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martes, 19 de enero de 2021

Educación e historia

 


Foto: Pinterest

Educación e historia. Un caso a estudiar Luis Felipe Alarco (Lima, 1913-2005)

Cuando se diserta sobre educación falta el tiempo para exponer las razones del acierto o fracaso. Basta una mirada exploratoria hacia los resultados de la prueba PISA para continuar con ríos de tinta. Esto implica que la educación es el espacio que mejor refleja el ecosistema de la vida y forma de vivir especialmente de las personas. El pensamiento sapiencial, es decir, aquella mentalidad de analizar mediante causas profundas y asumir actitudes directivas hacia la búsqueda de fines últimos es clave para encontrar más luces en el camino de cómo educar bien.

El Perú no se entiende sin la educación. Me gusta la filosofía y debo decir que desconozco autores y aportes que estudiado en profundidad son trabajos importantes que han quedado en el olvido del tiempo. En efecto, la filosofía en el Perú, por ejemplo, ha tenido relevancia desde los inicios de establecimientos de centros de formación a partir del siglo XVI. ¡Cuánto desconocimiento hay sobre el encuentro de las dos culturas tanto la europea como la oriunda!

Es fácil caer en actitudes partidistas para querer olvidar todos los trabajos desde la época de la conquista y período colonial. Nunca se empieza de cero. La cultura nativa del Perú antiguo tenía mucho que ofrecer. Sin distorsionar la verdad de los hechos me parece más interesante, para analizar una cultura, la perspectiva de la simbiosis. Lógicamente el paso del tiempo implica de por sí continuas mejoras y nuevos aires.

Tal es así que tenemos en el ámbito académico e intelectual peruano grandes aportes que es bueno rescatar. ¡No es justo dormirse en los laureles pensando que solo el hoy, de una década o siglo es lo rescatable! ¡No es justo esa idea! ¡Cuánto se tiene que vitalizar la memoria histórica! He tenido la fortuna de encontrar la obra de Luis Felipe Alarco. Me ha parecido realmente impresionante la lucidez de su pensamiento y aún más podría brindar aportes para entender y hacer que la educación en el Perú, en este caso, cobre nueva esperanza.

Con frecuencia atribuimos los logros y deficiencias de nuestra educación peruana a los docentes, es decir, a quienes se dedican al trabajo educativo como profesión. Es verdad que allí recae también la responsabilidad personal. Pero esa visión es parcial. Hay que abrir el abanico de investigar más a fondo los temas, además con una postura sistémica, integrada, confiada y que comienza por lo concreto.

Volvamos en el discurso a Luis Felipe Alarco. El filósofo peruano en su obra Lecciones de filosofía de la educación (1949, 1960 y 1965), nos abre ventanas para obtener bocanadas de respiro y no desfallecer por la asfixia de las críticas en el intento de mejorar nuestra educación. A continuación, menciono las siete maneras de entender a los educadores y, por tanto, la educación, como aquella que configura el perfil, personalidad y madurez de los educadores.

  1. Hombres cotidianos. Todo ciudadano de la condición, cultura, credo que sea.
  2. Personas anónimas. Aquellos que están detrás de las pantallas, páginas digitales y nos presentan la realidad en imágenes y pueden ser los periodistas, escritores, artistas.
  3. Los profesores. Quienes hacen de la educación una profesión, cuyo núcleo capital de su vida es educar.
  4. Los teóricos de la educación. Los diversos pensadores y gestores del conocimiento, particularmente aquellos dedicados a la investigación. La búsqueda de unidad e integración de los saberes puede ser la clave para el desarrollo y es la tarea pendiente.
  5. Las personalidades de la época. Influyen con su vida; si son buenas fortalecen la tarea educativa, si son malas dificultan. Por naturaleza somos imitadores.
  6. Personalidades de la historia.  Que se rememora en las celebraciones cívicas y religiosas. Es importante que conozcamos quienes nos precedieron y recordemos sus aportes a la sociedad.
  7. Grandes maestros. Particularmente quienes trascienden el tiempo y la cultura. Ellos son Jesús, Buda, Sócrates. Evidentemente cuánto más se considera el valor concedido a la razón y su apertura a lo trascendente del ser humano la ruta maestra trazada es mejor.

Según la lista son los primeros cinco especialmente quienes protagonizan en los resultados de nuestra educación, pero hay que mirar el contexto de ayer y hoy también. Esto significa que si queremos mejorar la educación que se tome en serio cada uno en la situación que esté. No gastemos más tiempo en discusiones, lamentos, desolaciones prolongadas. No se escatime esfuerzos en conocer a fondo, a propósito del bicentenario, los personajes de diversos ámbitos que hicieron el Perú. Convencernos y persuadir son tareas pendientes. La manera de educar cambiará cuando cambie yo y cambies tú. Ellos lo hicieron y podemos seguir sus huellas.

Arnaldo Alvarado

Docente de filosofía SSJ-IESPPSJ

arnaldo.alvar@gmail.com

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