La salud mental: armonía y equilibrio
entre neurobiología, personalidad y ambiente
Hay una cuestión realmente
preocupante en el mundo. Se trata de la salud mental. Algunos la prestan más
atención que otros, pero el problema está allí. Los casos en este rubro han ido
de menos a más. Cada vez hay más gente que tiene problemas serios de desequilibrios bioquímicos que manifiestan en conductas y comportamientos, inmadurez,
afectividad desordenada, depresión, ansiedad, esquizofrenia, falta de educación
de la imaginación. Mientras no se preste atención seria e integral los casos
irán ascendiendo. Probablemente sea la nueva pandemia que tenga que afrontarse en un futuro cercano.
Nos preguntamos ¿Serán los
aires de la nueva era, formas, estilos que trae consigo este tipo de consecuencias? O más bien
¿es que estamos preocupados en miles de cosas y no tenemos tiempo para nosotros
mismos? Recordemos que el hombre y la mujer valen por lo que es y no por lo que
tiene. La fundamental riqueza del ser humano está en sí mismo, en la
interioridad y en la salida de sí hacia fines buenos.
Los expertos definen la salud
mental como: “la armonía personal que lleva a una adecuada interacción interpersonal y al
desempeño de actividades que permiten acercarse suficientemente a las metas
propuestas, enriqueciendo y enriqueciéndose” (La salud mental y sus cuidados, 2011, p. 114). Esta primera
definición subraya la armonía y equilibrio.
La armonía es la justa
relación del hombre consigo mismo, con los demás y con un ser transcendente; esto lo expresamos
cuando decimos “estoy bien”. Se trata de buscar los bienes que le pertenece
como persona. Estos bienes son los espirituales (generosidad, libertad, verdad,
Dios, amor, perdón, aceptación de sí, amistad), los materiales, salud física, actividad laboral, deporte,
cultura, lecturas, entre otros.
Es importante recordar que el
hombre debe buscar la unidad. Somos seres con cuerpo y alma. Quién olvide una
de esta realidad estaría deteriorando su propia vida, porque despreciaría algo
de sí mismo. Prestemos atención a los bienes del cuerpo y del alma. La causa de
muchos problemas mentales es el olvido de los bienes del alma y la falta de
resolución en este tema; pero también tiene que ver lo genético, lo heredado.
El libro mencionado también
señala: “la salud mental parte del equilibrio de las funciones psíquicas pero
se proyecta hacia los logros, en el contexto de la relación social,
trascendiendo lo meramente conductual y fáctico, para recalcar la exigencia de
un crecimiento personal y un fruto en el entorno”. Se trata de encontrar un
porqué a todo. Llevar una vida sana, integrada y buena vale la pena.
Para lograr las condiciones de
crear salud mental hay que tener en cuenta al menos tres elementos: la neurobiología,
la personalidad y el ambiente. Con respecto al primero, es algo que ya está en
la biología humana y se puede tratar medicamente cuánto más pronto mejor. Es
genético, pero puede ser ayudado. El segundo, la personalidad hace mención a
cuestiones más interiores. Esto supone crecimiento en valores y virtudes. Se
trata de adquirir hábitos buenos. Los vicios, aislamientos y las dependencias siempre dividen
y destruyen a la persona. Lo mismo el dejarse llevar por los instintos. Mejorar
la personalidad significa mejorar también el carácter, el trato interpersonal, el
modo de realizarse en la vida. Descubrir quién soy. Tenemos muchos valores y
talentos, pero siempre podemos mejorar. El
tercero, el ambiente son los diversos aspectos que surgen en el desarrollo de
la vida del entorno y social: familia, trabajo, estudio, amigos, deporte, limitaciones de movimientos y espacios físicos (cárcel, confinamientos, etc.).
Entonces la salud mental no es
algo que se posee, sino que se va haciendo. Es algo dinámico. La salud mental no
sólo son aspectos psíquicos. Hay que tener en cuenta todos los aspectos de la
persona. Pero me gustaría poner énfasis que la familia –cuando marcha bien- es
el mejor lugar para tener salud mental desde la temprana edad aún non nato. Entonces estaremos bien.
Apostemos por custodiar la familia. Allí es el lugar del cultivo de las
virtudes y valores. Por tanto, es el mejor lugar para la salud mental.
Cuidar, educar, fortalecer la salud mental es tarea de investigadores, familias, autoridades y toda la comunidad.
P.
Arnaldo Alvarado
Jr.
Unanue, 300
arnaldo.alvar@gmail.com