15 pm en el Santuario Madre del Amor Hermoso de San Vicente de Cañete. Además cuenta con la certificación y acreditación correspondiente.

El objetivo del Curso Taller es proporcionar las bases científicas y razones humanas para una autentica e integral paternidad responsable y fertilidad  a través del Método de la Ovulación de Billings (MOB). Los participantes podrán desempeñarse como instructores y fomentar matrimonios comprometidos con la defensa de la vida y la promoción de la familia.


viernes, 24 de julio de 2015

Día de la independencia del Perú, felices fiestas patrias

Felices fiestas patrias: Peruanidad, fraternidad y patriotismo

¡Felices fiestas patrias! así intercambiamos los saludos. 
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Con esta ocasión recordamos grandes personajes y hechos que nos dieron una nación. El peligro es quedarnos sólo con las glorias y dejar de lado esfuerzos, sacrificios incluso de dar la vida por el ideal noble de constituir una patria. Para contar la historia de un país significa  recordar hechos victoriosos y derrotas. Los primeros nos ayudaran a reconocer las magnificencias; y los segundos, en cambio, a enmendar el error y sacar experiencias. Conocer la historia trae como consecuencia que nos repita los errores.
Lo peor que nos puede suceder es quedarnos simplemente con las victorias. Pensar de este modo significa “endiosar y caricaturizar” a nuestra gente y, por consiguiente, quedarnos en la necedad, antes que la humildad. Los grandes personajes que cuenta la historia del Perú, en el camino de su independencia, nos dejaron una herencia, la peruanidad.
Todos los peruanos tenemos una deuda con quienes procuraron darnos lo mejor, pero estamos inclinados a minusvalorar. Precisamente cuando tenemos serios retos que afrontar debemos pensar en esta realidad: todos somos peruanos y somos hermanos. Al menos es el mensaje de nuestro himno patrio.
Hay una palabra que conviene tener muy presente: la fraternidad. Gracias al cristianismo tiene un contenido real, que luego la revolución francesa en el siglo XIX la convirtió en algo ideal. Pero ¿dónde se fundamenta que todos somos hermanos? Considero que son dos: el primer punto de partida, una dimensión vertical, es que tenemos un mismo origen creacional que da fundamento a nuestra dignidad de persona y un mismo fin; en segundo lugar, contamos con la dimensión horizontal, se trata de que somos habitantes de una tierra y es nuestra patria.
Entonces, si recordáramos estas dos dimensiones las cosas serían diferentes, de tal modo que “el hermano ayudado por su hermano es como una ciudad amurallada”. Así primero es la patria (común) y luego mis intereses personales (individual).
Desde la fraternidad real las cosas se ven distintas. Vivimos momentos muy duros a todos los niveles sociales; todos somos conscientes de la realidad que suceden en nuestra querida patria. Se trata de la fuerza del mal manifestado por las olas de violencias como pueden ser: violentar la vida en cualquiera de sus fases, calumnias, corrupciones, paros informales, huelgas ilegales, drogas, comercio ilícito, etc.
A tal punto que podemos afirmar con seguridad que la lucha es en la propia casa y con los propios hermanos. Evidentemente esto es algo terrorífico y poco humano; hermanos luchando entre sí nos recuerda a la historia fratricida de Caín y Abel. Recordemos que los grandes imperios del pasado y del presente han caído por degradación moral, antes que por malos manejos técnicos. Cuando el hombre se olvida de lo propiamente humano corroe su propia vida y la de los otros.
Un País no nace, se hace. ¿Qué significa? Quiere decir que el amor a la patria debe ser algo noble y real. Implica dar la vida por los demás, por ejemplo. Al menos así lo hicieron los patriotas. Pero ¿cómo podemos ser patriotas? La situación está a nuestro alcance. Expresiones de patriotismo verdadero pueden ser: lealtad a los deberes de ciudadanos, cooperemos para el bien y no para el mal o para obstaculizar la paz; busquemos el bien común antes que el interés individualista que se olvida de todo hasta de la persona misma; dejemos de lado el favoritismo, la corrupción, el comercio ilícito con personas y con cosas; no cooperemos a la sinrazón de las actitudes; respetemos la dignidad de la persona humana.
Ante un país al parecer en llamas, todos queremos paz, pero la paz es fruto de la justicia. Hoy más que nunca los ciudadanos necesitamos consolidar la armonía interior y exterior. Si alguno de estos elementos faltase, entonces es probable que la pacificación y patriotismo sea artificial, postiza y momentánea. Construyamos un Perú más justo, solidario y fraterno. ¡Felices fiestas patrias!.

Atte,
P. Arnaldo Alvarado
arnaldo.alvar@gmail.com

Jr. Unanue 300

jueves, 16 de julio de 2015

Himno Nacional en Quechua


Ver en este vínculo:

https://www.youtube.com/watch?v=y8xpM6u6IR4


O también:

http://www.andina.com.pe/agencia/video-nuestro-himno-nacional-version-quechua-35699.aspx

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