La
muerte y la vida ¿Hay algo más después de la vida terrena?
La
razón humana ante la experiencia de los signos de la muerte reclama un medio
más fuerte para entenderla. Se ha pensado mucho sobre ella. Autores como Nietzsche,
Sartre, Camus se han rendido ante el peso oscuro.
Pero ¿Cómo
entender la muerte? ¿Cuál es su sentido? ¿Cómo esperar la vida incluso después
del paso del tiempo? Son aspiraciones humanas que pueden ser respondidas desde
el autor de la vida: Cristo.
¿Qué es la muerte?
La muerte es la
separación del alma y el cuerpo.
Desde la visión
cristiana ¿Cuál es el sentido de la muerte?
El sentido de la
muerte cristiana es incorporarnos a la muerte de Cristo para pagar por nuestros
pecados y pasar de este mundo al encuentro con Dios, en una glorificación
semejante a la suya.
¿Qué quiere decir la resurrección de la carne?
La resurrección de la
carne quiere decir que al fin del mundo resucitaremos todos, volviendo a tomar
cada alma el cuerpo que tuvo en esta vida, para nunca más morir.
¿Qué significa el
término carne?
El término carne
designa al hombre en su condición de debilidad y de mortalidad.
¿La vida cristiana en
la tierra es participación en la resurrección de Cristo?
Gracias al Espíritu
Santo, la vida cristiana en la tierra es, desde ahora, una participación en la
muerte y en la resurrección de Cristo.
¿Quiénes resucitarán?
Resucitarán todos los
hombres que han muerto: «los que hicieron
el bien saldrán para la resurrección de la vida; y los que hicieron el mal
saldrán para la resurrección del juicio” (Jn 5, 29).
¿Por qué ha dispuesto
Dios la resurrección de los cuerpos?
Dios ha dispuesto la
resurrección de los cuerpos para que, habiendo el alma obrado el bien o el mal
junto con el cuerpo, sean también junto con su alma premiados o castigados.
¿Cómo será la
resurrección de la carne?
No sabemos de qué
modo resucitará la carne, en todo caso es preciso apelar al poder infinito de
Dios.
En conclusión: acepta tu vida
como un don y una responsabilidad. Puedes ser feliz ya pero totalmente en el
más allá. Prepárate para la inmortalidad con tus buenas acciones.
P. Arnaldo Alvarado